The Prodigies 3D

Pese a que muchos de sus títulos no llegan a España, o si lo hacen es de tapadillo, la animación francesa es una de las más potentes e innovadoras del mundo. Un cine que además, por lo general, apuesta por un público adulto y por propuestas alejadas de lo que vienen a traernos las factorías americanas como Disney o Pixar. Películas como “Bienvenidos a Belleville”, la infantil “La profecía de las ranas”, “Los cuentos de la noche” de Michel Ocelot, la franco-canadiense “Kaena, la profecía” o “Un gato en París” son un ejemplo (entre cientos) de la diversidad visual y calidad de sus títulos. Acercándose más al manga, aunque con un hilo argumental muchísimo más sencillo de seguir, se presentó en 2011 The prodigies.

No os dejeis llevar por primeras impresiones de las imágenes o por el trailer que acompaña a esta reseña. Bajo la apariencia de film juvenil de mediocre calidad (al comienzo parece una secuencia de las que se intercalan en los videojuegos con el propio motor gráfico) se esconde un film de animación sobresaliente en lo técnico, y soprendentemente violento y adulto en su argumento.

Pese a su inteligencia, para Jimbo Farrar la vida no ha sido fácil. Sus poderes mentales le permiten, bajo extrema presión o dejándose llevar por la ira, mover objetos; e incluso puede manipular a otras personas como si de una marioneta se tratara. Lo sabe muy bien pues, de pequeño, tras los constantes abusos de sus padres, los manipuló hasta terminar con sus vidas. Desde entonces, y apoyado por su mentor, un millonario, y la fundación de este, ha buscado a otros para ayudarles a canalizar su poder e indagar en su naturaleza. Sus pesquisas han dado fruto, y ha encontrado a cinco jóvenes con su mismo don. Convencido de lo beneficioso que será para todos conocerse, idea un concurso de talentos al que serán convocados. Lo que Jimbo no ha logrado deducir es la potencia de la conexión entre ellos, ni el enorme rencor que sienten hacia un entorno que los califica como bichos raros. Un injustificable asalto a todo el grupo será la mecha que desencadene una oleada de destrucción de proporciones incalculables…

Desde la secuencia inicial en la que presenciamos la brutal paliza a Jimbo que terminará con la muerte de sus padres, nos damos cuenta de las cartas que va a jugar la película. La acción de los planos es frenética, la animación 3D va a permitir a la cámara moverse con total libertad no sólo por el escenario sino también por la realidad y la imaginación del protagonista. Lo que en un principio nos parece un 3D sencillo y ramplón es, en realidad, todo un espectáculo de modelado y movimiento, un despliegue de técnica apabullante (más aún si la ves en 3D). Poco a poco se irá presentado al resto de los personajes y, de nuevo, sorprenderá el tratamiento de los mismos, pues los guionistas han puesto especial interés en dotarlos de profundidad y sentimientos, algo fundamental para llegar a entender el giro que darán los acontecimientos.

Pero donde el film se distanciará de otras propuestas animadas juveniles será en la violencia. Cuando nuestros “ángelitos” comiencen a hacer de las suyas la película se desprende de cualquier rastro de infantilismo y asistiremos, en primera fila, a una buena colección de asesinatos, en muchos casos de personajes inocentes.

Para aquellos intrigados por la historia, deciros que proviene de uno de los libros de ciencia ficción juvenil más interesantes de los 80 “La noche de los niños reyes” de Bernard Lenteric; un libro que sigue la corriente de historias como “Carrie” de King, o “Los vampiros de la mente” de Dan Simmons, y que en su adaptación a la gran pantalla ha perdido parte de su encanto… Y es que, a pesar del esfuerzo del guión, el salto de los personajes del bien al mal resulta un tanto incomprensible o desmedido, aunque por otra parte a esas altura de la cinta el espectáculo suple con creces esas fisuras de guión. Al margen de los referentes literarios, en lo visual, The prodigies tiene mucho de los niños de “El pueblo de los malditos”, de “Scanners”, de “Matrix” y del mundo de los videojuegos de acción.

El trabajo de la cámara es tan frenético y sofisticado, que lo mismo algún espectador termine extenuado de sus giros y sus alucinantes transiciones. Personalmente, creo que es de las pocas veces que una cinta saca realmente partido de la estereoscopía, y ver la película en 3D invita a entrar en el caos y la locura que tortura a los protagonistas.

Como muchos de vosotros estaréis pensando, la película tiene muchos elementos en común con Chornicle, y estáis en lo cierto. Ambas hablan de los peligros del poder, de las raíces del rencor y sus consecuencias, y las dos utilizan un lenguaje muy tecnológico, visual y fresco para su acercarse a su público.

Llegados a este punto y dos años después de su estreno, resulta paradójico que no llegase a España, ni siquiera en formato doméstico, y que sea un título prácticamente desconocido teniendo, a priori, tantos elementos para brillar… Misterios de la animación francesa que, a pesar de ser nuestra vecina, sigue siendo una gran desconocida… Nosotros nos lo perdemos.