Estás aquí: Página de inicio » Casas encantadas » Anatema

Anatema

Un fresco naufragio

Anatema

Ver ficha completa

DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3/5

El sello Fear Collection, avalado por Álex de la Iglesia y su mujer, la actriz y productora Carolina Bang, se creó con la sana intención de aglutinar una buena colección de títulos ibéricos de cine de terror, que serían anunciados y posteriormente estrenados en el Festival de Cine de Sitges. Una iniciativa, la de crear un sello de terror patrio, que ya había intentado a medias un par de décadas antes Julio Fernández y Filmax con Fantastic Factory, productora que se abría a las ventas internacionales con la ayuda de Brian Yuzna, que finalmente dirigiría cinco de los nueve títulos que se llegaron a producir.
Volviendo a esta década, Fear Collection se estrenó con Veneciafrenia, slasher dirigido por el propio de la Iglesia de resultado discreto pero con un potente valor de producción. Tampoco terminó de encajar la siguiente propuesta: Venus, de Jaume Balagueró, que se estrenó al año siguiente: 2022; una loquísima historia, protagonizada por la actriz Ester Expósito, que se inspiraba en Los sueños en la casa de la bruja de H. P. Lovecraft. Durante la rueda de prensa de Venus, Alex de la Iglesia aprovechó para anunciar dos nuevos proyectos: la puesta en marcha de la escritura de la tercera temporada de 30 monedas y el también tercer proyecto de su sello cinematográfico: la película Anatema firmada por Jimina Sabadú.

Para nuestra sorpresa en el año 2023 no supimos nada de la cinta y este año: 2024, se anunció que esa tercera temporada de 30 monedas nunca vería la luz. Días antes de la publicación completa de la programación del Festival de Cine de Sitges, la propia Jimina anunció a sus amigos qué Anatema no estaría presente en el certamen. Ahora, cuando ya nadie la esperaba, ha aterrizado en las carteleras. Todo parece indicar que el sello Fear Factory cierra sus puertas tras este estreno y también que la directora debutante ha sido la principal víctima de una productora que se desquebrajaba.

Aunque la realizadora se ha esforzado en que no se note, si uno mira con atención su película, e incluso si lo haces sin atención, se da cuenta de que está plagada de decisiones que tratan de tapar huecos presupuestarios, páginas de guión ausentes y jornadas de rodaje insuficientes (todo el material se ha rodado solo en cinco semanas y con una única cámara, operada, por cierto, por el hermano de la propia Carolina Bang). En este esfuerzo de hacer del defecto virtud la película gana en una cosa: en encanto.

Ambientada en el casco antiguo de Madrid, el barrio de La Latina, la película nos presenta una iglesia: San Simeón, que esconde en su catacumba una puerta a un mundo infernal. Años atrás este mal atacó la superficie, pero la puerta de este universo se logró cerrar hasta la actualidad, donde una revisión de una compañía eléctrica amenaza con desatar nuevamente el caos. Para evitarlo, la Iglesia católica encarga a un sacerdote (Pablo Derqui) crear un equipo para descender al corazón de la cripta y localizar el sello de San Simeón, que parece contener la clave para mantener el mal a raya. Para la misión contará, además de con él mismo,  con una monja experta en historia y restauración (Leonor Watling), monja que además fue víctima, junto a su hermano, de los acontecimientos que se muestran al inicio de la película, una novicia titulada en arqueología (Keren Hapuc) y el antiguo sacerdote de esta iglesia (Jaime Ordóñez). Los cuatro se adentrarán en el subsuelo descubriendo un mundo oculto plagado de monstruos de antiguas leyendas de Madrid.

Con buenas actuaciones, destacando una Watling completamente entregada a la causa y la presencia de secundarios como Manuel de Blas, Fedra Lorente o Juan Manuel Montilla 'El Langui' y con un guión que pedía a gritos muchísimo más presupuesto del que se muestra en pantalla y que viene firmado por Elio Quiroga (No-do, La hora fría), Anatema no es una cinta de terror propiamente dicha, sino más bien una película de aventuras y misterio, protagonizada por sacerdotes y monjas, que utiliza elementos del horror. Su humor, y la construcción de un universo esotérico cañí, en el que se pueden comprar artículos para ver fantasmas en los anticuarios del rastro (templos del ácaro) y que manipula leyendas reales del Madrid antiguo, da como resultado un producto que tiene aromas a Hellboy, a las aventuras de El Ministerio del tiempo o a lo que hizo con Lovercraft José Luis Alemán en sus dos entregas de La Herencia Valdemar, películas que por cierto adolecían de los mismos defectos que la que nos ocupa y a las que el tiempo ha otorgado el mismo encanto que creo logrará esta.

El río de Madrid (el arroyo Abroñigal), que se soterró y que pasa por debajo del Banco de España o de la M-30, el laberinto de pasadizos subterráneos, ahora en desuso, enterrados, cercenados, o convertido en gastro tabernas, La casa del pecado mortal, que existió hasta 1927, La Barragana, oscuro personaje que habitó la mencionada casa o La leyenda de los sacerdotes que saltaron por una ventana tras ver al demonio, todas estas leyendas reales lubrican el motor de Anatema, creando un mundo mágico aderezado con horror cósmico propio de Lovecraft, que tal vez hubiera funcionado mucho mejor en una serie de televisión. Como se dice en el film respecto a la iglesia de la trama: Anatema es como un iceberg, bajo su superficie se adivina una historia muchísimo más grande que no se rodó.

Además de todas estas leyendas mencionadas, una influencia destaca por encima del batiburrillo de aromas que se reunen y homenajea el metraje de Anatema y es La Torre de los siete jorobados del maestro Edgar Neville. Esa película reunía humor, un cuento de fantasmas y una aventura en una ciudad subterránea construida justo debajo del barrio de La Latina de Madrid. Todo un precursor, Edgar Neville, del fantástico, que esta cinta trae al presente y que, ya solo por eso, se gana mi simpatía.

Como decía: este universo es mucho más ambicioso que el presupuesto que se dispone para plasmarlo en imagen, También, como pasaba principalmente en Valdemar II: La sombra prohibida, las situaciones se aprietan para llegar en 91 minutos hasta un final coherente, dejando infinidad de flecos en el camino que el espectador ha de coser tirando de no poca imaginación. Aunque, donde el dinero no llega sí que lo hace el humor; y es que Anatema es muy divertida, desgraciadamente a veces también de forma involuntaria. Sabadú tira de gags, algunos realmente divertidos, para ganarse al público y con ello regala algún personaje, como el de la bibliotecaria, que es un diamante en bruto. También moderniza, tirando de chistes, esta visión un tanto austera que suele tener el cine de terror del mundo eclesiástico.

Tras todo lo expuesto recomiendo acercarse a Anatema a todo aquel que disfrute de productos imperfectos, que sea indulgente con los efectos especiales poco pulidos, y admire las locuras que a veces regala la serie B al filo de la serie Z, la inocencia del cine de terror de los años 30 y las aventuras de Julio Verne. Un poco de todo eso, mezclado sin precisión ni control, se encuentra en este naufragio cinematográfico tan simpático.

Dicho esto, de las tres propuestas de este difunto sello, creo que Anatema es la que, con peores cartas y con la banca en contra, mejor ha jugado esta partida.

Lo mejor: Su humor es un aliado inesperado pero eficaz. Trata de sustituir sus evidentes carencias con ingenio.

Lo peor: Parece que el viento se llevó decenas de hojas del guion. Algún FX es terrible


Vuestros comentarios

1. 10 nov 2024, 18:40 | Si no hicieran mierdas para que las promocionasen los amigos y colegas a lo mejor no cerrarían

Una productora de parásitos menos. Bravo

Escribe tu comentario:

¡ATENCIÓN! El formulario de comentarios utiliza un sistema de previsualización con el objetivo luchar contra el spam. Por lo tanto, tras pulsar el botón PREVISUALIZAR no olvides pulsar el botón ENVIAR para dar de alta definitivamente el comentario.


Si desea incluir un spoiler indique use las etiquetas [spoiler] y [/spoiler] para enmarmar el texto que se ocultará.