Hereditary
Algo grande

- Título original: Hereditary
- Nacionalidad: USA | Año: 2018
- Director: Ari Aster
- Guión: Ari Aster
- Intérpretes: Toni Collette, Gabriel Byrne, Alex Wolff
- Argumento: Todo comienza con la muerte de la matriarca de la familia. Charlie, la hija menor, sigue sin adaptarse, y la casa que los Graham han heredado no se siente como siempre.
DIVERSIÓN: | |
TERROR: | |
ORIGINALIDAD: | |
GORE: |
- 4.5/5

Me encanta estar escribiendo sobre esta película, pero a la vez reconozco que no va a ser tarea fácil (al igual que no lo es la película). Espero estar a la altura de las circunstancias. Para empezar: sí, soy consciente de que la suma de los cuatro factores del encabezado no dan por resultado la nota, tal vez alarmista, que he terminado poniéndole. Pero es que a veces, hay casos en que el resultado es mucho más que una simple suma de factores que pueden responder o no a los criterios que sigue la obra. En este caso, y haciendo un poco de caso omiso a la campaña publicitaria que lleva dándosele desde hace meses, Hereditary va más allá de dar miedo o no. Pero si estáis aquí buscando la respuesta a esta pregunta antes de ir al cine a verla, os diré que… SI, Hereditary da miedo.
Obviamente los habituales lectores de Almas estarán mucho más curtidos en el género y por tanto más que curados de espantos. Pero es innegable que esta es una película que revuelve la mente del espectador. Sea en mayor o menor medida. Y es que el miedo en el cine, como bien sabemos y pese a que parezca que nos quieran obligar a olvidarlo, va mucho más allá de apretar el reposabrazos de la butaca a la espera del susto de turno. Obviamente hay mucho más que esto, pero creo que este es un caso particular en esta modalidad. Ari Aster consigue que la maldad intrínseca contenida en las acciones de la película se vayan contigo a casa. Se mete bajo la piel, por que te has pasado dos horas respirándola. Intoxicándote de ella.
Lo mejor: la orquestación de los elementos que propone Ari Aster tanto a través del guión como de la dirección la hacen única.
Lo peor: que no todo el mundo va a poder disfrutarla.