Has filtrado por etiquetaa: cómic

Army of Darkness: Ashes 2 Ashes

El nuevo NecroCOMICon

Army of Darkness: Ashes 2 Ashes

En pleno siglo XXI a nadie se le escapa la fuerte sinergia que se produce entre los distintos géneros artísticos, siendo las más destacables las que tienen al mundo del cine como parte de un eje. Lo más frecuente suele ser encontrarnos con que los cineastas gustan de adaptar obras de otros medios para crear un producto impactante, resultón y vendible (amén de salvara así la falta de ideas originales que vive la acomodada sociedad consumista). Así que nuestros cines se llenan de adaptaciones de libros, videojuegos, comics y hasta juegos de rol.

En el caso más concreto del comic, el idilio con el séptimo arte se prolonga durante más de una década, viviendo en los últimos años grandes éxitos de taquilla y crítica (Batman Begins, 300 ó Watchmen). Pero no todo queda en un “parasitismo” argumental por parte de los guionistas y los directos de cine; también el mundillo del comic (habitualmente menos accesible a un público más generalista) se nutre de elementos externos y debido a la afinidad visual con el medio cinematográfico, las adaptaciones al comic de películas suele dar unos resultados aceptables. Es más, dada la mayor libertad que existe en la realización de una historieta ó serie mensual (sobre todo por los evidentemente inferiores costes de producción) no solemos encontrar adaptaciones puras y duras si no que las influencias de los films generan autenticas líneas arguméntales nuevas. Léanse las ediciones que durante el año pasado realizó Planeta de los iconos terroríficos Jason Voorhees, Freeddy Krueger ó Leatherface.

The House of Mistery

Como en casa en ningún sitio

The House of Mistery

A principio de la década de los cincuenta los comics de terror vivían su mayor auge. Esparciendo su miasma y corrupción por unos precios irrisorios, los jóvenes norteamericanos se enfrascaban por la noches en lecturas relativas a necrófagos, vampiros sedientos de sangre y extraños rituales vudú. La publicación más vendida y conocida a día de hoy, fue las mítica “Tales from the Crypt” de la editorial EC (Educational Comics. Ummm, que irónico). Pero estas historias ilustradas de macabro gusto y papel rugoso, pronto tuvieron multitud de hermanas.

La editorial DC, arto conocida por la edición de las aventuras de Batman y Superman (y en épocas más modernas, las de mi gran favorito John Constantine), supo subirse al carro de los comics terroríficos, con un título de acertado nombre que continuaba las bondades de sus predecesores: “The House of Mistery”. Como todo buen compendio de historias de miedo, este tenía que ser presentado por un anfitrión siniestro y de humor más negro que la noche. Para la ocasión se sacaron de la manga al simpático Caín bíblico, que hoja tras hoja y en riguroso blanco y negro, nos iba presentando sus horripilantes historias. Pronto, dicho comic, tuvo un hermano pequeño como el personaje de los mitos cristianos que narraba los cuentos. Ni más ni menos que “The House of Secrets”, presentada por el mismísimo Abel. Y es que corren buenos tiempos para el horror, cuando un jovencito puede acercarse a un kiosco con sus diez centavos y asegurarse una hora de diversión a la tenue luz de una linterna, rodeado de fantasmas, licántropos y caníbales.

I Sell the Dead

El fatídico negocio de los muertos

I Sell the Dead

Ver ficha completa



I Sell the Dead

Viendo la película es fácil imaginarse lo mucho que llegó a disfrutar el irlandés Glenn McQuaid escribiendo, en primer lugar, y dirigiendo finalmente la comedia I Sell The Dead.
Es más, no tengo el placer de conocer personalmente al bueno de Glenn McQuaid, pero tras disfrutar de su segunda película como director (la primera se tituló The Resurrection Apprentice, 2005) podría apostar mi cuello (algo que encaja perfectamente con el espíritu de la película), a que es un enorme aficionado a la serie B terrorífica, a los monstruos de la Universal, a las maravillas de la Hammer, a los comics de la EC… en definitiva, y tal y como gritarían los entrañables seres deformes de La Parada de los Monstruos (Freaks, 1931): “uno de los nuestros”.

Ambientada en la segunda mitad del siglo XIX, I Sell The Dead (algo así como “Vendo la Muerte”) cuenta la historia de un par de delincuentes de baja estofa cuyo principal medio de subsistencia es la profanación de tumbas. Por desgracia para ellos viven a expensas de un médico que experimenta con los cadáveres y al que se ven obligados a vendérselos a un precio irrisorio, bajo amenaza de aquel de ser denunciados a la policía por sus actividades delictivas.

Lo mejor: La acertada mezcla de subgéneros, monstruos y elementos sobrenaturales. Determinadas secuencias realmente graciosas.

Lo peor: Determinados momentos lastrados por el exceso de diálogos que no acaban de funcionar.