Fall

De vez en cuando salen películas del rollo supervivencia tirando a lo minimalista. Ya sabéis, pocos personajes, a veces únicamente uno, un escenario concreto, a veces muy pequeño, y una situación limite que significará su muerte o, en caso de sobrevivir, una lección de vida. O simplemente, una pesadilla que recordarán siempre. Así, en los últimos años, dos películas que han destacado, cada una a su modo y en su contexto, The Descent (2005) y A 47 metros (2017), sirven como ejemplo de lo que nos propone Fall. Claro que, esta vez no estamos en una cueva acechados por mutantes, ni en el fondo del océano rodeados de tiburones. Nos vamos alto, muy alto. 

Para Becky y Hunter, la vida trata de superar tus miedos y empujar tus límites. Sin embargo, después de subir hasta la cima de una torre de comunicaciones abandonada, se encuentran atrapadas y sin forma de bajar. A 600 metros del suelo y totalmente alejadas de la civilización, las chicas pondrán a prueba sus habilidades de escaladoras expertas y lucharán desesperadamente por sobrevivir aunque lo tengan todo en contra. ¿Lo conseguirán?

Os aseguro que, cuando quiere producirnos vértigo, Fall lo consigue. Y cuando quiere crearnos tensión, en gran parte, también. Tanto, que os vuelvo a asegurar, sólo por momentos como la escalada hasta la cima de la antena, merece ser experimentado en un cine. Si es IMAX y eres, como yo, propenso al vértigo, la experiencia además se convierte en terrorífica. Es en esto, en la recreación del ascenso y todo lo que viene a continuación, a lo que posterior se suman un puñado de escenas que no ponen al límite, donde Fall muestra poderío en puesta en escena y realismo. Chapó. Sin embargo, lo que podría ser uno de los survival más TOP del siglo XXI, baja algunos puntos por unos personajes principales, las dos muchachas, que cuando dejan de escalar y se ponen a hablar de sus cosas, interesan bastante poco. Así como su previsible devenir, incluidas un par de sorpresas argumentales que se ven venir. 

Sea como fuere, la parte de supervivencia, que ganaría, todavía más, si se consiguiera empatizar mejor con sus personajes, es suficiente para pegarnos a la pantalla sus algo más de noventa minutos. De paso, os animo a suspender el cerebro y no pensar en posibles e imposibles. No creo que juegue a resultar creíble y realista en ese aspecto, en los detalles o ciertas decisiones, sino en su apuesta por llevarnos a una pesadilla a 600 metros del suelo, para que de vez en cuando salgamos y respiremos tranquilos al saber que nosotros estamos fuera de peligro. Y acto seguido, nos devuelve al estado de manojo de nervios.

¿Secuela subiendo la apuesta a 1 kilómetro por encina del suelo?

Detrás de Fall está Scott Mann, del que os recomiendo la interesante El gran torneo (2009). Aparte, de algún modo ha convencido a estrellas para trabajar en películas, eso sí, menores y puramente alimenticias, como El golpe del siglo (2015), con nada menos que Robert De Niro y uno con el que repite en Fall, Jeffrey Dean Morgan. Por descontado, da un gran paso en su carrera como director con la película que nos ocupa, de la que también es guionista, con la ayuda del habitual Jonathan Frank. Aunque, como os dije, el guion aquí es lo de menos. Sobre las actrices protagonistas, Grace Fulton y Virginia Gardner, ojo, ellas no están mal, lo que flojea son sus personajes, muy de trazo grueso, previsibles y, no tengo claro si intencionadamente, demasiado tontos. Perfíl Tiktok y tal. Vamos, que nos guste o no, no deja de ser un perfíl creíble actualmente. En fin. Al menos, como escaladoras se las ve sobradamente preparadas, y esto sí hace por meterte más en la historia. 

En definitiva: preparaos para pasarlo muy mal, en el muy buen sentido. Si tenéis cerca un cine donde la pongan, no lo dudeis, hay películas que, mejores o peores, tienen elementos que merecen el precio de una entrada de cine, y esta es una de ellas. Pocas películas en 2022 van a mercer más esa experiencia.