What we do in the shadows

No todo es beber sangre... luego hay que limpiarla.

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3.5/5

What we do in the shadows

Antes de entrar en faena con la cinta de esta reseña me gustaría referirme a una comedia clásica de Roman Polansky que era, hasta que vi la que hoy nos ocupa, la mejor comedia con vampiros de por medio que había tenido el placer de degustar. Me estoy refiriendo, por supuesto, a El baile de los vampiros. La película de Polansky es mucho más blanda que What we do in the shadows, y vista hoy en día su humor ha perdido gran parte de su fuerza original… aún así muchas de sus secuencias siguen siendo una delicia y la obra es un clásico de la historia del cine. Me aventuro a decir que esta comedia neozelandesa será también, con el paso de los años, otro referente del género.

El rodaje de un documental en un nido de vampiros, en la ciudad de Wellington, nos hará partícipes de sus costumbres, de los pros y los contras de su existencia y de las dificultades que tienen para adaptarse al mundo actual. La llegada de un vampiro de nueva creación trastocará su mundo y seremos testigos de los violentos cambios que amenazarán su existencia.

Es muy difícil encontrar una comedia que, una vez presentadas las cartas con las que juega, no pierda intensidad e interés con el paso de su metraje… De hecho suele ser frecuente, en muchísimos títulos, caer en el aburrimiento más desolador pasados sus primeros minutos para no remontar, si es que lo hace, hasta su conclusión, que viene a ser la traca final de la fiesta. Pues bien, esto también le sucede a What we do in the shadows… aún así, en el momento más flojo, la intensidad de sus gags y el acierto de los mismo es sobresaliente. Se trata de una variedad de gags que contentará a todo tipo de público, pues combina, con gran inteligencia, los chistes de la comedia de situación, con los visuales, el humor del absurdo, la parodia de otras cintas y novelas del género y la comedia gore (aunque de esto hay sólo pequeñas pinceladas).

Lo mejor: Excelentes ideas bien explotadas y en una duración correcta que evita el aburrimiento.

Lo peor: Es simple entretenimiento y humor superficial, si no entras en él no encontrarás alicientes en la cinta.


Sick: Survive the night

Una noche movidita...

Sick: Survive the night

Dos años después del inicio de la infección, miles de millones de personas han muerto, los gobiernos se han derrumbado y la raza humana está al borde de la extinción. El Dr. Leigh Rozetta es un joven e inconformista científico, que ha estado viviendo en una instalación secreta del Gobierno desde que comenzó el brote. Tras una serie de intentos fallidos por encontrar una cura, Leigh se escapa para regresar a casa de sus padres. En su camino se cruza con Seph y Mckay, dos supervivientes que a duras penas escaparon del último ataque de infectados que sufrieron. Con la noche a punto de caer, los tres saben que tienen que buscar refugio si pretenden ver salir el sol de un nuevo día. Resguardados en casa de los padres de Leigh, el plan es simple: sobrevivir a la noche.

De entrada, presupuesto escaso, originalidad prácticamente nula y zombis… un buen número de ellos. Esto es lo que parece ofrecernos, repito, de entrada, Sick: Survive the night, película canadiense dirigida por Ryan M. Andrews y rodada, curiosamente, en Pontypool, ciudad que ya dió nombre a una de las mejores películas de “infectados” de la pasada década y de la que Ryan se declara un ferviente admirador. Pero volvamos a Sick: Survive the night, película de zombis que el pasado año se llevó un par de premios en Festivales especializados y a la que la crítica, sorprendentemente (al menos yo me he llevado una cierta sorpresa) trató mucho mejor de lo que un servidor imaginaba. He tenido la oportunidad de leer un par de críticas de Sick que destacan su guión, centrado en unos personajes sólidos y las relaciones que surgen entre ellos en el marco de una situación agónica; y la excelente labor de todos los actores implicados.

Nymph

Esta sirena te matará de aburrimiento

Nymph

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 1.5/5

Nymph

El arranque de Nymph (o “Mamula”, o “Killer Mermaid”) es, cuanto menos, prometedor. Una pareja decide montarse una fiesta privada junto al muelle de la bahía, la chica se despelota a la menor oportunidad, él sucumbe al irresistible canto de una sirena, y de nuevo la chica descubre las terribles jaquecas que puede llegar a ocasionarle un gancho de tres puntas. Directa y al grano. Aplausos, sonrisas y la expectativa creada de volver a disfrutar con Nymph de un apetitoso euroslasher que nos llega desde Serbia.

Dos hermosas y jóvenes norteamericanas pasan sus vacaciones en las hermosas playas de una isla mediterránea. Sus planes incluyen la visita a un viejo amigo que se presenta a la cita acompañado de su prometida. También conocen a un lugareño que les invita a visitar Mamula, una isla con un pasado turbio que incluye experimentos realizados por los nazis. Pero la isla secreta de Mamula esconde un secreto mucho más terrorífico que sus nuevos visitantes están a punto de descubrir de la peor forma posible.

Los aplausos y sonrisas se evaporan con rapidez. Al prometedor inicio al que os hacía referencia le siguen unos 60 minutos que son un auténtico desperdicio. Todo lo que sucede durante esta hora larga de metraje (ahora que lo pienso quizás eran menos minutos… pero a mí el trámite se me hizo larguísimo) alrededor de los cuatro protagonistas principales de Nymph, carece por completo de interés. Recuerdos de una vieja amistad perdida, una fiesta etílica que pone en apuros a más de uno, confesiones a medianoche, celos, un par de tensiones sexuales mal resueltas (lo cierto es que los modelitos veraniegos de la chica morena son capaces de crearle tensión sexual a un eunuco) y un constante tour turístico alrededor de unas hermosísimas islas balcánicas (los paisajes son de lo mejorcito que tiene por ofrecernos la película).

Lo mejor: La sirena y la morena.

Lo peor: El resto.


The Ecstasy of Isabel Mann

Dolor que emana sangre

The Ecstasy of Isabel Mann

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3.5/5

The Ecstasy of Isabel Mann

Ha pasado ya un año y algunos meses desde que vi Railway Children, de Jason Figgis, una película muy amateur, sacada adelante sin recursos - de un modo muy artesanal – protagonizada por un par de debutantes prepúberes y adolescentes, pero con una historia ambiciosa, con mucho que aportar y que, de algún modo, me conmovió. Pero sobre todo vi en Railway Children mucho potencial. Es por eso que cuando arrancó la campaña de indigogo para financiar The Ecstasy of Isabel Mann, la nueva película del mencionado Jason Figgis, no dudé en contribuir a la causa aunque fuera con una diminuta aportación; y siendo franco, os aseguro que fue la primera vez que contribuía en una campaña de crowndfunding. Y no me arrepiento. Conecto con el estilo y las propuestas de Figgis, y estoy convencido que algún día nos regalará una película realmente excelente.

Puestos a analizar el resultado final, The ecstasy of Isabel Mann es un buen paradigma de ese estilo de Figgis que os comentaba. Una película, nuevamente, muy precaria en cuanto a medios, pero mucho más cuidada y elegante - con planos originales y realmente bellos – si la comparamos con sus anteriores trabajos. The ecstasy of Isabel Mann bien podríamos encontrárnosla en la programación de cualquier festival de cine fantástico. La película narra la caída a los avernos de Isabel Mann, personaje interpretado magistralmente por Ellen Mullen – que era el ente oscuro y corrupto de Railway Children, y que en esta ocasión ve como todo el peso de la película recae sobre sus espaldas -, una adolescente que se siente perdida y abandonada tras la muerte de su madre y que se envicia en el arte de beber sangre. La dejadez de la figura materna es el dogma de Isabel Mann, dispuesta a hacer lo imposible por cubrir esa pérdida, lo que nos explica el porqué de su debilidad y su perdición.

Lo mejor: Ellen Mullen.

Lo peor: el resto del reparto dificulta su digestión. La trama policiaca es espantosa.


Mourning has broken

Dejadme en paz de una puta vez

Mourning has broken

Un hombre despierta y se da cuenta que su querida esposa, enferma terminal, ha muerto durante la noche. Incapaz de lidiar con algo tan emocionalmente devastador, elige completar, durante el fin de semana, la lista de ‘cosas por hacer’ que dejó su mujer escrita días antes de morir. Una lista aparentemente simple que empujarán al marido a iniciar un viaje de frustraciones y agravios, pasando de la hilaridad a la violencia y, finalmente, la catarsis. Esta es la historia de un hombre sin nada que perder: capullos, tened cuidado.

Obviamente Mourning has broken dista mucho de ser una película de terror. Más bien se trata de un drama con generosas dosis de humor negro y un toquecito de violencia. Pero el proyecto, escrito y dirigido a cuatro manos por los hermanos Brett y Jason G. Butler, me ha parecido tan interesante que he decidio tráermelo para Almas Oscuras. Según nos cuenan los propios directores, el orígen de Mourning has broken “Se encuentra en nuestra propia fascinación por aquellas personas que se esfuerzan para que su día a día se mantenga en unos estrictos cauces de ética y moral. Pero, ¿qué ocurre si no pueden lograrlo? Con Mourning has broken hemos querido ampliar los límites de lo que significa estar afligido. Se espera de nosotros, cuando nos enfrentamos a una pérdida traumática, que lloremos, que seamos valientes y que miremos hacia adelante. Pero en ocasiones no es tan fácil, sobre todo cuando lo único que queremos es hacer las cosas a nuestra manera. Queremos acompañar a la audiencia a través de un viaje que les hará reir, entristecerse y pensar.”

Stomping Ground

Un bigfoot se interpone entre nosotros, cariño

Stomping Ground

Ben y Annie son una joven pareja que vive en Chicago, y que emprenden un viaje de fin de semana a la pequeña ciudad natal de Annie, en Carolina del Norte. En el bar local se encuentran con Paul, el encantador y viejo amigo de Annie, y Ben se entera de algo que no sabía acerca de su novia: cree en el Bigfoot. De hecho, ella y sus amigos salían a menudo al bosque para cazar a la bestia cuando eran unos críos. Antes de que Ben se dé cuenta se embarcará en un viaje improvisado a la coaza del Bigfoot en los profundos bosques de Carolina.

Tengo ganas de ver Stomping Ground. Y supongo que os preguntaréis, ¿por qué?. Si al fin y al cabo se trata de otra película indpendiente norteamericana empeñada en explotar la figura del Bigfoot (algo que viene siendo bastante habitual en los últimos tiempos). Pues os explicaré porqué… Se trata de Dan Riesser, guionista y director de Stomping Ground, que debuta en el largometraje tras triunfar, hará unos cuatro años, con su premiado cortometraje Night of the Punks, que contaba la historia de un grupo de música punk cuya primera actuación acontece en pequeño local la noche de Halloween. El problema vendrá cuando se den cuenta de que la mayoría de su entregado público son demonios sedientos de sangre. Un simpatiquísimo cortometraje muy influenciado por Night of the Demons, repleto de gore y humor, y que obtuvo excelentes críticas tras ser exhibido en una treintena de festivales especializados.