Tres recomendaciones noventeras para Halloween
Caspa o trato

Si algo tiene la celebración de Halloween, día a día más masificado y casi perdiendo el gusto para los que evitamos las tendencias comerciales, es la capacidad para desempolvar películas de terror olvidadas, con tal de satisfacer las crecientes necesidades de cine de género que se aumenta esta noche a lo largo del globo. Las cadenas televisivas se pintan de naranja calabaza y nos ofrecen las golosinas de siempre, las películas pagadas e inocuas que nos recuerdan lo seguro que es ver gente morir desde la comodidad del sofá. Revisando las parrillas de programación me ha venido a la mente la primera mitad de la década de los noventa, cuando el Canal + se esforzaba por ofrecer cine fantástico con una profundidad hoy en día rara de ver. Así, y con un grabador de vídeo trampeado, mis amigos de instituto y yo nos pusimos las botas con esas cintas emitidas a horas intempestivas por el famoso canal de pago, que ahora, desde la perspectiva del tiempo, sólo pueden ser tildadas como casposas.
Eso sí, revisitando mis tres recomendaciones me he encontrado como en casa, una caspa más o menos premeditada que convierte estas obras, rozando el telefilme, en una experiencia divertida totalmente recomendable para Halloween. Cierto es que hay que superar sus reducidos recursos, su comedia mal entendida y sus actuaciones risibles; todo sea por buscar esa “magia” especial que estas películas esconden en algunas de sus escenas. No se trata tanto de reivindicar una década, los noventa, que es vilipendiada cinematográficamente por alejarse de la abundancia de títulos editados en los años anteriores, si no simplemente realizar una maratón cuya base sea esa ambientación grasienta y perversa a la que nos condenó el fin del milenio. No creo ni soy partidario de que se le tenga que rendir tributo a los noventa más allá de los buenos títulos que también nos dio, por ejemplo “Braindead”, “El Ejercito de las Tinieblas” o “En la boca del miedo”. Para bien o para mal no es el caso de hoy: ”Doppelganger”, “Mom” y “The Refrigerator” son películas malas que nos sacaran una sincera sonrisa, tanto por reflejar fielmente la época de producción, con los recuerdos de nuestras adolescencias ejerciendo de catalizador, como por la desvergüenza de serie B que lucen sin despeinarse. ¿Ancianas diabólicas, Drew Barrymore por partida doble, una nevera que se abre al Infierno? ¡Qué corra el Jägermeister y empiece la fiesta!