Monstruos

Antlers, criatura oscura

Infancias fracturadas

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Big Ass Spider

El gordo, el mexicano y arañote de enorme culo

Big Ass Spider

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  • Título original: Big Ass Spider
  • Nacionalidad: USA | Año: 2013
  • Director: Mike Mendez
  • Guión: Mike Mendez
  • Intérpretes: Greg Grunberg, Lin Shaye, Ray Wise
  • Argumento: Una araña gigante y alienígena se escapa de un laboratorio militar y empieza a causar el pánico por las calles de Los Ángeles. Los militares no pueden detenerla.

DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3/5

Big Ass Spider

Mike Méndez, poco prolífico en su filmografía y responsable de la más que recomendable The Convent (2000), dirige en esta ocasión un sci-fi de serie B titulada Big Ass Spider. La película es una monster movie salpicada con grandes dosis de humor de trazo grueso y que conjuga efectos especiales infográficos en el diseño de criaturas junto a algún efecto más artesanal para determinadas escenas gores.

Tenemos en Big Ass Spider la historia, algo metida con calzador, de un exterminador de insectos que se mete en el embolado de su vida cuando, por obra y gracia de un experimento científico fallido, deba enfrentarse a un insecto algo más grande de lo habitual. Como podéis ver se trata de una trama fácil de digerir, sin atisbo alguno de originalidad, y que tiene, sin duda alguna, en el humor sarcástico con el que afronta en todo momento la situación, su mejor baza. Digamos que los protagonistas de Big Ass Spider se toman todo lo ocurrido con una sano cachondeo, de manera que las diversas situaciones que se dan a lo largo de la película acaban decantándose siempre hacia el lado del humor o la acción, en lugar del terror puro y duro.

Big Ass Spider disfruta de muchos elementos jocosos. No esperéis ver situaciones terroríficas porque el enfoque del guión tiene, en todo momento, un objetivo muy claro: soltar la parida más grande en la situación más extrema. Mucha acción, muchos tiros, humor chusco y algo de gore - en pequeñas dosis – … estos son los ingredientes que nos ofrece la película de Mike Méndez. Se trata de una película que puede recordar a las de la productora The Asylum por la forma en que está rodada y por estar protagonizada por una enorme araña con aspecto robótico. Sin embargo la película tiene mejores diseños que cualquier astracanada de The Asylum, e incluso cuando las arañas son de tamaño reducido, están bastante bien diseñadas. Cuando el insecto se hace muy grande pierde parte de su encanto. Su apariencia se vuelve robótica y su forma de moverse y de atacar está realizada con menor talento.

Lo mejor: Es divertida sin ser cutre. Algunos diseños de arácnidos dan muy bien el pego.

Lo peor: Los ataques de la araña madre no son especialmente aterradores, siempre ejecuta la misma técnica. Algunos efectos especiales cantan demasiado.


The Millennium Bug

El placer de lo falso

The Millennium Bug

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  • Título original: The Millennium Bug
  • Nacionalidad: USA | Año: 2011
  • Director: Kenneth Cran
  • Guión: Kenneth Cran
  • Intérpretes: J.C. Meyer, Jessica Simons, C. Haeberman
  • Argumento: Un matrimonio y su hija se adentran en la América profunda para pasar el fin de año de 1999. Como es lógico, la fiesta no podía estar completa sin una familia de endogámicos psicópatas y un monstruo milenario.

DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3/5

The Millennium Bug

La reseña de The Millenium Bug llega con unas horas de retraso. Bobrock nos la preparó, con cariño, como recomendación para la noche de Halloween. Pero por causas ajenas a mi voluntad, ayer me fue imposible publicarla. En cualquier caso, The Millenium Bug parece una excusa perfecta para prolongar la fiesta y volver a disfrutar de una noche de horror y risas con los colegas.

Fin de año de 1999, una jovencita acompaña, enfurruñada en el asiento trasero del coche, a su padre. Junto a ellos viaja la nueva y joven mujer de éste: van a celebrar tan señalada fecha en las entrañas de una solitaria montaña. Parece que el efecto 2000 les provoca algo de miedo, así que alejados de la vil tecnología esperan hacer de la transición del milenio algo realmente especial.

Sin embargo, encontrarán que esos remotos bosques bullen de vida. Por un lafo los cazadores ilegales hacen su agosto en diciembre siempre que una familia de paletos endogámicos se lo permita. Los depravados habitantes de esa zona aislada, anteriormente explotada por la industria maderera, buscan sangre nueva que renueve sus agostados genes; quieren celebrar el año nuevo con fetos sanos y fuertes. A su vez, un criptozoólogo, algo chiflado, estudia el advenimiento de una especie de insecto gigante que sólo eclosiona una vez cada mil años. ¡Qué casualidad! Precisamente esa misma noche.

Todos estos extraños y retorcidos personajes están destinados a cruzar sus destinos, bajo una luna llena grande como si estuviese preñada, para regocijo de la bestia ancestral que dormida aguarda su turno para el banquete de fin de año preparado a base de tierna carne humana…

Resulta obvio que la serie B no soporta un análisis o justificación sesuda, como supongo que afirmaría nuestro querido Corman. Sin embargo, a nadie se le escapa el valor que tiene una película cochambrosa, que vendría a ser ni más ni menos que el escapismo, la diversión sin más razón que la de “ser”. ¿Y acaso no representa Halloween, la festividad de Todos los Santos, el mayor escapismo del hombre? Es decir, esta noche tan americana – y a la vez tan popular por todas las referencias paganas implícitas – intentamos olvidarnos de nuestra levedad, de que el tiempo que nos queda es limitado. ¿Cómo? Pues burlándonos, o tributando según se mire, de la muerte y todas las fantasías y leyendas que la humanidad ha construido alrededor de nuestro intrascendente final.

Lo mejor: Los geniales y casposos efectos especiales artesanos ponen la guida a un pastel que se cimenta con lo increíble de sus situaciones excesivas, que al final son simple sátira de los tópicos enumerados dentro del cine de “backwoods” y “monster movies”.

Lo peor: Las limitaciones impuestas por su presupuesto provocan que ciertas escenas superen el nivel de ridículo admitido por un ser humano normal.


Urotsukidoji: la leyenda del señor del mal

Apocalipsis porno

Urotsukidoji: la leyenda del señor del mal

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  • Título original: Urotsukidoji
  • Nacionalidad: Japón | Año: 1987
  • Director: Hideki Takayama
  • Guión: Noboru Aikawa
  • Intérpretes: Animación
  • Argumento: La leyenda afirma que cada 3000 años nace el Chojin, el dios de dioses, para unir en uno solo los tres mundos: el de los demonios, el de los hombres bestia y el de los humanos.

DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 5/5

Urotsukidoji: la leyenda del señor del mal

“Erotic guro nasense”, eroguro para los amigos

Empecemos por lo fundamental, qué se entiende por eroguro: «A grandes rasgos, el eroguro definiría una serie de obras donde el erotismo se fusiona con la decadencia física, la mutilación, la violencia y distintas parafilias que incluyen la zoofilia, la necrofilia o la coprofagia. En resumidas cuentas, el erotismo llevado al terreno de lo bizarro y lo malsano» (Alberto García, en Manual de uso: eroguro, publicado en www.numerocero.com).

Hace cosa de una década, el vocablo eroguro no era más que un palabro que pasaba de boca en boca entre los otakus y amantes del japo más cutre y radical. No iríamos muy desorientados al afirmar que fueron las primeras planchas del mangaka Suehiro Maruo, vislumbradas en la distancia desde Occidente, las que nos pusieron sobre aviso: aquella era una forma casi inédita, novedosa y portentosa de hacer cómics; una formidable mescolanza de terror, violencia extrema y pornografía depravada. El furor no tardó en extenderse entre los connoisseurs. Fue sin duda el gran Maruo, erróneamente adscrito al terror por los hermeneutas occidentales, el que abrió la puerta a los Hideshi Hino (otro caso híbrido: mangaka salvaje y cineasta brutal: ver los Guineas Pigs), Junji Ito, Kazuo Umezu, Kazuichi Hanawa (autor a reivindicar, fortísima influencia en Maruo), Toshio Saeki y, más recientemente, a Usamaru Furuya y el celebérrimo y celebrado Shintaro Kago. Por alguna razón que se me escapa, la obra de Maruo ha gozado de mayor número de ediciones en España que en cualquier otro país fuera de Japón. Además, ha ayudado a acercar el manga a muchos escépticos («pijameros» y «gafapastas» en su mayoría) que hasta entonces miraban el cómic japonés de soslayo, con un mohín de desdén y desprecio. Tal vez se deba esto a que, a diferencia de la mayoría de mangakas underground y los cultivadores del eroguro, Maruo es un dibujante excepcional (el «feísmo» fue una constante en las páginas de la mítica Garo, revista dedicada al manga marginal y contestatario por antonomasia desde la década de los sesenta, donde muchos autores considerados hoy en día clásicos o de culto echaron los dientes: los Yoshiharu Tsuge, Sanpei Shirato, Shigeru Mizuki y un largo etcétera); tal vez se deba a que algunos han sabido apreciar, más allá de la marea de sangre, vísceras y genitales que desborda sus páginas, que estamos ante un autor de una sensibilidad excepcional, un fino esteta, un decadente, un poeta con mayúsculas (y podríamos hablar largo y tendido de su desdén por las tramas narrativas y de la estéril necesidad de establecer un historia tipo con presentación, nudo y desenlace), que en su mejores momentos me recuerda a Guido Crepax, otro autor irrepetible.

Lo mejor: Todo

Lo peor: Nada


Frankenstein's Army

Frankenstein's Hitler

Frankenstein's Army

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3/5

Frankenstein's Army

Frankenstein’s Army es un curioso mockumentary holandés dirigido por Richard Raaphorst, director de la inédita Worst Case Scenario, donde por cierto también jugaba con elementos militares y nacismo. “Un grupo de amigos trata de escapar de la guerra creada entre los equipos de futbol de Holanda y Alemania tras la final de la Copa del Mundo del 74, para cruzarse con un grupo de zombis nazis acuáticos”. Esa era la extraña y rocambolesca premisa de la mencionada Worst Case Scenario, primer film de este joven holandés que promete un amplio recorrido en el fantástico de su país, como lo hiciera en su día el ya contrastado -y todavía en activo – Dick Maas (Amsterdamned, 1988).

No voy a destripar nada acerca de la historia que cuenta Frankenstein’s Army, pero si me veo en la obligación de mencionar aspectos técnicos y algunas de las sorpresas de la película, por lo cual, como suelo decir, si aún no has tenido la oportunidad de ver la película, mejor abandona esta lectura hasta que lo hayas hecho.

La historia de la película arranca como una aceptable excusa para relatar las penurias de un grupo de militares rusos infiltrados en líneas enemigas, buscando la salvación en forma de una vía de escape, y sin embargo encontrando algo que jamás hubieran podido ni siquiera imaginar. La primera parte de la historia se acerca a una cinta bélica de serie B, con los protagonistas perdidos y andando por campos sembrados de cadáveres. Algunos de esos cadáveres que encuentran a su paso presentan ciertas diferencias curiosas respecto a lo que debería ser un cadáver normal y corriente. Digamos que el inicio de Frankenstein’s Army no es especialmente interesante. Incluso me atrevería a decir que resulta algo aburrida, ocupando una media hora de metraje en un ir y venir sin demasiado sentido. Algo así como un “Voy y vengo, y por el camino me entretengo”. Un ir y venir…, un camino algo anodino por ser excesivamente largo.

Lo mejor: Los prototipos y su diseño, bastante inspirados y resultones. Los efectos especiales están bien logrados.

Lo peor: La historia no acaba de ser del todo sugerente en su plasmación en pantalla y el mad doctor no me pareció convincente.


Vessel

Richard Matheson en el avión

Vessel

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3/5

Vessel

Los pasajeros del vuelo 298 nunca pensaron que durante su apacible vuelo nocturno hasta San Francisco se vieran envueltos en una lucha por sus vidas, contra fuerzas que no son de este mundo. Una luz los envuelve y todo cambia para siempre.

Vaya por delante que aunque Vessel se venda como un corto de ciencia ficción, estamos ante una clásica historia terrorífica a todas luces. Una obrita que destaca inmediatamente por su gran acabado técnico: fotografía, edición decorados, sonido… todo brilla con luz propia, esa misma luz alienígena que desembocará en caos troncal, y verdadero meollo del cortometraje que nos ocupa. Precisamente, es gracias a la fotografía e iluminación como el espectador se ve atrapado en primera instancia. Y ese es, el concepto “atrapar”, el que toma una dimensión tan interesante como predominante a lo largo de toda la trama, pues – como tanto nos gusta en Almas Oscuras – toda la acción se sitúa a bordo de una claustrofóbico vuelo. Un avión, cuyo interior ha sido fielmente recreado, que se las tendrá que ver con un ser escalofriante, que no desentonaría en cualquiera de los cuentos de Lovecraft y su círculo.

Pero no sólo sobresalen los valores de producción que comentaba. Cuando le toca el turno a los efectos especiales es cuando nos preguntamos si no estaremos ante una producción destinada a las pantallas comerciales en toda regla. Mezcla equilibrada de efectos realizados por ordenador y métodos artesanos, Vessel se guarda sus mejores cartas cuando el “bicharraco” que aterroriza a los pasajeros del vuelo 289 hace su inmisericorde aparición. Y lo hace sin cortarse un pelo: con la dosis adecuada de gore y haciendo gala de una estética inquietante. En definitiva, visualmente es toda una delicia invertir 10 minutos en este corto. Algo que, a mi juicio, se sintetiza en el estupendo póster retro que han diseñado sus responsables, y que acompaña estas líneas. Aunque no os quiero llevar a engaño, toda la “chicha” se reserva para el verdadero protagonista alienígena del corto.

Lo mejor: Un apartado técnico logrado y un acertado sentido del ritmo.

Lo peor: Es bastante predecible, incluso para un cortometraje sin pretensiones.


Zombie Ass: Toilet of the Dead

Ración japonesa de caca, pedo, culo, pis

Zombie Ass: Toilet of the Dead

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 2.5/5

Zombie Ass: Toilet of the Dead

Algunos de los más acérrimos perseguidores y degustadores de frikadas japonesas sabrán que hay un subgénero softporn denominado Tentacles-movies. “Tentacle Movies describe un tipo de pornografía que se encuentra comúnmente en Japón. Está integrada por elementos de la pornografía tradicional junto a temas de terror o de ciencia-ficción. Las Tentacle Movies pueden incluir relaciones sexuales de naturaleza consensual, pero a menudo tienen elementos de sexo no consentido. Habitualmente se incluyen criaturas con tentáculos que tienen relaciones sexuales con personajes femeninos. El género es bastante popular en Japón, donde en ocasiones es incluso objeto de parodia. En los últimos años, las películas japonesas y asiáticas de este género se han extendido con fuerza en los Estados Unidos y Europa. Esto, junto con la presencia de muchos sitios web dedicados al subgénero, ha ampliado la audiencia de las Tentacle Movies a nivel mundial. Mientras que la mayoría Tentacle Movies son animadas, también hay un menor número de películas de acción en vivo dedicadas al subgénero.”

El anterior párrafo,efectivamente, es un copia/pega de la Wikipedia, pero me serivirá para ilustrar el paralelismo evidente que existe entre Zombie Ass: Toilet of the Dead, la película de Iguchi que hoy nos ocupa, con el subgénero de las tentacles movies. Personalmente apenas he visto alguna que otra escena suelta de alguna película de este estilo, por curiosidad más que nada; y debo decir que me parecieron muy aburridas y en absoluto eróticas. Aunque a los japoneses consumidores de este tipo de “blandiporno” (softcore), adoradores de las braguitas blancas y los pechos diminutos, puedan parecerles eróticas y alteradoras de la líbido, a mí… tal vez por ser europeo, me parecen películas que invitan al bostezo en la mayoría de ocasiones. Simplemente no veo el erotismo por ningún lado en el hecho de jugar, de manera reiterada y hasta la saciedad, con ese tipo de juguetes de simbología fálica; un elmento que en Zombie Ass: Toilet of the Dead, se repite más que el ajo.

Lo mejor: Tiene algunos buenos chistes.

Lo peor: Estos son demasiado repetitivos. Algunas escenas son excesivamente ridículas.