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Comrade Drakulich

Chupando la sangre del trabajador.

Comrade Drakulich

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3/5

Con mucho y buen humor y ese toque que tienen las producciones de los países del Este, que dota de una magia fabulante a su realidad social y que Wes Anderson ha sabido copiar y hacerlo un sello personal, “Comrade Drakulich”, que podríamos traducir como “Camarada Drácula” es una recomendable comedia con muchísima retranca política, que se hizo con el premio al mejor guion en la pasada edición del festival de Sitges. Su proyección junto con “post mortem”, dejaron claro el buen estado en el que se encuentra el cine de estas latitudes, que hace un par de años, por refrescar la memoria, ganó el festival con “Jupiters moon”.

Centrándonos en la cinta que nos ocupa, nos encontramos con un descabellado punto de partida. Son los años 70 y el presidente ruso Brehznev empieza a notar el aliento de la muerte en su nuca, con lo que lanza a sus servicios secretos en busca de la inmortalidad: les pide que capturen a un vampiro. El mayor candidato a vampiro será Fabian; un alto cargo que, junto al Che y a Fidel, llevó el comunismo a Cuba y que ahora se encarga de las donaciones de sangre patriota para los camaradas que se dejan la vida en Vietnam. Pese a que su edad rondaría los setenta años, Fabian luce el aspecto de un atractivo treintañero. Dispuestos a extraer de él el secreto del vampirismo y de la vida eterna, la inteligencia hungara asigna la misión de vigilancia de este individuo a sus dos mejores agentes, que también son pareja: María y Kun. La química entre María y Fabián será inmediata, desatando el interés de la cúpula en que seduzca al sospechoso y los celos irrefrenables de su amante.

Varios tipos de vampirismos se señalan por encima de estereotipo del individuo con colmillos en “Comrade Drakulich”. El comunismo ruso que dibuja el film muestra a Hungría como un ser inferior, sometido y anulado a los deseos de la potencia. También muestra a una cúpula de poder totalmente desconectada del pueblo, que se deja la sangre lubricando su maquinaria. Pese al humor, el paisaje no puede ser más desesperanzador. Las mujeres se presentan sometidas, convertidas en máquinas sexuales para ridículos hombres, ignorantes de su torpeza a la hora de tratar al sexo opuesto. Afortunadamente, este desencanto se transforma en energía inconformista en el personaje de María, protagonista absoluta de la historia, que desea nuevas experiencias que la liberen y la hagan crecer como ciudadana e incluso como mujer; no dudando en sugerir a su amante que pruebe un día a metérsela por detrás, cansada de un sexo tan monótono e insatisfactorio, que sus vecinos son capaces de predecir el tiempo que tardan en correrse... que por cierto es bien poco.

El vampiro se transforma en una metáfora de lo que se pierde su país por su austero régimen político. El aspecto de Fabián es colorido, elegante. Su look se adereza con un espectacular automóvil Mustang rojo. Una mezcla de Steve McqQueen y Travolta que contrasta con el caduco boato y la tradición que exhibe el régimen. Todo un imán para María, a la que su mundo, donde está casi considerada como una prostituta venida a más, se le queda pequeño. El humor machista que rezuma tiene intenciones revulsivas aunque al salir del cine algunos no las habían entendido.

en la que el vampiro propio del cine de terror tarda mucho en aparecer. No será hasta ese tercio final donde la sangre y su poderoso influjo revisite los terrenos del género, pero esta incursión será totalmente insatisfactoria para cualquiera que busque algo cercano al escalofrío. Es difícil definir si el humor que se maneja es efectivo o no. Si aún te ríes con Chaplin, o Keaton seguramente el ingenio y la inocencia de sus gags te regalen varias risas.  “Comrade Drakulich”, por buscar otros referentes, recuerda al cine de Mel Brooks en el que homenajeaba al humor clásico, aportando algo de picante contemporaneo.

La cinta cuenta con una buena factura visual, un excelente uso de color y un reparto muy solvente. con la presencia, en un pequeño papel, de la actriz Mónika Balsai, rostro habitual en propuestas de género de su país como “Liza the fox fairy” o el magnífico thriller de sicópatas “Strangled”. Aunque la gran protagonista es la casi debutante Lili Walters: realmente atractiva para la cámara y con una forma elegante de actuar que, creo, le augura una carrera interesante.

 

“Comrade Drakulich” se ha doblado al castellano y está disponible en varias plataformas (planet horror). Creo que, si realmente se quiere disfrutar de ella, se precisa la versión original, pues mucho de su humor queda planchado por las nuevas voces.

Lo mejor: Su humor particular y su factura.

Lo peor: No hay casi vampiros.


Vuestros comentarios

1. 29 mar 2021, 01:10 | Tito Jesús

ESTRENAMOS WEB, AUNQUE POR AHORA SE NOTA POCO. Disculpad si en estos días veis cosas raras (Si nos las decís mejor). Pronto daremos acceso nuevamente a los colaboradores y trataremos de mejorar este portal.

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