
- Título original: Le Mangeur d'Âmes
- Nacionalidad: Francia | Año: 2024
- Director: Julien Maury, Alexandre Bustillo
- Guión: Annelyse Batrel, Ludovic Lefebvre
- Intérpretes: Paul Hamy, Virginie Ledoyen, Sandrine Bonnaire, Malik Zidi, Chloé Coulloud
- Argumento: El un pequeño y otrora prospero pueblo de montaña francés unas desapariciones infantiles y unas muertes casi inexplicables han atraído la atención de dos investigadores.
DIVERSIÓN: | |
TERROR: | |
ORIGINALIDAD: | |
GORE: |
- 3/5
El dúo de realizadores galos Alexandre Bustillo y Julien Maury parece querer explorar todos los palos del cine de terror. Fundadores, junto a Aja, Gens o Laugier, del denominado terror extremo francés con su película À l’intérieur, su carrera no ha terminado de consolidarse en el público tras este notable título. La recepción de su oscuro cuento de vampiros Livide fue tibia; tampoco lograron convencer con sus dos películas que evocaban el espíritu de las entregas de La matanza de Texas de Hooper: Aux yeux des vivants (claramente inspirada en La matanza de Texas II) y Leatherface (precuela de la saga). Crearon un correcto slasher sobrenatural ambientado en los suburbios franceses con Kandisha, que nuevamente pasó sin pena ni gloria. Y su trabajo anterior, La casa en las profundidades, a pesar de su original punto de partida y su compleja puesta en escena, tampoco logró demasiada difusión. Este año vuelven a la carga con un thriller que combina elementos de terror, y que pudimos disfrutar en las jornadas presenciales del festival Atlántida Mallorca Film Fest.
Su nueva película nos presenta a dos agentes cuyas investigaciones se entrecruzan: él trata de encontrar a varios niños desaparecidos en una región montañosa, mientras que ella investiga la extraña y macabra muerte de un matrimonio. No serán los únicos cadáveres, y a medida que avanzan en sus pesquisas, descubriremos implicaciones íntimas de estos agentes en sus respectivos casos, también que la región esconde varios secretos, y es posible que un ser mitológico, el “devorador de almas”, esté relacionado con toda esta maraña de sangre e intrigas.
The Soul Eater es un noir francés en la línea de películas como Los ríos de color púrpura, Sólo las bestias o Golpe de calor, alejado del típico polar policiaco-mafioso y centrado en las investigaciones detectivescas de crímenes escabrosos. Dado que este misterio contiene elementos aparentemente sobrenaturales, también podría emparentarse con la trilogía del Baztán. o (pillado con alfileres) con El pacto de los lobos.
La pareja de realizadores llena el metraje con cuerpos mutilados de forma grotesca. Aparentan ser suicidios, pero debido a la brutalidad de las acciones, es imposible considerarlas heridas autoinfligidas. Por ejemplo, una de las víctimas ha decidido partirse la cabeza verticalmente, introduciéndola sin resistencia en una sierra industrial de carpintero. Esto crea una película sumamente intrigante durante su primera hora. La trama rápidamente toma velocidad de crucero y, aunque incluso los observadores más atentos verán elementos que seguramente conforman la resolución del caso, no sabremos cómo encajan esas piezas en la explicación final.
Sin embargo, cuando uno crea una intriga de altos vuelos, luego debe saber cómo aterrizarla. Todos los misterios, tanto de los personajes como del caso, deben responderse en el acto final. La verdad es que, aunque la resolución es coherente, resulta tan artificiosa que parece poco o nada creíble, lo que lleva lo notable de su recorrido al aprobado ramplón.
La cinta cuenta con una preciosa ambientación que crea una efectiva atmósfera, un buen manejo de la banda sonora y escenas de acción solventes aquí y allá. Da la impresión de que Bustillo y Maury se sintieron cómodos en su aproximación al thriller. El guion además les brinda la oportunidad de jugar un poco con el gore, tanto en las imágenes de los crímenes cometidos como en la visualización en tiempo real de uno de ellos en un oportuno flashback (aunque debo decir que la brutalidad de este crimen no impidió algunas carcajadas en la sala debido a lo grotesco de lo mostrado). También cuenta con un acertado reparto encabezado por la actriz protagonista del primer film de Pascal Laugier, El internado: Virginie Ledoyen y el atractivo Paul Hamy. Ambos interpretan papeles que deben resultar intencionadamente distantes para el espectador, ya que ellos mismos son un misterio más en la trama. A pesar de este obstáculo, superan con creces el reto y logran ganarse la complicidad de la audiencia.
Con todo lo dicho, aunque reconozco que me mantuvo entretenido a lo largo de sus 108 minutos, The soul eater no es un título especialmente relevante. Sus directores han demostrado una solvencia encomiable en todos sus proyectos, pero me da la sensación de que no terminan de encontrar, o no les terminan de ofrecer, un guion que lleve esas capacidades a algo especialmente memorable.
Lo mejor: Buena factura y buen ritmo en todo su metraje. Un punto de partida intrigante.
Lo peor: Un acto final deslucido, alguna secuencia involuntariamente cómica y cierta sensación de producto pensado directamente para consumo en plataforma.
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