Chastity Bites
Nada mejor que la sangre de una virge para ser la reina del baile

La asesina en serie Elizabeth Bathory siempre ha creído, a lo largo de sus muchos años de vida, que bañarse en sangre de vírgenes la mantendría joven y bella para siempre. En la actualidad ha encontrado un coto de caza perfecto para lograr el ingrediente básico para su personal “botox”: ejerce de profesora de abstinencia en una escuela de la norteamerica más conservadora. Pero un intrépido blogger, reportero del periódico de la escuela, está dispuesto a poner fin al reinado de terror de Elizabeth Bathory y salvar a su mejor amiga de ser la próxima víctima.
Elizabeth Bathory tiene un larguísimo historial como fuente de inspiración para una retahíla de películas que solían mezclar vampirismo y erotismo a partes iguales. Y cuando no era Elizabeth Bathory la protagonista, lo era Carmilla, el célebre personaje literario creado por Sheridan Le Fanu en 1872 basándose, precisamente, en las sangrientas experiencias de la condesa Bathory, también conocida como la “condesa sangrienta”. Elizabeth Bathory, aristocrata húngara, ha pasado a la historia por asesinar a unas 630 mujeres. Según cuenta la leyenda, su obsesión por la belleza le llevó a cometer dichos crímenes con la convicción de que bañándose en la sangre de sus víctimas alcanzaría la juventud eterna. Otras versiones alternativas señalan que los crímenes atribuidos a la condesa pudieron ser invenciones de sus enemigos en un contexto político muy complejo para buscar su perdición y muerte.