Habitualmente me sorprendo a mi mismo mirando, desde la distancia, las ventanas de otras casas mientras elucubro sobre las personas que viven en su interior. A veces me imagino cosas muy oscuras, aunque la mayoría de las veces dejo que mi imaginación cree a la familia ideal que yo nunca he conocido pero las películas se obstinan en presentarnos, sobre todo el cine americano. Y os soy sincero si os digo que esa perfección me causa una tremenda envidia. Una frustración mezquina por algo que reconozco como inalcanzable para mí.
En uno de esos momentos de voyeourismo imaginario no pude evitar ver a la típica familia americana de clase media/alta. Inmediatamente, les puse rostro y eran la familia de una famosa película terror de 1982 (que espero todos reconozcáis al finalizar el relato). No pude menos que sentir la citada envidia, así como un sentimiento fantasmal y agónico (y no poco culpable) por mi propia condescendencia. Odiaba a esa familia imaginaria porque eran libres de vivir una vida que a mi no me correspondía. Me sentí un espectro, un sucio ser atrapado que busca su propia felicidad a costa de la de los demás…
Así que todas estas reflexiones onanísticas me llevaron a escribir un relato macabro que quiero dedicar a Elniniodecristal, porque ciertas reflexiones de su blog me dieron la conclusión para el relato.