Stake Land
El Apocalipsis tiene colmillos

- Título original: Stake Land
- Nacionalidad: USA | Año: 2010
- Director: Jim Mickle
- Guión: Nick Damici, Jim Mickle
- Intérpretes: Connor Paolo, Nick Damici, Kelly McGillis, Danielle Harris
- Argumento: Una road-trip camuflada de viaje apocalíptico a las penumbras del comportamiento humano. Ah!, y también salen vampiros...

Para todos aquellos que os perdísteis en su día Stake Land, ahora tenéis la oportunidad de recuperar la extraordinaria odisea apocalíptica dirigida por Jim Mickle gracias a Filmin (ver Stake Land en Filmin), pudiendo escoger entre la versión original con subtítulos o la versión doblada al castellano. Y con motivo del estreno de la película en VOD volvemos a publicar la reseña firmada por nuestro añorado Elniniodecristal. La reseña original, con todos los comentarios, la podéis encontrar aquí.
Vampires from Hell:
I’m not afraid of werewolves or vampires or haunted hotels, I’m afraid of what real human beings to do other real human beings.
Walter Jon Williams
Tengo que confesar que mi primer recuerdo relacionado con el miedo es ver, escondido debajo de la ya extinguida mesa camilla, la película de Drácula (aquella en la que matan al ser retirando las cortinas); y, probablemente, el segundo sea leer El Misterio de Salem’s Lot durante un verano poblado por pesadillas pasado en un pueblo rodeado de bosques impenetrables, oscuridad y lugareños hoscos y misteriosos. Así que es fácil predecir que mi monstruo favorito siempre ha sido el VAMPIRO, que no el más temido, ya que con el paso de los años he aprendido que no hay nada más terrorífico que un ser humano poseído por “dogmas” inquebrantables, nada capaz de causar más daño que un ser humano imbuído con el poder de la razón. Los vampiros pueden causar cierto temor cuando eres pequeño y te asustas de las capas, los colmillos, los bichos que les acompañan (arañas, ratas…), pero según vas creciendo se convierten en el paradigma de lo que todos hemos querido ser alguna vez: inmortales, seductores y elegantes. Vale, tenían que dormir en un ataud, el ajo les daba yuyu y, dependiendo de las versiones, la Cruz Católica les producía el mismo efecto que a mí ver las estrías de Belén Esteban. Si además crecisteis en los 80 y tuvistesis la suerte de asistir a maravillas como Los Viajeros de la Noche, Jóvenes Ocultos, Noche de Miedo…ya el tema vampiro directamente molaba. Para un servidor la culminación fue la estratosférica revisión de Coppola sobre la novela de Bram Stoler. Desde entonces todo ha sido un enorme vacio poblado de repelentes “vampiros” que brillan con purpurina, “vampiros MTV” y demás residuos lamentables sostenidos por las dos primeras temporadas de TRUE BLOOD. Hasta que llegaron dos tipos llamados Steve Niles y Ben Templesmith, que con su cómic 30 Days of Night (la película resultante a mi me encantó, sin llegar a los niveles de la que nos ocupa, pero sí mostrándonos una forma diferente de ver a los vampiros. De hecho la primera media hora es bruuutal), que nos presentó a unos vampiros diferentes: crueles, desagradables, despiadados y motivados sólo por una cosa… acabar con la raza humana de la forma más sanguinaria posible, como si fuéramos ganado. Simple alimento. Estos son los vampiros que nos presenta STAKE LAND.
Lo mejor: Las múltiples lecturas, la opresiva ambientación, los actores, el guión....
Lo peor: Solo se me ocurre la empalagosa BSO.