slasher

Terrifier 2

El GORE conquista las salas.

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Pet

Love Sucks

Pet

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3/5

Pet

Un thriller psicológico sobre un hombre que se encuentra con un viejo enamoramiento y posteriormente se obsesiona con ella, llevándolo a mantenerla cautiva debajo del refugio de animales donde trabaja. Pero ¿qué va a tener la víctima para su captor?

“Pet” representa el segundo largometraje de Carles Torrens tras “Emergo”, un found footage sobre posesiones que, sin ser la novena maravilla, era bastante entretenido gracias a su falta de compromiso así como a su capacidad para no tomarse del todo en serio. Siguiendo dicha estela, la película que hoy nos ocupa pasó ligeramente desapercibida en Sitges, festival donde este director consiguió el premio “Cine365”, muy bien reinvertido en esta obrita, co producción entre Estados Unidos y España. El director catalán afincado en Estados Unidos, país convertido ciertamente en la tierra de las oportunidades que aquí se le negarían constantemente, mereció mejor suerte en el famoso festival barcelonés, provincia natal de Torrens. Quizás no goce de la espectacularidad visual de otras producciones más reconocidas, como “Train to Busan”, pero me ha parecido que este ejercicio de serie B sale muy bien parado, empujado por una adecuada dosis de mala uva capaces de transformar un thriller psicológicos, con remanentes de “torture porn”, en una cinta de terror festivalera muy dinámica y agradable de ver.

Lo mejor: Bastante mala uva que...

Lo peor: ... no consigue superar la falta de credibilidad de diálogos y situaciones un tanto predecibles.


The Snare

Apartamento para tres

The Snare

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 1/5

The Snare

Otra hora y media perdida. Hasta el final he aguantado pensando que, con suerte, “The Snare” (“La Trampa” en un aclarativo castellano) pudiese rozar el ridículo absoluto; y de tan mala terminase por ser divertida. Pues no, el primer largometraje de C.A. Cooper – aquí guionista, productor, camarógrafo, editor, chico de los cafés – es malo a secas, pero con una sequedad que podría crispar los nervios de cualquier budista convencido. Un thriller psicológico de baja estofa que intenta parapetarse en una falsa premisa sobrenatural, cuyo truco se ve venir desde los primeros compases de la película, para articular una falta de historia alarmante con el estilo y ambición de igualarse a “El Resplandor”. Por supuesto en versión barata y con un toque británico que sí puede destacar en cuanto a la parte escabrosa del asunto: pues coprofagia, canibalismo, pedofilia, incesto y violencia de género se dan la mano con el único objetivo de escandalizar al espectador por la vía directa. Ya digo que sin una historia de verdad, también sin unos actores con las suficientes tablas para aportar sutileza, “The Snare” se convierte en un bostezante bodrio de muy señor mío que, además, naufraga completamente en lo que a una estética atractiva se refiere.

Lo mejor: El cerebro humano es capaz de olvidar.

Lo peor: Los planos de la cara de la protagonista, y sólo hay más de mil.


Pitchfork

Dinamita pa' los pollos

Pitchfork

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 2.5/5

Pitchfork

Quería desengrasar los excesos navideños con un buen “slasher”, nada para mantener la figura como un hachazo directo a las lorzas, y me doy de bruces con un mojón cuyo espíritu está más cerca al de una “caspa movie” que otra cosa. Incluso dudo del grado de humor involuntario vertido en esta versión sangrienta y ortopédica de “UPA Dance”, edición campestre. Es decir, ¿su guionista y director puede tomarse en serio los personajes que nos ofrece? Si ya suele ser insultante este apartado en los “slashers” de toda la vida, aquí roza el trazo grueso de un consumidor habitual de porros “zeppelín size”. Glenn Douglas Packard, que así se llama el culpable tras “Pitchfork”, es un bailarín que incluso formó parte del coro de bailarines de algunas giras de Michael Jackson, el amigo de los chimpancés y otras Almas Oscuras. Con semejante currículo y escasa experiencia como director afronta su debut con la ilusión del que transforma cierta línea autobiográfica en película de terror. Es decir, “Pitchfork” habla de un joven bailarín gay que vuelve a la granja donde se crió… Allí un asesino pondrá a prueba su masculinidad en una especie de metáfora, y os aseguro que esto no me lo invento, cuyas raíces tienen más de republicano, Trump pondría su sello de aprobación, que de alegato a la libertad como persona; ya sea laboral o sexualmente hablando.

Lo mejor: La susurradora de psicópatas y los momentos "UPA Dance", edición "country".

Lo peor: A veces se pone tan seria que deja de ser divertido el reírse de ella, culpa de un asesino tan premeditado en su función que da lástima.


Prevenge

Antojos mortales

Prevenge

Ruth se enfrenta sola a la maternidad tras perder a su marido. El bebé le habla desde el vientre, empujándola a asesinar personas implicadas en distintos momentos de su vida. Luchando contra su este extraño brote de locura preparto, Ruth deberá elegir entre vida y muerte en el momento que el bebe nazca.

Parece que por fin tenemos completo el triunvirato de películas de bebés chungos de 2016. Uniéndose a “Shelley” y “Antibirth”, hoy os presentamos el tráiler de “Prevenge”, otras de esas obritas que parecen abogar por el análisis de un embarazo desde una perspectiva horrorosa, incluso más que “Junior”, la infame comedia con Schwarzenegger.

Don't fuck in the woods

Sí, lo sabemos... si follas mueres

Don't fuck in the woods

Un grupo de jovencitos y jovencitas fanáticos de las películas de terror, deciden pasar un fin de semana de acampada en mitad del bosque. Sin embargo, el que prometía ser un desfasado fin de semana de sexo, drogas y diversión, pronto se convertirá en una pesadilla cuando una monstruosa criatura emerga de las profundidades para acabar con todos ellos… Uno tras otro… Y, por supuesto, con cierta predilección por aquellos insensatos a los que se les ocurre practicar sexo.

Ya hacía bastante tiempo que un servidor no traía a colación una de esas series Z yankees que tanto gustan a unos y por las que muchos otros me colgaríais del palo más alto. Supongo que Don’t fuck in the woods —tremendo título— dejará satisfechos a unos y a otros. La película, dirigida por un desconocido Shawn Burkett, vendría a ser un mezcla bastarda entre cualquier slasher ochentero cuya acción se desarrolla bajo la espesura de un bosque —véase cualquiera de las secuelas de Viernes 13— y el clásico de Jack Arnold del 51 Creature from de Black Lagoon, que en España conocimos bajo el título de La mujer y el monstruo. Supongo que la comparación le resultará odiosa a más de uno, y que incluso alguno no tardará en tacharme de hereje (o alguna cosa peor), pero lo cierto es que viendo la imagen del monstruo de Don’t fuck in the woods, para el que se ha prescindido de CGI y se ha optado por un traje tan cutre como entrañable, el recuerdo del clásico de la Universal es inevitable.

Trash Fire

Una ración de comedia negra

Trash Fire

Para desgracia de todos, Owen e Isabel esperan un hijo. Aún peor: ella quiere conocer a la familia de él. Así que los dos se plantan en el pequeño pueblo donde viven la abuela y la hermana de Owen, herida tanto física como emocionalmente por un incendio, con la intención de enterrar el hacha de guerra. Sin embargo, hay cosas que deberían permanecer bajo tierra.

A Richard Bates Jr. le conocemos por Excision, una película “distinta” que a mí, personalmente, me gustó mucho. Una comedia negra y freak que se pudo ver en el Festival de Sitges de 2012 en la sección panorama, siendo una de las nominadas a mejor película. A continuación llegó Suburban Gothic, en el año 2014, una propuesta que no pude o supe disfrutar como lo hice con su debut. Por lo tanto tenemos un empate en el marcador, y le toca a la presente Trash Fire romper la igualdad y ver si regresamos a la excelencia de Excision o nos quedamos en el terreno más vulgar de Suburban Gothic.