Here Alone

Un virus ha devastado la civilización humana, dejando dos grupos de sobrevivientes: los que han logrado evitar la infección y aquellos conducidos a la locura, la violencia y una insaciable sed de sangre. Viviendo en medio del bosque, Ann, Chris, y Olivia se ven obligados a defenderse de los infectados mientras se alimentan de desechos. Pero cuando una expedición en busca de avituallamiento va terriblemente mal, uno de ellos debe hacer una terrible elección.

Comencé a coleccionar los comics de “The Walking Dead” con la ilusión del neófito: “¿una saga que presenta un mundo dominado por los muertos vivientes y donde el hombre se las ve y se las desea para sobrevivir?”. ¡De cabeza! Cuando llegué a los cincuenta números comprobé horrorizado como dicha premisa se convertía en mera excusa para presentar un culebrón como otro cualquiera, donde los menos importantes son los zombies. Aunque no nos engañemos, los productos de largo recorrido terminan siendo eso. Mejores o peores, pero una historia estirada como chicle donde, por ejemplo, la tensión sale perdiendo por tratarse de un tipo de experiencia más acorde a las cortas distancias. Reconozco que mi estilo aboga antes por los finales, abiertos o no, que por esos universos donde marcar un cierre representa matar a la gallina de los huevos de oro.

Pasado el tiempo decidí darle una oportunidad a la serie de televisión pensando que el formato visual quizás dinamizase más el contenido, pero a los pocos capítulos abandoné por no poner mi paciencia de nuevo a prueba: Otra telenovela americanizada como lo fue en su día “Falcon Crest”; y he de reconocer que de jovencito sí vi dicha serie con cierto interés. Quedaba claro a esas alturas que el formato largo, infinito podríamos decir, no es lo mío, máxime si supone una excusa para el melodrama revestido de terror… Creo que nadie podrá negar que “The Walking Dead” opta por derroteros muy alejados del terror tradicional y explora de manera extenuante las relaciones entre sus personajes. ¡Ni tanto ni tan calvo! Quizás sea un carca, o quizás un insensible, pero luego llegó “The Last of Us”, el gran videojuego de despedida de la PS3, y a pesar de las buenas críticas quedé estancado debido a su deriva en lo que a atmósfera macabra se trataba, juego orientado realmente al existencialismo demócrata.

Con semejantes antecedentes parecía absurdo darle una oportunidad a “Here Alone”, que desde sus primeras imágenes se leía como un punto y seguido a los nombres propios citados anteriormente. Sin embargo pensé que al tratarse de una viñeta, o panorámica limitada, extraída de un espacio similar a las telenovelas nombradas, ganaría en cuanto a dinamismo. Pudiendo apreciar genuinamente el análisis emocional de una situación tan demoledora como perder a tu familia, a todo el mundo, debido a un apocalipsis vírico, y por ende “zombie”. Y efectivamente la disección del alma humana me parece más eficaz circunscrita a la hora y media de metraje, lo que no veo tan claro es la catalogación como cine de terror.
Es decir, algo falla en una película de muertos vivientes donde tienes que esperar la primera aparición de uno durante casi una hora y cuarto. Qué más da que nuestra protagonista esté aislada y al borde de la inanición porque se haya desatado una pandemia, de un virus que convierte a las personas en bestias asesinas, o porque una guerra tradicional esté teniendo lugar a su alrededor. Esa falta de peso específico en la temática siempre me parece superflua cuando hablamos de nuestro género favorito, convirtiéndose en el vehículo perfecto para unos dramas de aúpa que, en lo que a mí respecta, no funcionan en ninguno de los dos sentidos.

Muchos justifican este camino en pro del realismo, como excusa para ofrecer una mirada más clara y profunda sobre las necesidades humanas. En lo que a mí respecta, el hombre es una anomalía dentro del orden natural de las cosas, un cáncer cuya influencia terminará más temprano que tarde, no hace falta que me descubran el dolor de la pérdida o la angustia del desamparo. Es algo que supera a “Here Alone” en cualquier lugar en guerra. Así que si se trata de “realismo” en el cine de muertos vivientes, que no cuenten conmigo. Sí creo que existen metáforas sociales muy interesantes en el sub género, incluso una vía para el humor, pero si quiero ver un melodrama post bélico que me achique el corazón prefiero “When the Wind Blows”.

Estados Unidos ha desaparecido como tal por obra y gracia de un virus que transforma a los infectados en seres sedientos de carne humana… blah, blah… Ella perdió a su marido e hija… blah, blah… Pis, barro y heces de animales… blah, blah…Sobrevive en medio de un bosque rapiñando lo que puede… blah, blah… Se oculta en el coche familiar de la amenaza de los infectados… blah, blah… Encuentra a otros dos supervivientes y sus sentimientos se ven removidos pese a su reticencia inicial… blah, blah… La frágil seguridad que ella pensaba haber adquirido se verá puesta en jaque por una última incursión a por alimento combinada peligrosamente con celos…

O – R – I – G – I – N- A – L – I – D – A – D [sin sustancia detrás, que es lo que jode realmente]

De todos modos he de reconocer en “Here Alone” un intento muy honrado por trasladar de forma elegante este discurso sobre la soledad y la devastación dentro de esquemas carnívoros. Normal entonces que los zombies sólo hagan acto de presencia durante el tramo final de la película, más como recordatorio de lo peligroso que es un entorno natural no contralado que de verdadero elemento terrorífico. Tanto a nivel visual como artístico la película se yergue con bastante soltura, siempre con un ojo puesto en esas series ficticias que nombrábamos al principio de la reseña. Se nota que su director, Rod Blackhusrt, proviene de ambientes musicales e intelectuales antes que de los miasmas del género. Por eso las imágenes a su cargo pueden presumir de una fuerte carga lírica, así como de un tiempo propio de los videoclips románticos del momento. No malo de por sí, de hecho de mucha calidad dentro de su verdadero ambiente, pero si lento y aburrido de manera evidente.

Otra debilidad es que a pesar de este estudio sobre las miserias de la humanidad como grupo, el guión no se muestra demasiado sólido en lo que a situaciones se refiere. Repitiendo esquemas mil veces vistos alrededor de la presencia de la actriz protagonista, una Lucy Walters que consigue soportar con soltura todo el peso de la película. Y es que sin los actores, muy profesionales a todos los niveles, “Here Alone” sería un rollo de tomo y lomo, ellos consiguen transmitir lo que sus historias no llegan nunca a decir, comunes a la misma escenografía post apocalíptica de tonos apagados y predecibles. Otra cosa es que esta viñeta no alcance las cotas mínimas de divertimento, pues asistimos a un fragmento muy concreto de una tragedia mayor, acompañada por los consabidos flashbacks, hay que decir que muy bien insertados. El argumento se restringe mucho así mismo intentando provocar lástima en el espectador, un maniqueísmo del que prefiero no formar pate.

Resumiendo: Sin ser una mala película del todo, sí parece justita como cine de zombies, especialmente por la ausencia de ellos, su amenaza siempre en segundo plano. La recomendaría para siestas vacacionales, me costó empezar a verla varias veces, y aunque sea porque su actriz principal se deja la piel literalmente. Por supuesto que aquellos que sepan disfrutar de una serie como “The Walking Dead” sabrán verle otras bondades, por no hablar de los fanáticos del juego “The Last of Us”, al cual se acerca mucho en la construcción de una frágil atmósfera de drama lacrimógeno.