Navidad

Noche de Paz

Noche de palos

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Good Tidings

¡Jingle deads! ¡Jingle deads!

Good Tidings

Sam Baker es un veterano de guerra sin hogar, poseedor de un oscuro pasado que no ha logrado dejar atrás. Durante Navidad pasa la noche encerrado con otros vagabundos en un juzgado abandonado. Todo se complica cuando tres sangrientos psicópatas, disfrazados con trajes de Santa Claus y armados hasta los dientes, aparecerán en la “fiesta” repartiendo regalos afilados.

Otro slasher de corte tradicional, últimamente parece que han vuelto las armas afiladas. No sé si responderá a alguna situación social, a las corrientes cíclicas de los sub géneros del terror o, simplemente, que son baratos de rodar. En este caso la excusa está clara, más en un día como hoy, pagar homenaje a los primeros clásicos – “Noche de paz, noche de muerte”, “Navidades Negras” y “Christmas Evil” – y aprovecharse de la ambientación que suscita una época tan contradictoria como la Navidad. De hecho, la película escrita y dirigida por Stuart Bedford, que debuta tras un par de cortometrajes desconocidos y estar asociado a la serie Z de Tony Jopia, se anuncia en pre-producción durante estas fechas y promete ser estrenada durante las Navidades del 2016, obviamente para mejorar su recaudación. En principio la trama no ofrece mucho pavo que trinchar, básicamente tendremos unos tíos disfrazados de Papá Noel que putean a gente sin hogar.

A Christmas Horror Story

Sangre garrapiñada

A Christmas Horror Story

¿Quién iba a pensar que Halloween y la Navidad pudiesen tener algo en común? Más allá del paganismo como origen de dichas celebraciones, desde Canadá nos hacen ver que una antología de horror sobrenatural puede ser la mezcla perfecta para que demonios del averno y Papá Noel se tomen de la mano y nos hagan pasar un rato estupendo sin olvidar la serie B y el humor negro como mecanismo para la diversión. Con grandes opciones para ser disfrutada en el próximo festival de Sitges, “A Christmas Horror Story” es la visión de tres jóvenes directores canadienses, con la saga “Ginger Snaps” como trabajo más destacado, de lo que sería una especie de “Creepshow” navideño. Como anfitrión contamos con William Shatner, el famoso capitán Kirk de “Star Trek”, que ejercerá de DJ para la ocasión con tres cuentos interrelacionados capaces de volarnos la sesera a través de las ondas: universitarios investigando un misterioso homicidio; un niño invocando accidentalmente a Krampus, el demonio antítesis de Santa Claus; una pareja que descubre como su pequeño hijo evoluciona hacia el mal… tres sucesos que afectan directamente a Santa Claus, interpretado por el simpático secundario George Buza (“Las Aventuras de Sinbad”, “X-Men”), mientras lucha contra una horda de elfos zombies. ¿Suena mal? ¡No, suena como un auténtico festiva de nieve teñida de rojo! Y el tráiler realmente refuerza esta primera impresión.

Silent Night

¡El lanzallamas de Santa les desea una feliz navidad!

Silent Night

Cada año es más fácil encontrarse con películas navideñas poco navideñas. Por citar algunos ejemplos recientes, en 2010 llegó la simpática Rare Exports (que conocimos en España como, atención, ¡Un cuento gamberro de navidad!) y la funcional aunque olvidable Sint. Sin desviarnos del fantástico y el terror, aunque con un enfoque de slasher adolescente, tuvimos la mediocre Black Chrsitmas (2006), remake de la película de culto de 1974. Silent Night guarda similitudes con esta última. Estamos de nuevo ante un remake de un conocido (aunque menos recordado) mata-mata de la época dorada de aquel subgénero: los setenta y, en este caso, los ochenta. Concretamente en 1984 se estrenó Silent Night, Deadly Night, que pese a no incluir violencia especialmente cruenta en su montaje original (si no me equivoco, la de 96 minutos), no pudo evitar la podadora de los entes angelicales que piensan por nosotros, y la duración se quedó en 79 minutos.

Santa's Slay

¡El Papá Noel del wrestling!

Santa's Slay

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Santa's Slay

Santa Claus no es el viejo barbudo y gordinflón cuya bondad define el almibarado espíritu navideño. No señor, las leyendas, las tradiciones y todo lo que os contaron vuestros padres son una vil mentira. Santa es el sulfuroso hijo del mismísimo diablo, la semilla de Satán, y una progenie con muy malas pulgas. Famoso en remotas épocas por su ira y capacidad para la destrucción, hizo imposible la paz de la humanidad con sus masacres, hasta que un buen ángel descendió a la tierra para retarle con un juego, que por supuesto ganaron los buenos. Así, fue castigado al exilio durante 1.000 años, hasta el Día de Navidad de… esperad que mire el calendario… ¡oh! Precisamente hasta este mismo día. ¡¡¡Preparaos porque este año Santa ha dejado los regalos en el Polo Norte y ha llenado su zurrón de mamporros, patadas voladoras y llaves de lucha libre!!!

Estamos ante una película de terror tratando el tema navideño con bastante humor y falta de prejuicios, con una curiosa mezcla de candidez adolescente y ánimo gamberro que transgrede la barrera del cine juvenil lo suficiente como para encajar en las degeneradas miras de los “ghoules” y vampiresas de Almas Oscuras. Una de esas películas que vienen a la mente cuando hablamos de recomendar películas de horror (con muchas comillas) centradas en una temática estacional tan escasa dentro de nuestro género favorito. No obstante, no esperéis la seriedad o la calidad de obritas como Rare Exports o la intensidad terrorífica de producciones despiadadas y crueles como Noche de Paz, Noche de Muerte o Navidades Negras; en absoluto, estamos ante una cinta muy ligera y humilde, cuyo acabado al estilo telefilm no intenta ocultar nunca lo poco en serio que se toma a sí misma. En cierta medida podríamos considerarla cercana a Sint, por su base argumental y por lo poco serio de su desarrollo, aunque desde luego la acidez es la estrella de la cinta holandesa frente a lo inocua que finalmente resulta esta co-producción Canadá/USA.

Lo mejor: En fechas como las que vivimos resulta un divertimento adolescente/gamberro único. Goldberg se sale como Santa Claus demoníaco.

Lo peor: Ligera, muy ligera. Verla sin el espíritu adolescente "on" es tirarse a la piscina sin agua.


Navidades Negras

Navidad, sangrienta Navidad

Navidades Negras

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  • Título original: Black Christmas
  • Nacionalidad: Canadá | Año: 1976
  • Director: Bob Clark
  • Guión: Roy Moore
  • Intérpretes: Olivia Hussey, Keir Dullea, Margot Kidder
  • Argumento: Durante las vacaciones de navidad, las chicas de una fraternidad hacen una fiesta en la que reciben extrañas llamadas de lo que parece un pervertido. No es más que el principio de unas navidades de pesadilla.


Navidades Negras

Aprovechando fechas tan señaladas, nuestro buen amigo HorrorJeur (no os perdais su estupendo blog www.horrorjeur.tk) nos trae a la memoria un slasher tan, en ocasiones, olvidado como determinante para el desarrollo de tan insigne subgénero. Por mi parte aprovecho para desearos a todos Felices Fiestas y un próspero (y terrorífico) 2012. Joan Lafulla.

Una bizantina discusión que ha dividido a estudiosos (y no tan estudiosos) del cine de terror procede de determinar la nacionalidad de origen de ese subgénero que ha venido en denominarse slasher. Por si alguien lo desconoce, diré que las películas slasher (que podría traducirse como “de cuchillazos”), son aquellas en las que un grupo de jóvenes es asediado por un asesino con predilección por las armas blancas. Un género que ha devenido con el tiempo universal, y que se extiende hasta nuestros tiempos (basta recordar el éxito de la cuarta entrega de Scream estrenada este año), gracias a que – a la manera de sus icónicos Jason Voorhees o Michael Myers – es resucitado una y otra vez para explotar mediante secuelas y remakes a cadáveres cada vez más predecibles y malcarados. Para algunos se trata de un género eminentemente estadounidenses y que tiene como obras seminales películas como La noche de Halloween (Halloween, 1976) de John Carpenter o la archiconocida Viernes 13 (Friday the 13th, 1980). Para otros, el origen se remonta unos años antes y debe ubicarse en Italia, particularmente con el sangriento film de Mario Bava Bahía de sangre (Reazione a catena, 1971). Sin embargo, Navidades Negras (Black Christmas, 1974), dirigida por Bob Clark, añade un nuevo componente a la discusión sobre el país originario del slasher, a modo de inesperado giro argumental tan caro al género: tal vez el “culpable” de alumbrar al género, no sea los EEUU o el país transalpino, sino el pacífico y tranquilo Canadá. Y es que para muchos el verdadero nacimiento del slasher se produce con esta película, de producción enteramente canadiense.

Lo mejor: Sus estilizados asesinatos.

Lo peor: Qué sus méritos no hayan sido todavía suficientemente reconocidos.