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Una planta de margaritas

UNA PLANTA DE MARGARITAS
Aún en éste, su último día de vida, Ramiro no podía recordar un solo momento de felicidad, aunque sea uno fugaz. No, la vida había sido dura para él, desde sus comienzos. Ahora, parado al borde de la cornisa del edificio mas alto de su ciudad natal, intentaba buscar una sola razón para no terminar con su miserable existencia… y no la hallaba.

Abajo la gente seguía con su rutina, sin reparar en él, ni siquiera su último intento por llamar la atención daba resultado. La llovizna comenzaba a humedecer su ropa, y el frío empezaba a nublar sus pensamientos. Si hubiera nacido en una familia normal, se decía, una familia amorosa, otro sería su destino. En cambio, le habían tocado en suerte una madre abandonada, que solo pensaba en sus cigarrillos y sus películas de terror, un padre borracho y vago que perdió todo su dinero jugando al póker, y un hermano depravado que pasaba sus días escuchando rock’n roll e inventándose nuevos peinados frente al espejo.

De repente, una idea eclipsó su mente: ¿Por qué terminar con su vida, y no con la de todos aquellos que la convirtieron en una pesadilla? Rápidamente se sentó en el borde, tomó el anotador donde había escrito su patética nota de despedida, y comenzó a esbozar su venganza. La adrenalina corría por su cuerpo, lo arropó un nuevo sentimiento de poder, y se sintió dueño de su vida por primera vez. Encabezaba la lista su madre. Esa mujer despreciable, con olor a tabaco y suciedad, esa mujer que desde un comienzo lo había tratado no mejor que a un pedazo de carne cualquiera. Miró sus brazos, tocó su rostro, sintió las marcas dejadas por los cigarrillos apagados en ellos por ese ser infame al que alguna vez llamó madre. En su nariz se reprodujo el olor de las papas fritas que esa bestia consumía sin cesar. Decidió que su madre moriría por las mismas cosas sin las que no podía vivir.

Abriría con cuidado uno de los paquetes de Lays, y mezclaría junto a las papas, pequeños pedazos de dvd, irregulares y con bordes afilados, para que la bestia al engullirlos como un animal salvaje, sufriera horrendas heridas en sus entrañas, obligándola a vomitar sangre sobre su preciado sillón. En un último resuello, buscaría encender un cigarrillo, pero no lo lograría, ya que el encendedor estaría vacío…Mientras tanto él, desde el pasillo, filmaría la escena final de la vida de su madre.

Su padre, ese ser pusilánime cuyas únicas palabras eran “si querida”, ese ser que los había llevado a la ruina, sería víctima de aquello que lo acogía el día entero: su colchón. Ese pretexto de hombre, despertaba al mediodía, arrastraba sus mugrientos pies hasta la cocina, y comía lo que hubiera sobre la mesada, bebía una caja de vino barato, y se arrastraba nuevamente hasta la cama de pringosas sábanas. Todas las noches abandonaba su covacha para ir a jugar al póker. Todas las mañanas regresaba vencido, ebrio. Se paraba frente al colchón, y se dejaba caer, ya medio dormido por la borrachera. Salvo que una de esas mañanas, en lugar de encontrar el ansiado descanso, encontraría su muerte. Colocaría debajo del delgado colchón, un armazón de madera cubierto de grandes y afilados clavos, de ser posible oxidados, que al entrar en contacto con el pesado cuerpo del padre, se hundirían hasta traspasarlo. Al fin, descansaría en paz.

Sólo restaba su hermano. Ni siquiera debía preocuparse por buscar la forma de matarlo. Ese desperdicio de vida, ese saco de huesos inútil, mantenido y apañado por su madre, moriría de inanición, pues en su vida nunca supo como valerse por si mismo.

La tormenta arreciaba, sintió la urgencia de dar comienzo a su plan de venganza. Se paró de un salto, enérgico, decidido. La brusquedad de sus movimientos azuzó a las palomas que compartían con él la cornisa, alzaron vuelo en desorden, perdió el equilibrio. Su anotador cayó sobre el techo… él al abismo.
- Nooooooooooooo! Intentó gritar, pero la voz no surgió de su garganta… En esos pocos segundos que duró la caída, su mente evocó patéticas vivencias, recuerdos que ahora no importaban.
Ya en el suelo, el cuerpo despedazado, la mente desorientada, sintió la paz que siempre había deseado… Quizás no fuera el final, quizás tenía aún una chance… No sentía dolor, su cuerpo aunque destruido, quizás tuviera recuperación… Una repentina ráfaga de viento hizo caer una maceta del cuarto piso, su cráneo se hizo añicos. En su lugar, enhiesta, se irguió una planta de margaritas.

MI ABUELA
-¿No dijiste que sabías abrir cerraduras?
-¡Hablá despacio que nos va a escuchar!
- ¿No dijiste que dormía profundamente?
-¡Por favor callate y dejame concentrar!
-¿Y tiene muchas joyas?
-¡Shhhhh! ¡Listo!

La puerta se abrió e ingresaron a la antigua casa. Estaba oscuro y los golpeó el olor a humedad.
-Dale, prendé la linterna.
-No.
-¿Cómo se supone que vamos a ver?
-No molestés, caminá despacio y tratá de no golpearte con nada.
-¡Prendé la linterna!
-No puedo… me olvidé de ponerle pilas…
-¡Por Dios!
-Igual yo conozco el lugar, ¿ok?
-¡Pero yo no! Hay muchas cosas… ¡Ay! ¡La pierna! ¡Algo me mordió el tobillo!
-Dejá de decir pavadas. Quedate quieto por favor.
-¡¿Quién anda ahí?!
-¡Se despertó!
-¡¿Quién anda ahí?! Román, ¿sos vos?
-Decile que sos mi amigo y que estoy guardando la moto en la cochera.
-¿Román?

La luz se encendió y dejó ver la figura de una diminuta anciana.
-¿Quién es usted? ¿Qué hace en mi casa?
-No se asuste señora, vine con su nieto, está en la cochera guardando la moto.
-¿Román, estás en la cochera?
-Si abuela.
-¡Que susto me dieron! ¿Qué hacen a esta hora por acá?
-Román tenía que arreglar la llanta de la moto.
-Ahhh, esa moto… La quiere más que a mí…
-Sabés que no es cierto…
-¿Quieren algo de comer? Les preparo un rico estofado.
-No señora, son las 2 de la mañana…
-Si, si. Mire la cara de hambre que tiene… Y usted es gordito, debe alimentarse
bien. -Román, ¿Qué hacés en la cochera?
-Ya te dijo mi amigo, estoy arreglando la moto.
-Bueno, voy a preparar las cosas para hacer el estofado.

Matías sintió pena por la anciana, era tan amable y estaban a punto de robarle lo único valioso que tenía en la casa.
-Tómese un vaso de jugo. Seguro que tiene sed.
-Gracias, es muy amable… Señora, ¿se siente bien? Está muy pálida…
-Si querido, a mi edad somos todos del mismo color, pálido jeje.

Matías tomó el vaso y bebió de un solo trago todo el contenido. En la boca le quedó un sabor raro, metálico. Sintió un repentino mareo, la habitación comenzó a dar vueltas, los objetos a distorsionarse, un sudor frío recorrió su espalda.
-¿Se siente bien muchachito?
-No… yo… el jugo…

El cuerpo de Matías se desplomó pesadamente.
-Román, algo le pasó a tu amigo…
-Abuela no te hagas la tonta, ya sabés lo que le pasó…
-Je, je, ¿sabés una cosa? Ya le dí un mordisco y es muy sabroso…
-Si, podrías haber esperado un rato ¿no? Mirá si te pateaba…
-Dale, sé un buen nieto y llevalo a la cochera para descuartizarlo.
-Éste me va a costar trabajo, está gordo… Espero que te dure por lo menos dos semanas.
-Mejor, los últimos que trajiste eran puro hueso… Estos chicos de ahora no se alimentan bien… Ya tengo cebolla en el fuego, apurate que se me hace agua la boca. Hoy tengo antojo de comer un muslito je, je. ¿Vos Romacito que parte querés?
- Abuela, sabés que no me gusta la carne… Soy vegetariano…
-Si, siempre me pregunté por qué tu mamá no te alimentó como Dios manda…


Vuestros comentarios

1. 05 jun 2009, 23:10 | Elizabeth

Que puedo decir?? Geniales!
Dime con quien andas, que peliculas te gustan y te dire lo que tu mente produce!
La autora tiene mucha literatura encima y se nota!

PD: que extraño…creo conocer a algunos de los personajes ;)

2. 05 jun 2009, 23:49 | Juan

Muy interesantes sobre todo la primera… Buen trabajo.

3. 06 jun 2009, 03:49 | bacterias

Geniales ambos, aunque debo de reconocer que el de la Abuela me ha gustado más….

Hay algun blog donde la autora cuelgue sus relatos?

4. 06 jun 2009, 08:00 | Missterror

me han encantado ambos,tienen el punto exacto de mala leche (planta de margaritas) y oscura comicidad (mi abuela) que hace falta para escribir un breve relato y enganchar en 1 minuto.Felicidades

5. 07 jun 2009, 23:10 | rodri

muy buenoo!! te faltaron los detalles de los vellos en la piernaa de su madre!!

6. 09 jun 2009, 02:19 | Gaby

Muchas gracias por vuestros comentarios!
Espero que el próximo les guste también.

PD: Eli y Rodri, todo parecido con la realidad es pura coincidencia.

7. 09 jun 2009, 18:55 | NATALIE

Excelentes!!!Escalofriantes. Definitivamente queremos más!!

8. 10 jun 2009, 05:12 | Batuque

Muy buenos!!!
El hijo mal criado, Ramiro pobre desgraciado y El hijo bien criado, Román que alimenta a su anciana abuelita.
Te felicito!!!

9. 14 jun 2009, 11:42 | ED

Formidables historias ambas, he disfrutado mucho con su lectura. Enhorabuena.

Saludos.

10. 21 ago 2011, 00:41 | angel

pasa que esta es una persona con muchaaaaaaaaaaaaaa maaaaaaaaaala leche

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