Buscando lo mejor de 2021

¿cuales fueron tus preferidas?

Buscando lo mejor de 2021

Se termina 2021 y toca como todos los años hacer balance y decidir, entre los que se animen, las mejores cintas de género fantástico que han dejado estos doce meses. La fórmula es muy fácil, indicadnos del diez (el último) al uno vuestras películas preferidas. Con todas las opiniones que contemos elaboraremos un ranking de 1 al 10 (más o menos) y un video reportaje con sus mini reseñas.

El domingo 19 sumaremos con los contactos de mail... así que no lo dejéis pasar.

No mires arriba

El fin del mundo y el capitalismo

No mires arriba

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 4/5

No mires arriba

La cita con la que da comienzo No mires arriba da muestra clara del humor negrísimo y de la acidez con la que el film nos va a remover. Cito de memoria, pero viene a decir más o menos: “Me gustaría morir como mi abuelo, durmiendo tranquilo sin darse cuenta de nada. No querría desaparecer entre gritos de terror y la angustia de una muerte inminente como el resto de los pasajeros del vuelo que pilotaba.El miedo a lo incontrolable y la impotencia ante la alerta de un acontecimiento fatal, están muy presentes en este trabajo que, como le pasó a Silent night, pese a estar escrito un año antes de la crisis del coronavirus, ha sabido anticipar la nefasta gestión que han tenido los estados (aunque aquí se centra en la cultura norteamericana es fácilmente extrapolable al resto de occidente) de una catástrofe a nivel global.

Los protagonistas Leonardo DiCaprio y Jennifer Lawrence, son dos astrónomos que han descubierto un enorme cometa con rumbo de colisión con la tierra. Hay seis meses para prevenir la catástrofe, pero nadie parece tener en cuenta sus advertencias. Ninguneados por la presidenta de los Estados Unidos (Meryl Streep) y por los medios de comunicación, la pareja parece predicar en el desierto, mientras la opinión pública comienza una campaña negacionista con el lema: No mires arriba.

Lo mejor: Grandes interpretaciones en una comedia desternillante. Atención al cierre de la trama.

Lo peor: Posiblemente lo que más risa nos haga sea lo más real. Puede que sus 145 minutos sean demasiado para algunos espectadores.


Silent night

La última última cena

Silent night

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3.5/5

Silent night

En 1992 el director y actor Kenneth Branagh estrenó la celebrada Los amigos de Peter, en ella narraba en deterioro en los mimbres de la amistad de un grupo de treintañeros, que después de los años, se reúne durante un fin de semana para recordar los tiempos en los que eran una panda cohesionada. Como en todos estos formatos (casi teatrales) de reuniones de amigos, las risas van dando paso a las confesiones, las diferencias y los rencores, poniendo a examen el cariño que se tienen los unos por los otros. Pues bien, Silent night, que personalmente creo que fue la cinta que más disfruté en la pasada edición de Sitges, retoma el espíritu del film de Branagh y le mete un dramático giro que hizo que muchos de nosotros, además de reír durante todo el tiempo, saliésemos con los ojos bien rojos de tanto llorar.

Nell y Simon (Keira Knightley y Matthew Goode) junto con sus hijos están preparando la cena de nochebuena. Entre imprevistos de última hora y falta de suministros, repasan la lista de invitados que consiste en sus mejores amigos, las parejas de estos y los hijos. Toda una cena, sobre la que flota un extraño aroma de melancolía. Conforme los anfitriones reciben a las visitas, vamos descubriendo la urgencia de todos por poner al día sus sentimientos. Algo extraño está pasando en esa cena… de hecho puede que ni siquiera sea 24 de diciembre.

Lo mejor: Cuando toca reir lo logra y cuando toca llorar también. El reparto está magnífico.

Lo peor: Puede que la mezcla de comedia negra y melograma cree una brecha complicada de salvar para algunos espectadores. Su regusto agrio.


Cazafantasmas: Más allá

¿A quién vas a llamar?

Cazafantasmas: Más allá

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3.5/5

Cazafantasmas: Más allá

Aún recuerdo el profundo impacto que me causó, siendo un crio de catorce años, salir casi por primera vez sólo con mis amigos al centro de Madrid a ver Los Cazafantasmas. Recuerdo reírme, asustarme y alucinar con sus efectos especiales; volver a casa saltando por la calle comentando juntos lo bien que lo habíamos pasado . Eran otros tiempos, se agradece que esta secuela en el nuevo milenio (la cuarta de esta franquicia) haya querido ser respetuosa y conectar con los niños de entonces y, a la vez, captar a los chavales de ahora con un coctel tan bien equilibrado. Además, todos los que disfrutamos de la carrera de actor y director de Harold Ramis (fallecido en 2014) teníamos ganas de que se le hiciera un homenaje en condiciones: Cazafantasmas: Más allá por fin salda esta deuda.

La acción comienza con el personaje que interpretaba el propio Ramis, el doctor Egon Spengler, de espaldas o en un contraluz que evita que podamos verle (recordad que el actor lleva muerto años) enfrentándose a una entidad en una remota y destartalada granja y pereciendo en el intento. A partir de ese momento, conocemos a los auténticos protagonistas de la cinta: Trevor y Phoebe (Finn Wolfhard y Mckenna Grace), dos chavales que junto a su madre (Carrie Coon) dejan la ciudad para gestionar la granja de su abuelo, del que desconocen prácticamente todo. Mientras se integran en su nuevo hogar, los misterios de la zona: extraños terremotos y una mina cerrada por sucesos inquietantes, llaman poderosamente la atención de la más pequeña de la familia que, además, está empezando a comunicarse con el fantasma de su abuelo.

Lo mejor: Diversión nostálgica para todas las edades. La acción está muy bien filmada aunque sea algo escasa.

Lo peor: Se le nota demasiado su aire comercial.


Lamb

Padres paralelos

Lamb

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3.5/5

Lamb

El premio a la mejor película en el festival de Sitges de este año a Lamb puede que confunda a los espectadores que se zambullan en ella. Tal vez el galardón Una cierta mirada del festival de Cannes, que se asigna a propuestas singulares, se ajuste más a las intenciones autorales de su director: el debutante Valdimar Jóhannsson. Yorgos Lanthimos o Anticristo de Von Triers se me antojan como los inciertos cabos a los que atar este marciano film; películas de ritmo pausado, planteamiento febril y simbolismos ocultos en su metraje. Resumiendo, Lamb es, aparentemente, rara de cojones. Pero si sustituimos al cordero por un bebé humano, descubrimos que el resultado de esta ecuación es una historia muy convencional.

La acción nos sitúa en una remota granja de Islandia, en la que un matrimonio pasa los días centrado en las interminables labores de mantenimiento de la misma. Una rutina que nos llega a los espectadores con largos planos de estas agotadoras jornadas que evidencian, también, la falta de comunicación entre sus dos protagonistas (Noomi Rapace y Hilmir Snær Guðnason). Con el paso implacable de los minutos descubriremos que, esta dedicación, es la anestesia a la que se aferra la pareja para silenciar el aullido de dolor que ha supuesto, para ambos, la pérdida de su hija.

Lo mejor: Excelentes interpretaciones y elementos fantásticos para adornar una historia convencional.

Lo peor: Fantasía elevada más que cine de género purasangre, algo que lo convierte en un producto más de autor que de público masivo.


Última noche en el Soho

Sueños y pesadillas

Última noche en el Soho

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 4/5

Última noche en el Soho

Por fin ha llegado a las carteleras españolas el último film de Edgar Wright que, además, supone el regreso del realizador al cine fantástico tras coquetear con el cine de acción policial, con aromas de su amigo Tarantino, en Baby driver y también tras su extensísimo recorrido por la carrera del grupo Sparks con The Sparks brothers, primer documental del director que se presentó en España durante el pasado Festival de cine de Sitges junto con este film. Última noche en el Soho, título que, por cierto, tomó prestado junto a la canción de cierre al propio Tarantino, nos prepara todo un viaje por diferentes géneros y tonos dramáticos, cargado de magia, música, nostalgia y, como no, algunos escalofríos. Un coctel medido al milímetro para llenar salas de cine.

Su trama no es nada del otro mundo, pero con gran talento, Wright la ha emperifollado y sazonado, de tal forma, que parece totalmente original. Last night in the Soho nos presenta a una joven soñadora, que bien podría protagonizar una película adolescente de Disney Channel, que quiere ser diseñadora de modas y que se pasa el día entre vestidos de princesa y discos antiguos, fantaseando con vivir en la década de los sesenta. Eloise, que así se llama esta muchacha que encarna la actriz Thomasin McKenzie, se traslada a la capital inglesa para estudiar moda y, tras intentar encajar con sus sofisticadas compañeras sin demasiado éxito, se traslada de la residencia de estudiantes a una pequeña habitación en el corazón del Soho londinense. Será en este cuarto, cuando, en sueños, se convierta en espectadora de la vida de otra joven (magnífica y elegante actuación de Anya Taylor-Joy), que aspira a convertirse en la nueva estrella de la canción de comienzos de la década de los sesenta. Todo será idílico para ambos personajes hasta que la aspirante a cantante se vea arrastrada a la prostitución y el deseo que los hombres sienten por ella se materialice, en nuestra época, en forma de inquietantes espectros que acosen a la cándida Eloise.

Lo mejor: Es todo un viaje que enamotra tanto en sus momentos más luminosos como en sus opalinas pesadillas.

Lo peor: Su tramposo giro final