Werewolf Rising
Con tanto pelo, que calor

Desesperada por salir de la gran ciudad, Emma se va a pasar unos días a la cabaña que posee su familia en las colinas de Arkansas. Pronto descubrirá que algo se oculta en las sombras del bosque, y la luna llena desvelará un siniestro y sangriento mundo del que nunca sospechó su existencia.
Seguimos con la ronda de noticias veraniegas, y esta vez le toca el turno al hombre lobo. Uno de serie z que quizás no esté a la altura de lo que tan mítica estampa necesita, ya sabéis que siempre que puedo reivindico la figura de los monstruos clásicos del cine de terror (ya sea en cine, a la espera de ver cuál es el siguiente paso de la Universal, o en casa alabando el trabajo de buenas series como “Penny Dreadful” o “Teen Wolf”), y desde luego nadie debería ignorar las ganas que le han puesto los chicos de “Werewolf Rising” al nuevo alzamiento de esa criatura que representa, como tan bien supo ver “En Compañía de Lobos”, el animal interior que la humanidad lleva miles de años intentando sublimar: sexo, violencia, libertad…
Sea como sea, parece que los hombres lobos sean los primos pobres de los elegantes vampiros, siempre relegados a un papel secundario y con tímidos intentos en cine y literatura para sacarlos del injusto olvido al que la gran masa les condena. Ahí tenemos, hablando de libros, trabajos clásicos como los relatos de Greye La Spina (gran autora pulp a descubrir) o la novela “Más oscuro de lo que piensas” del universal Jack Williamson, o las más recientes como “Hijos de Lobos” de Tanith Lee o “El Ciclo del Hombre Lobo” de un King en plena forma por la época en que lo escribió. Eso hablando de literatura, pero no podemos olvidar lo que ha dado de sí la licantropía en cintas clásicas de los ochenta de la talla de “Aullidos”, “Lobos Humanos”, “Un hombre lobo americano en Londres” o “Con la Bestia Dentro”. Tampoco hace falta irse muy lejos, Benicio del Toro se puso en la piel del lobo, nunca mejor dicho, para una cinta comercial que fue injustamente tratada. Así mismo, si hablamos de salas comerciales, la última guerra entre hombres lobo y vampiros dio buen resultado en taquilla gracias a la saga “Underworld”. Si de video clubs se trata, tampoco parece justo no mencionar “Ginger Snaps”, una serie de películas que pese a su nivel inferior tras cada nueva entrega, presenta la licantropía desde una simpática perspectiva adolescente y femenina, un pequeño cambio de rumbo ante semejante icono “mucho macho”.