Comedia

Hollyblood

Ni para adolescentes

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Psicosis Mortal

El verdadero Borgman

Psicosis Mortal

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3.5/5

Psicosis Mortal

Un vagabundo deforme y cabrón se dedica a destrozar la mente de un pobre programador a punto de ser ascendido a senior.

Querría presentaros una de esas comedias negras salvajes que, tal vez por pertenecer a la primera mitad (1992) de una década maldita como los noventa, permanece bajo los radares de los aficionados al cine de terror. No exenta de caspa, pues el extremo colorido de sus personajes roza el ridículo antes que la broma, “Psicosis Mortal”, conocida en su país natal como “The Vagrant” – el vagabundo –, es una cinta muy a tener en cuenta si lo que queréis es echaros unas buenas risas con los amigos, sin más trascendencia, justo de la misma forma que lo consiguiesen obras del mismo corte como “Very Bad Things” o “Tu asesina que nosotras limpiamos la sangre”. Aunque me gustaría hacer notar que la película que hoy nos ocupa tiene un estilo mucho más chabacano y barato, lo que no es directamente peor; simplemente también se emparenta con la década anterior, los 80, por su acabado artístico.

Como curiosidad fijaos que el argumento preludia la conocida cinta holandesa ganadora de la anterior edición del festival de Sitges: “Borgman”. Y lo hace por aquello de ofrecernos el relato de una vida normal destrozada por la violenta irrupción en su día a día de un vagabundo con intenciones desconocidas. No obstante, este sería el único paralelismo, pues el tono de ambas es bien distinto, teniendo la cinta holandesa un tufillo intelectual que para nada defiende “Psicosis Mortal”, mostrándose esta última como un ejercicio más descerebrado y grotesco donde cuesta ver cualquier tipo de crítica social.

Lo mejor: La caracterización del vagabundo y la atmosfera de la viva fotografía. ¡Y diablos, básicamente es muy divertida y cruel!

Lo peor: Una narración confusa a la que no ayudan ciertos histrionismos de los actores, especialmente Paxton, haciendo de varias escenas pura vergüenza pueril


Mon Ami

La amistad sincera bien vale un baño de sangre

Mon Ami

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 4.5/5

Mon Ami

¿Os acordáis de Beavis & Butt-Head? ¿Los tenéis en mente? Eran un par de adolescentes de encefalograma plano que a principios de los 90 se pasaban el día escuchando rock duro y tragándose vídeos de la MTV, mientras no paraban de soltar gilipolleces. Más que suficiente para reclutar a miles (millones) de fans en todo el mundo… entre los que me incluyo. Pues bien, Beavis & Butt-Head han crecido. Se han hecho adultos. Y como era de esperar tienen unos trabajos de mierda, unas vidas de mierda y, eso sí, han sustituido el rock duro por la música clásica y fuman en pipa, lo que se supone que son rasgos de madurez (pufff). Pero en el fondo Beavis & Butt-Head siguen siendo tan gilipollas como antaño… el verdadero problema es que ahora tienen un plan.

Theo y Callum son un par de treintañeros que se conocen desde que eran unos críos y que, en la actualidad, trabajan ambos en una enorme ferretería. Sus escasas opciones de promoción laboral se desvanecen cuando el dueño de la tienda, a punto de jubilarse, anuncia que sus dos hijos (que jamás han puesto un pie en la tienda), se harán cargo del negocio. Theo y Callum están cabreados. Indignados. Y trazan un plan: secuestrar a la joven y preciosa hija del jefe.

Así es, un par de tarados desembarcaron en el Festival de Cine de Terror de Sabadell con un plan bajo el brazo: secuestrar a la hija del jefe, una dulce y hermosa jovencita que trabaja como cajera en la tienda y que siempre ha tratado a Theo y Callum con respeto y cariño. Si alguien pensaba que el plan en cuestión era relativamente sencillo de llevar a cabo… que se vaya olvidando. Como no podía ser de otra manera, el plan apesta, su ejecución es de vergüenza ajena y las consecuencias son trágicas.

Lo mejor: Theo y Callum, las risas, la violencia, los personajes secundarios, los diálogos...

Lo peor: Ahora mismo no se me ocurre nada...


Doghouse

Pero qué malas llegan a ser las mujeres...

Doghouse

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3.5/5

Doghouse

La reseña de Doghouse se publicó originalmente el 14/10/2009. Os recuerdo que la divertida película de Jake West podrá verse en el Festival de Cine de Terror de Sabadell que se celebra mañana sábado 22 de febrero.

Uno diría que el bueno de Jake West tiene algo en contra de las mujeres. Tras debutar en el 2005 con Evil Aliens, una entrañable serie Z en la que una desdichada campesina embarazada era el detonante de la más descacharrante y descerebrada invasión alienígena de los últimos tiempos; el director británico vuelve ahora a la carga con Doghouse, una divertidísima comedia con todos los números para ser catalogada de misógina y sexista a partes iguales.

Un grupo de amigos decide reunirse, alquilar una furgoneta (con conductora incluida), dirigirse a la lejana población de Moodley (en la que se comenta que la proporción de hombres y mujeres es de cuatro a uno a favor de las féminas), y celebrar por todo lo alto el inminente divorcio de Vince. Por supuesto los planes para la celebración incluyen lanzarle el anzuelo a toda mujer de Moodley que camine sobre dos piernas y/o ingerir suficiente alcohol como para quedar inconscientes.

Pronto descubrirán que sus posibilidades de intimar con cualquiera de las mujeres de Moodley son prácticamente nulas, sobre todo teniendo en cuenta que todas ellas se han convertido, por obra y gracias de un virus de origen militar, en salvajes criaturas hambrientas de carne… masculina.

Lo mejor: Es un sano entretenimiento que no engaña a nadie.

Lo peor: Algunos altibajos en el ritmo.


Las brujas de Zugarramurdi

La delgada línea entre lo genial y lo bochornoso

Las brujas de Zugarramurdi

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 2.5/5

Las brujas de Zugarramurdi

Alex De la Iglesia es un cineasta que siempre ha andado al filo de esa delgada línea. Después de unos comienzos harto prometedores, con Acción mutante (1993) y, sobre todo, la obra maestra El día de la bestia (1995), su carrera se ha debatido entre propuestas notables – Perdida Durango (1997), La comunidad (2000)-, fallidas – Muertos de risa (1999), 800 balas (2002), Los crímenes de Oxford (2008)- y bodrios infumables – Crimen ferpecto (2004), Balada triste de trompeta (2010), La chispa de la vida (2011)-. Con Las brujas de Zugarramurdi todo parecía dispuesto para volver a los orígenes y dar de nuevo el pelotazo con una genialidad tan macarra como divertida. Y efectivamente, la primera mitad se encuentra entre lo mejor que ha rodado su director. Desgraciadamente, la segunda mitad está entre lo peor.

Las brujas de Zugarramurdi es el regreso de De la Iglesia al humor negro cañí con elementos de terror. Elementos que han estado presentes en sus tres mejores propuestas, las citadas Acción mutante, El día de la bestia y La comunidad. Cuando un cineasta explota tan rápido puede ocurrir que pierda esa frescura en su etapa de madurez creativa. Podría decirse que esto le ha ocurrido a Alex. El niño prodigio se ha convertido en presuntuoso valedor de sí mismo, y este intento de seguir siendo aquel niño se resiente de su actual naturaleza. El tipo sabe mover la cámara y situarla donde mejor le convenga a cada escena, eso es innegable. A nivel técnico, dentro de sus limitaciones, es impecable. La puesta en escena supera sin problemas la atolondrada media de nuestro cine, sin desmerecer de cualquier película producida en Hollywood con un presupuesto medio.

Lo mejor: Los primeros 50 minutos.

Lo peor: Lo que sigue.


Cottage Country

Caín, Abel y Salomé en versión rupestre

Cottage Country

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 2.5/5

Cottage Country

La mejor virtud de la comedia negra, y de la comedia en general, es brindarnos la oportunidad de reírnos a mandíbula batiente y sin complejos de las situaciones más escabrosas y dolorosas de la vida. Son una invitación a desatar nuestra vena más perversa, a ver nuestra mueca en el espejo y con ello liberar de cierto peso las cosas más complicadas de la existencia. Como toda caricatura que se precie los personajes de las comedias, por lo general, contienen de forma exagerada actitudes que tratamos de esconder en nuestras personalidades: o son cobardes, o torpes, o faltos de inteligencia, o pusilánimes… etc. En sus desventuras solemos ser testigos de cómo, mediante la presión, logran superar esos dilemas o sucumben estrepitosamente a ellos y por tanto, generalmente, la comedia negra suele ser una suerte de fábula sobre cómo afrontar los bloqueos de la vida real o de las consecuencias de no hacerlo.

Lo que tenía que ser un fin de semana idílico en la casa de campo familiar, se torna una pesadilla para Todd (Tyler Labine)… Él, que había planeado una romántica petición de mano a su novia Cammie (Malin Akerman), se encuentra lidiando con su hermano rebelde, Salinger (Dan Petronijevic) y la excéntrica novia de éste, Masha (Lucy Punch), cuando aparecen en la finca sin previo aviso. Con ganas de quedarse a solas con su chica, y presionado por ella, se enzarzará con su hermano en una fuerte discusión sin ser consciente de que este tipo de conversaciones es mejor tenerlas sin un hacha en la mano… algo que traerá funestas consecuencias. Afortunadamente su chica parece tener la solución para enderezar las cosas… o eso cree ella.

Siguiendo la senda de Very bad things y protagonizada por el actor que otrora encarnara a Dale en la divertidísima Tucker and Dale versus evil, Cottage Country es un título divertido y ligero que sin llegar a las cotas de humor y calidad de los mencionados tampoco supone una pérdida de tiempo, pues contiene momentos simpáticos y más mala uva de lo que aparenta en su inicio.

Lo mejor: Buenos momentos de humor por parte de los actores secundarios. Los 3 actos en los que se puede dividir dinamizan su visionado.

Lo peor: Cuesta simpatizar con los protagonistas.


The Selling

Abbot y Costello del siglo XXI

The Selling

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3/5

The Selling

Si hay dos géneros que no casan son la comedia y el terror. Por más que el cine intenta unirlos es muy raro que encontremos un título que combine en su justa medida ambas cosas sin llegar a decantarse por ninguno en especial. Así, terror con toques cómicos, hay para aburrir. Lo mismo se puede decir de las comedias ambientadas en argumentos de terror… pero títulos que contengan terror y humor al 50 por ciento o casi… estos creo que se pueden contar con una mano. Personalmente sólo señalaría Un hombre lobo americano en Londres, la infravalorada Atrápame esos fantasmas y, en menor medida, Poltergeist.

La verdad es que The selling apunta, en sus primeros minutos, a subirse al carro de las mencionadas, pero al poco se decanta, sin complejos, por la comedia ligera llena de homenajes al cine de los 80 y 90 y con un humor blanco totalmente recomendable que procura no caer en los excesos y las patochadas fáciles.

La historia nos presenta a dos amigos y colegas de trabajo, Richard y David, vendedores inmobiliarios, que compran un chalet a un precio realmente bajo con el fin de revenderlo con posterioridad. Después de cerrar el trato descubrirán lo que se escondía tras semejante oferta: la casa fue el hogar de un temible psicópata y entres sus paredes aún moran sus víctimas y una fuerza oscura. Ahora ambos tendrán que deshacerse de el inmueble, pues han depositado en él todos sus ahorros. La situación es más desesperante aún para nuestro protagonista, Richard Scarry, que necesita el dinero para pagar el tratamiento de cáncer de su madre. Pero la casa tiene sus propios planes y no va a poner tan fácil su traspaso…

Lo mejor: Un buen montón de momentos que si bien no son de carcajada sí que hacen reír.

Lo peor: Su último cuarto de hora, sin ser malo, es previsible y demasiado correcto.