X

Gallina vieja hace buen Slasher

X

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 4/5

X

Tenía que venir A24, la productora responsable en gran medida del cine de terror intelectual: el denominado Elevated horror (simplista etiqueta de cinéfilo gafapasta que da más miedo que las propias películas), a recordar a los directores cómo tiene que rodarse un slasher. Pese a las pegas que podamos poner a la propuesta de Ti West, el director construye una cinta, cortada con cuchillo de carnicero, a la medida de cualquier amante del género y con el suficiente estilo y caldo de fondo para contentar a espectadores menos superficiales. Por el camino escribe una carta de amor a Tobe Hooper, y no sólo por La matanza de Texas, y a una película reciente y no demasiado conocida que se empieza a perfilar como un título referente (no por ello sobresaliente) del horror de la pasada década: The taking of Deborah Logan.

Narrada mediante un flashback, el guion de X no trata de inventar la rueda: En 1979 tres parejas (chico-chica) alquilan una cabaña a unos granjeros octogenarios para rodar una película porno. Entre escena y escena van despertando la curiosidad de los ancianos con funestas consecuencias.

Lo mejor: Un Slasher de manual muy sexy y divertido sin que sus componentes cómicos entorpezcan al terror.

Lo peor: Hay varios momentos muertos y los personajes son tan simpáticos que da algo de pena que salte al terror más convencional.


La matanza de Texas

Cerdo de macrogranja.

La matanza de Texas

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 2.5/5

La matanza de Texas

La matanza de Texas original, la de Tobe Hooper, tenía una impronta cercana al found footaje. Encuadres sucios, imagen excesivamente granulada y una mezcla de sonidos muchas veces saturada obraban el efecto de algo crudo, casi espontáneo y al borde de la imagen casera, que producía una atrapante sensación de realidad. Se habla de la brutalidad de sus imágenes, pero si la observamos con atención, nos damos cuenta de que es más lo que se sugiere que lo que se presenta de forma explícita. Desde entonces hasta ahora, muchos han sido los intentos de remake pero pocos los de recuperar el espíritu original de la cinta. La suciedad y naturalidad se han suplido por encuadres trabajados, los personajes han perdido su aire espontáneo en favor de diálogos acartonados del cine de género, y la crudeza de las muertes, casi un falso Snuff, se reemplaza por gore abundante y efectos prácticos. Lo atávico se convierte en alimento procesado.

Años después de las muertes de la cinta original, llegan al pueblo un grupo de jóvenes inversores con el fin de transformar la localidad en una especie de parque temático. No tardarán en encontrar en uno de los edificios a los últimos habitantes de un orfanato, que se muestran reticentes a abandonar lo que durante décadas ha sido su hogar. Sin saberlo han despertado los instintos homicidas de Leatherface, que sacará su sierra mecánica a pasear y a sembrar de muerte las polvorientas calles del pueblo.

Lo mejor: Se ve con facilidad. Las muertes no se cortan en sangre.

Lo peor: Se olvida con facilidad. Pocas pretensiones de asustar. Buenas ideas aquí y allá pero nada explotadas.


Scream

Mira quién chilla ahora.

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 2.5/5

Scream

Como Rick Moranis en sus Cariño he agrandado/ encogido al niño/a nosotros/al perro/ a la audiencia, o como Travolta y Kirstie Alley en Mira quien habla/ habla 2/ habla ahora/ habla también, la carrera de Neve Campbell, Courteney Cox y David Arquette en la gran pantalla parece haber quedado relegada a apariciones en la saga Scream. Dudo mucho que sientan demasiada ilusión cuando sus representantes les ofrecen una nueva oportunidad para hacer esos personajes que, siendo francos, tienen como único aliciente entregarles un dinero calentito y poder rememorar una fama cada vez más lejana… Tal vez como le pasó a Travolta, lo mejor esté por llegar, pero si esta es su tabla de salvación, la madera se está deshaciendo. Con perdón para los incondicionales de la franquicia Scream, esta no será una reseña demasiado positiva… aunque como balsa aún flote.

Otra vez (ya hemos perdido la cuenta) se están cometiendo asesinatos en Woodsboro. Los nuevos crímenes girarán en torno a la hija ilegítima de Billy Loomis que regresa al pueblo tras saber que su hermana (de padre distinto) ha sido atacada por Ghostface. Junto a un nuevo grupo de amigos y los tres supervivientes de las entregas anteriores se lanzan a descubrir quién o quienes se esconden detrás de esta RECUELA (¡¡¡tócate los cojones!!!)

Lo mejor: Para ser una quinta entrega salva los muebles.

Lo peor: Nada nuevo que ver aunque intente disimularlo.


The batman

Medalla de bronce

The batman

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 4/5

The batman

Batman es el personaje más dúctil del universo DC. Los directores que lo han abordado, han sabido cada uno darle su toque personal; desde el desenfadado y pop de Joel Schumacher (inolvidable ese traje con pezones como cápsulas de Nesspreso), al wagneriano Batman de Zack Snyder, dotado de una épica visual única en cada plano. Del Batman maduro y gótico de Burton al Batman más ambiguo y reflexivo de Nolan... Cada director ha creado un mundo propio. Ahora, tras más de un año de retraso, le toca el turno a Matt Reeves, un realizador magnífico con títulos tan potentes como El amanecer del planeta de los simios, monstruoso o el excelente remake americano de Déjame entrar. Casi nadie tenía dudas de que Reeves lo daría todo pero los fans del murciélago no tenían tan claro la elección del actor que se calzaría las mayas negras: Robert Pattinson. Yo ya la he visto, y a falta de conocer vuestras opiniones para mí aprueba con nota... aunque no es para nada un Batman al uso.

The Batman nos presenta una Gotham desolada por una droga de diseño llamada Drop, donde la corrupción es generalizada y el crimen campa a sus anchas. Desde hace más de un año un justiciero vestido de enorme murciélago trata de equilibrar las cosas. No está sólo en su cruzada: cuenta con la ayuda discreta del comisario Gordon. La presencia de este caballero oscuro está ganando cada vez más popularidad... tanto que un misterioso asesino en serie, enigma, está tratando de comunicarse con él a través de macabros crímenes. Con cada muerte el peligro crece y también se van dando a conocer misteriosos hilos que conectan a las víctimas con un turbio caso del pasado.

Lo mejor: Una vuelta de tuerca más al personaje, con una trama detectivesca espesa y adulta.

Lo peor: 170 minutos hacen que su primer compás pueda resultar pesado.


La mancha negra

La herencia envenenada

La mancha negra

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3/5

La mancha negra

El crimen de Los Galindos o Puerto Hurraco, son ejemplos reales de la maldad e intereses tan ponzoñosos que se pueden condensar en los pequeños pueblos de nuestra península. Pero no hace falta tirar de hemeroteca, seguro que quien más y quien menos conoce familias que se han roto por culpa de intereses y rencores que se desatan cuando llegan las herencias… De esto nos habla de forma salvaje y sangrienta la meritoria, aunque también algo fallida, La mancha negra; nuevo trabajo en la dirección de Enrique García, del que hace unos años ya reseñamos su violento Resort Paraíso. Como en aquella, el cine de García no se amilana ante presupuestos ajustados y logra sacar adelante un thriller ambicioso, que revela un director con buen pulso en el encuadre y en la dirección de actores.

La acción nos sitúa en los primeros años de la década de los setenta; en un pueblo interior de Andalucía al que regresa Eugenio (Pablo Puyol) con su mujer (Cuca Escribano) para velar el cuerpo de su madre (María Alfonsa Rosso). Allí viven sus tres hermanas, Modesta (Natalia Roig), Manuela (Virginia de Morata) y Mercedes (Noemí Ruíz), amargadas por hechos del pasado, que tratan de sacar adelante las maltrechas propiedades de la anciana que ha muerto sin revelar, aparentemente a nadie, dónde ha escondido una pequeña fortuna. Atrapados en una tormenta de rencores, cuentas pendientes e intereses oscuros, los cuatro hermanos lucharan entre ellos y contra otras fuerzas del pueblo a lo largo de una jornada que puede terminar como el rosario de la Aurora.

Lo mejor: Pese a su presupuesto ajustado logra un film ambicioso.

Lo peor: Demasiado brusca y sin transición entre su presentación y nudo con su desenlace.


The beta test

Sexo, ceros y unos

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3.5/5

The beta test

Tras El lobo de Snow Hollow el actor, guionista y director Jim Cummings regresa con otro interesante proyecto que, como el anterior, mezcla a partes iguales thriller, terror y comedia, en este caso para elaborar una pesadilla digital. La neurosis de su protagonista acerca también esta intriga cosmopolita a productos como El lobo de Wall Street o American psycho. Un film que sabe agarrar al espectador y mantenerlo entretenido hasta sus planos finales.

El ejecutivo que interpreta Cummings es todo fachada. Tanto él como su empresa se venden como triunfadores en el mundo del cine y la televisión, pero tras todo el brillo que otorgan sus oficinas, el coche de alta gama y los restaurantes caros, se esconde una mentira a la que se le está acabando el tiempo para concretarse en un negocio viable. Tanto se ha preocupado este yuppie en construir esta ficción que, por el camino, ha perdido la conexión con él mismo. Interpreta un papel las 24 horas del día y fantasea con que algo llegue y le saque de su enfermiza dinámica. Un día recibe una carta que le invita a un encuentro sexual anónimo y sin ataduras al que se lanza de cabeza y sin calcular las consecuencias. Desde ese momento, no podrá quitarse de la mente a su entregada compañera de juegos, por lo que poco a poco emprenderá una investigación para dilucidar qué y quién se esconde tras esa trama sexual. En paralelo, seremos testigos de las funestas consecuencias que tendrán, para otros invitados, sus tropelías sensuales.

Lo mejor: Potente comienzo y lograr mantener el interés del espectador mediante una solvente mezcla de géneros.

Lo peor: Cummings roza la caricatura a lo Jim Carrey en muchos momentos. Su realización pretendidamente milenial.