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DeadHeads

Una comedia zombi muy tierna

DeadHeads

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Mike se sacude la confusión que lo cubre como una mortaja, sobre una camilla y con cables conectados hasta en la epiglotis, puede darse cuenta de que algo no marcha bien. Está muerto, pero perfectamente lúcido, fuera del laboratorio encuentra a otros muertos vivientes como él, pero estos, no tan lúcidos, se dedican a las típicas labores de un redivivo: andar despacio, gruñir, comer carne humana y esparcir la infección. Intentando descubrir que le ha pasado, se encuentra con Brent otro zombie “inteligente” con el cual se embarca en la aventura de su vida.

Cuando descubre un anillo de compromiso en su bolsillo, recuerda a su único y verdadero amor, la perfecta prometida norteamericana: rubia y rica. Ni cortos ni perezosos, los dos zombies deciden recorrer varios estados en busca del amor auténtico, ese que trasciende incluso la muerte y se vende en frascos de channel nº 5 cuando llega la Navidad. Lo que no saben es que los despiadados sicarios de una corporación química, aún más despiadada, buscan a sus dos conejillos de indias. Dos muertos vivientes medio inteligentes llamados… ¡Mike y Brent!

DeadHeads se prometía, desde su propia campaña de marketing y las palabras bienintencionadas de la, muy parcial, prensa especializada norteamericana, como la nueva comedia zombi (“zombedy”, si lo preferis) de moda. Risas, amistad, desmembramientos, romanticismo, acción, vísceras, y personajes carismáticos. Desgraciadamente todo se queda en un mero intento, los diferentes palos que toca no lo son en la intensidad necesaria, unos disparos al azar contra los diferentes géneros de moda, con una interpretación “buenrollista” y apta para una sobremesa en familia, por mucho que los zombies siempre estén presentes, aunque solo con la mera excusa de crear un entorno que vender a los aficionado$.

Desde luego no podemos negarle a los hermanos Pierce, responsables en casi todos los apartados de DeadHeads, un olfato de tiburón en los mares de la publicidad. Para tratarse de su debut dentro del largometraje, estos jóvenes saben venderse bien. A pesar de haberse alargado el rodaje de la cinta en cuestión casi dos años – quizás la razón de ciertas lagunas arguméntales o lo fragmentario de la narrativa –, una vez terminada han sabido montar un trailer interesante, a la par que han ido bombardeando los medios con imágenes promociónales muy trabajadas, pero que, desgraciadamente, dan una idea equivocada de lo que encontraremos en su obra.

Obviamente estamos ante un producto de bajo presupuesto realizado mediante esfuerzo e ilusión, eso no se le puede negar; y creo que dicha fe se ve trasladada a la pantalla generando mucha simpatía en el público curtido, incluso satisfacción en aquellos cuya pretensión sea ver una tontería inofensiva. No obstante, que nadie se lleve a engaños, DeadHeads no aprovecha ni siquiera esa empatía que provoca – meramente por el argumento que trata –, queda como el fallido intento de pulsar las teclas de la sensibilidad friki con cuatro tópicos y “muuuuuuchos” diálogos. Sobre el papel suena muy bonito “una especie de road movie con zombies y humor loco al estilo de Supersalidos. Y si el metraje se hubiese ceñido a esta premisa, con algo más de empaque, quizás hubiese salido más satisfecho de la experiencia.

Si alguien me preguntase le diría que acabo de tragarme una comedia romántica bastante mala, con muchos diálogos intrascendentes, personajes forzados y un humor que no acaba de cuajar. Sí, y zombies de por medio continuamente, pero roto cualquier encanto o divertimento por lo accesorio de su presencia. Vamos, podríamos quitar los muertos vivientes de la ecuación, con cualquier excusa argumental, y tendríamos un bodrio de cuidado. Eso sí, un bodrio con ritmo, porque si algo salva de la quema a estos “cabezas muertas” es el ritmo – pese a esas rupturas temporales que desencajan un tanto la narrativa – y la, ya citada, simpatía generada gracias a la súplica, que los hermanos Pierce realizan durante hora y media, hacia la complicidad del espectador. Buena muestra de ese deseo de conectar con el aficionado, son los ejercicios de meta cine que se marcan usando a nuestra amada “Posesión Infernal” y otras referencias cinéfilas. Aunque solo humos y espejos…

Pero nada funciona si los actores no son especialmente solventes (ni conocidos), los diálogos son repetitivos, el humor es demasiado bobo – hasta los chistes más gruesos parecen infantiles en manos de unos personajes algo cargantes, encabezados por Brent – o, y aquí radica el “quid” de la cuestión, no hay nada que contar. Sí, sí, sí – repito –, muchos muertos vivientes, bien trabajados a nivel de efectos especiales, pero me da igual, no van a ocultar que ni es graciosa ni es buena, un rollo empalagoso que de una mínima idea original no sabe sacar provecho. Por si fuera poco tenemos el lujo de contar con una omnipresente banda sonora sintético/orquestal peor que meterse veinte rayas de salfuman. Una manera bastante imberbe de cargarse muchas de las pocas escenas validas de la película. Ese humor algo pueril aderezado con una sinfonía de cuerdas realizadas por ordenador y fuera de la mezcla de sonido, supone toda una prueba a la paciencia. Y digo yo, si eres lo suficiente avispado como para vender tan bien tu película, ¡pues hombre! Fabrica una música digna, porque solo se salva la canción de los títulos de crédito iniciales. Por cierto, títulos mezclados con una escena, filtrada con “grindhouse-vision”, que es casi lo mejor de todo el metraje (claro! porque se trata de otro homenaje, esta vez a La Noche de los Muertos Vivientes)… ya sabéis: visionad los cinco primeros minutos, más el trailer, y ya habréis cumplido con los hermanos Pierce. O mejor volved a ver las películas homenajeadas.

Está bien, reconozco que me estoy dejando llevar por la decepción. Uno esperaba más y se ha sentido un poco engañado, llevándose una sensación global peor de la que probablemente merezca la película. Siendo justos, igual que he usado la argumentación de su escaso presupuesto como una carencia, podría decir que para el dinero que se intuye ha podido costar, el resultado es bastante decente. Que una cinta rozando lo amateur en ocasiones tiene que ser mirada de forma benevolente, al fin y al cabo hay bastante homenaje zombie, buenos efectos especiales, momentos incluso emotivos, blah, blah, blah… sin embargo, cuando llegan los últimos diez minutos cualquier justificación progresista se desmorona. Hasta el bueno de José Luis Rodríguez Zapataero echaría pestes de un final tan ñoño, tan meloso, tan alejado de lo que considero que es cine digno (fijaos que no he usado el adjetivo “bueno”). Incluso la almibarada conclusión de Tucker and Dale parece neo-nihilismo ante la memez que debemos afrontar en el tramo final de esta zombedy (snif!). Cierto que se intentan abordar reflexiones facilonas, pero necesarias, como la dicotomía entre “zombi-colegas” y seres humanos malvados, pero ni siquiera esas pinceladas están escritas con peso; de nuevo, solo castillos en el aire y oportunidades perdidas.

En conclusión, una buena premisa y ciertas ideas interesantes enfocadas desde el peor punto de vista: la comedia romántica de colegas. Además, sin garra y sin gracia. Me quedo antes con la más intensa, y mejor interpretada, Wasting Away, película cuyo elemento diferenciador de otras “comedias zombies” está mejor trabado y realzado, incluso con un presupuesto menor. O puestos a ver una comedia gamberra con toques de road movie y cierto romanticismo, os recomiendo Sex Drive, igualmente patética pero mucho más risible, que es de lo que se trata.

Esta DeadHeads aprueba por los pelos ya que conserva ciertos destellos, algún personaje simpático, y una representación del manido “universo zombie” bien trabajada estéticamente. Incluso algún Alma Sensible podría saber disfrutar del corazoncito que todo necrófago alberga dentro de su cavidad torácica descompuesta (¿quién no quiere tener casa propia y colgar los adornos navideños con sus hijos?). Tal vez en un festival especializado, con gente gritando y tres litros de cerveza en el buche… ¡naaa! Ni por esas. Quizás alguno sepáis pillarle el punto; ahora bien, si un servidor tuviese que soportar una segunda parte por el estilo, consideraría sacarme los globos oculares de sus cuencas con un cutter oxidado; eso no lo salva ni “super” Bruce Campbell.

Lo mejor: Resulta simpática en todo momento.

Lo peor: Su enervante banda sonora.


Vuestros comentarios

1. 29 nov 2011, 02:00 | StormColdSoul

A pesar del final “necrofílico” me encantó la película xD

2. 29 nov 2011, 14:07 | Bob Rock

StormColdSoul.- La verdad que hay muchos que están muy satisfechos con Deadheads… ojala hubiese sentido eso, me parecio mediocre y le tenía muchas ganas sanas ;)

Un saludo

3. 01 div 2011, 06:25 | stormcoldsoul

A mi parecer es floja, pero tampoco creo que es un bodrio como algunas zomedy que no te arrancan ninguna risa por la comicidad sino por lo pobre de la realización ^^

4. 01 div 2011, 17:02 | Bob Rock

Stormcoldsoul.- No te digo que no, pero “esas” que comentas directamente son para cortarse las venas (por ejemplo, una que salió hace poco de Strippers vs Zombies o algo así, pq ya ni me acuerdo)

Un saludo

5. 06 div 2011, 20:40 | Blanch

No he podido con ella, a mitad de peli me han cansado mucho sus protagonistas y su humor no me ha terminado de convencer así que la he tenido que quitar.

6. 07 div 2011, 17:54 | Bob Rock

Blanch.- Lo que no me explico es como ha cogido tanta familla…

7. 02 sep 2012, 00:42 | esperanza004

Totalmente de acuerdo con la reseña. Tiene sólo virtudes superficiales que no logran alterar ni ocultar su fondo de película mala.

8. 07 jun 2014, 02:50 | rocio.delmar@hotmail.es

La película es muy buena .felicitaciones jenios

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