Escrita y dirigida por Max Sender y con capital italiano de por medio, nos llega Christopher Roth, un thriller del que he podido averiguar muy poquita cosa al margen de una sinopsis extraida de una reseña tras su paso por el FrightFest 2010, y un casting en el que destaca la presencia de actores de cierto prestigio como pueden ser Joaquim de Almeida, la actriz italiana Anna Galiena o el veterano Ben Gazzara, rostro habitual en el cine de John Cassavetes.

Christopher Roth cuenta la historia de Christopher, un exitoso escritor de novelas de terror y creador del más terrorífico asesino en serie de la literatura norteamericana. Sus historias empiezan a interferir en sus sueños y Christopher decide tomarse un descanso viajando hasta Italia en compañía de su esposa Catherine. Pretende escribir algo distinto, algo más… romántico.
Christopher empieza a escribir su nueva novela y todo parece ir a la perfección. Pero cerca de su refugio una joven pareja es brutalmente asesinada. La mesa está puesta, pero Catherine no aparece. En la mesa hay un pequeño paquete. En su interior una carta y una fotografía polaroid que muestra a la pareja asesinada en el bosque. La carta pertecene a un admirador de sus libros.

El norteamericano Michael Greenspan debuta en la gran pantalla con Wrecked, un thriller de supervivencia cuyo punto de partida (mostrado en el trailer) parece tener bien aprendida la lección de la magistral Buried, del español Rodrigo Cortés.

El director y guionista Andrew Traucki parece empeñado en demostrarnos que su Australia natal es una pésima opción a la hora de planear nuestras próximas vacaciones de verano. Si primero fueron los cocodrilos de Black Water, ahora le toca el turno al siempre socorrido “Carcharodon carcharias”, conocido comúnmente como Gran Tiburón Blanco, y convertido en todo un icono del terror moderno por obra y gracia de Tiburón (Jaws, 1975), incontestable obra maestra de Mr. Spielberg.

Basada en hechos reales, The Reef cuenta la historia de cinco personas dispuestas a disfrutar de una plácida travesía en velero, rumbo a uno de los arrecifes de coral más grandes y espectaculares del mundo. Pero el destino es caprichoso, y en esta ocasión ha querido que nuestros sufridos marineros sean protagonistas de una película de terror con escualos de por medio. Así que el velero no tarda demasiado tiempo en volcar tras colisionar violentamente con el suelo del arrecife, quedando nuestros protagonistas en una situación, cuanto menos, comprometida: subidos a la quilla del barco volcado, sin posibilidad de contactar con nadie que pueda socorrerles, y sin otear tierra firme en el horizonte.

Nueve años son muchos años. Sobre todo si estamos hablando de la ausencia de un maestro responsable de obras como La noche de Halloween, La Cosa, 1997: Rescate en NY ó la magistral En la boca del miedo. Estamos hablando de John Carpenter, ese genial director de más de sesenta años (dato en absoluto baladí), que desde la infravalorada Fantasmas de Marte (2001) se había sumergido en un silencio obligado por las enfermedades y un mercado, el del cine fantástico, que mira con lupa y excesivo criticismo las obras modernas de determinados autores consagrados.
Bueno, el citado silencio no ha sido absoluto; habiendo podido disfrutar de dos capítulos de la serie Maestros del Horror muy desiguales: El genial Cigarette Burns y el flojito Pro-Life.
Sin embargo, todos sus fans (entre los que me encuentro) llevabamos esperando con ansia el retorno a la gran pantalla de uno de los creadores más memorables del cine fantástico. ¿Ó alguno es capaz de negar qué Carpenter se encuentra entre los veinte mejores directores de cine de género? De acuerdo, quizás no tanto por su técnica como por su constancia, cariño para con los aficionados y los argumentos siempre interesantes de sus películas; pero es más de lo que podemos decir de figuras encumbradas en taquilla como James Cameron ó George Lucas.

Bien, pues el retorno ya está aquí; y no exento de polémica, opiniones enfrentadas y unas críticas, a mi juicio, excesivamente duras. Y este regreso, se trata de un thriller de tintes sobrenaturales, llamado The Ward; el cual tuve el placer de poder verlo en la actual edición del festival de Sitges rodeado de buenos amigos, fuerte olor a humanidad y grititos de expectación. El ambiente idóneo de un festival, vamos.