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Minireseñas: Mis novedades vistas del 1-16 de Noviembre de 2021

El juego del calamar, Invencible, Historias para no dormir, Tiempo y más.

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Chillerama

Una broma interna muy larga

Chillerama

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Chillerama

Es la noche de cierre del último drive-in de Norteamérica. El mágico lugar donde miles de parejas han intimado dentro de su coche, bajo la atenta mirada plateada de la pantalla. Cecil B. Kauffman, su viejo y desquiciado gerente, ha planeado terminar con su negocio a lo grande, la traca final, cuatro películas prohibidas durante años y que solo ahora verán la luz para escándalo de los escasos asistentes a esa última noche. Horror y humor se dan la mano para homenajear una forma única de entender el cine, sombras y engaños para verter sangre y esperma sobre los encandilados ojos de los espectadores.

Hoy me gustaría hablaros un poquito – atención a la tremenda chapa que suele seguir estas palabras – sobre Chillerama. Una de las antologías de terror de hornada reciente más esperada por los aficionados a la serie B. Cuatro cortometrajes que intentan rendir tributo al cine con que sus directores alimentaron su pasión por el séptimo arte y, más en concreto, el género del terror, independientemente de su pelaje, credo o contenido. Puro espectáculo de entretenimiento medido a través de los ojos de cuatro cineastas modernos con cierto bagaje en esto del retro-cine, con habilidad para entreverar sus obras con un sabor deudor de décadas pasadas. Una mezcla que nace de la falta de prejuicios, el descaro, el gamberrismo y el humor más chusco, con la intención de pasar un buen rato, tanto creando el producto como vendiéndolo (los caretles y artwork no tienen desperdicio, la verdad). Pero aquí radica el primer y más grave escollo de Chillerama: ¿dónde queda el público? Los ojos externos que intentan disfrutar, divertirse con la creación artística de otros. Pues para ser sinceros, el espectador pasa a un triste segundo o tercer plano en cuanto a lo que esta antología nos ofrece.

Lo mejor: La última de las historias "Zom-b-movie" y el constante homenaje a cintas clásicas del género.

Lo peor: El nivel cómico es muy bajo, esta tomada tan poco en serio que resulta poco menos que una broma: muy divertida para sus creadores y algo fría para nosotros, como espectadores.


Texturas del Miedo

Ignacio Cid nos acerca a la esencia del miedo

Texturas del Miedo

El libro en cuestión se titulaba Texturas del miedo, y reunía un total de 13 relatos cortos que su joven autor había escrito en un espacio de tiempo indeterminado.

Abro el libro, me salto la introducción (volvería a ella más tarde), y me dispongo a indagar, con las dudas propias de un tipo escéptico por naturaleza, en el primero de los relatos de la antología, El placer de comer. Se trata de una revisión (perversión) del cuento clásico Hansel y Gretel. Atrapado. Todas mis reticencias previas se van al garete en un primer relato fascinante, intenso y en el que me sorprendo a mí mismo, como lector, experimentando esa sensación tan buscada, tan anhelada: el miedo.

Historias Fantásticas

Una recopilación de cuentos de Stephen King

Historias Fantásticas

Nuestro buen amigo MASP, al que todos conocéis por sus bastos conocimientos arcanos en terror y fantasía, nos trae otro de sus pormenorizados análisis literarios que desgrana con precisión quirúrgica una de las antologías, Historias Fantásticas, que aportó su granito de arena a que Stephen King sea considerado hoy en día como el maestro del horror impreso, cuentos que acompañaron la adolescencia de muchos treintañeros aficionados a lo macabro.

Una reseña honesta, profunda y respetuosa que acerca de forma entusiasta la obrita a los que desgraciadamente no la conozcan, y animará a su relectura a todos aquellos seguidores de Stephen King, entre los que se encuentran la gran mayoría de Almas que pululan por esta vuestra web… ¡no os la perdáis!

The Theatre Bizarre

El horror es puro teatro

The Theatre Bizarre

La joven Enola Penny está obsesionada con lo que parece ser un teatro abandonado cercano a su barrio. Una noche comprueba que la puerta principal está medio abierta y decide entrar en su interior. Pero una vez dentro, en mitad de la oscuridad, ante un decrépito auditorio, un show como nunca antes ha existido está a punto de representase ante sus atónitos ojos.

Es la marioneta humana Peg Poett (Udo Kier) quien ejerce de maestro de ceremonias al presentar seis historias de terror. Un par de excursionistas de viaje por los Pirineos franceses se cruzan en el camino de una bruja lujuriosa. Un amante paranoico se enfrenta a la ira de su pareja. Los freudianos sueños de un marido infiel difuminan los límites entre la realidad y la fantasía. Lo horrores del mundo real vistos a través de los ojos de un niño. Una mujer adicta al fluido vitreo de los ojos de sus víctimas. Una perversa obsesión por los dulces se vuelve amarga.

Zothique

El último continente

Zothique

C.A. Smith fue junto a Lovecraft y Howard (creador de Conan y de otra docena de personajes no menos memorables) uno de los buques insignia de la famosa revista Weird Tales. Los “tres mosqueteros” los llegaron a llamar bienintencionadamente. Sin embargo,Smith es de los tres el más desconocido para el lector hispano, situación que las dos últimas décadas han venido a paliar un poco. Y eso que podríamos decir sin temor a equivocarnos que el californiano Smith gozaba de la pluma más acerada y de mayor dominio del lenguaje entre sus compañeros. Autodidacta – rechazo acudir a la escuela secundaria formándose el mismo de manera loable -, aprendió varios idiomas y cultivo con mimo no solo la literatura si no también la poesía y la escultura. Siendo siempre capaz de trasmitir a sus obras un aire de decadencia cósmica que ni siquiera el maestro de Providence pudo alcanzar. Tal vez el desconocimiento de su obra, cada vez menor afortunadamente, se debe a que dentro de su obra nunca pergeñó una comosgonía propia o desarrolló personajes que le diesen pie a una saga identificativa. Él se centró en recoger pasajes y cuentos de continentes y regiones (Hyperborea, Xiccarph, Averoigne…) imaginarios como si de un historiador, o mejor un bardo, se tratase. Así sus cuentos disfrutan de la patina del narrador experto que nos lleva, sin mucho esfuerzo por representar el marco de la ficción, por terrenos imposibles usando una vaga forma de añoranza que permite al oyente imaginar con más fuerza que si de obras explicitas se tratase. No hay concierto temporal claro en sus historias, solo una fuerza sobrenatural para describir lo decadente y lo exótico, superior incluso a la de Poe.

Permitidme reproducir el poema que abre esta antología y que sintetiza lo que encontraréis en los mejores relatos de uno de los mejores fantasistas “pulp” que alumbró la Norteamérica de principios del siglo XX, solo comparable en importancia a Lovecraft y Howard, y superior en cuanto a manufactura técnica: