Demonios

The offering

Terror hebreo

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The Demon's Rook

Festival gore y demoníaco para viejos rockeros

The Demon's Rook

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 4/5

The Demon's Rook

Subió Diego López, editor de El Buque Maldito, al escenario de Terrormolins y nos desveló algunos detalles de la vida de James Sizemore, director, co-guionista, actor, productor, maquillador y supervisor de efectos especiales de The Demon’s Rook. Resulta que el bueno de Sizemore, además de ser un cineasta en ciernes, también es pintor, escultor, músico (tiene una banda llamada “Lord Loup’Rah”) y líder de una secta conocida como The Black Riders en la que, por lo visto, para entrar a formar parte de la misma, debes ser vegetariano y tatuarte el símbolo de la secta en algún lugar de tu cuerpo (mal lo tiene un tipo como yo, carnívoro convencido y alérgico a los tatuajes). Os aseguro que si contempláis sus pinturas y esculturas, y escucháis algunas canciones de Lord Loup’Rah (a mí me han sorprendido… para bien) es muy posible que entendáis un poquito mejor la disparatada y deliciosa locura que ha cometido Sizemore en The Demon’s Rook.

Un niño llamado Roscoe encuentra un portal que da acceso a una dimensión paralela, en cuyo interior habita Dimwos, un brujo que acoge al niño como pupilo y le instruye en los secretos de las artes oscuras. Pero el brujo esconde un secreto, y cuando Roscoe, años más tarde, lo descubre, se desencadenarán una serie de infortunios que abrirán las puertas de nuestro mundo a los demonios.

Lo mejor: Un delirio camp repleto de zombis, demonios y gore.

Lo peor: Se ama... o se odia.


Bad Milo!

Un mojón de demonio

Bad Milo!

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 2.5/5

Bad Milo!

Reconozco que aún me sigo riendo con el ruido de un buen pedo, con los chistes verdes y las procacidades salvajes… Así que la idea de un demonio alojado en el ojete del culo de un sufrido personaje, se me antojaba la mar de entretenida y una vez visto el aspecto del monstruito en cuestión mis ganas de verla no hicieron más que crecer.

Phil (Ken Marino) es un ejecutivo en estado constante de tensión. Su jefe es un auténtico tocapelotas y su madre y el joven amante de ésta le presionan con que tenga un bebé. Aunque al principio cree que el stress le ha causado un problema de estómago, la realidad es mucho más compleja, ya que lo que reside dentro de él es un demonio que sale de su intestino para alimentarse y de paso tomarse la revancha por el malestar de su huésped. Ahora Phil necesita controlar su ira para evitar que Milo (así bautiza al ser en cuestión) salga de su culo nuevamente a impartir justicia. Para ello contará con la ayuda de un excéntrico terapeuta (Peter Stormare) con el que analizará la naturaleza de su furia y su vida familiar actual, junto a su joven y bella esposa, y su vida pasada.

Bad milo! es una comedia escatológica que sigue un esquema ya clásico en el humor-terror: un personaje encuentra un ser terrorífico al que tendrá que hacer frente pero que, a su vez, le ayudará para encarar y eliminar conflictos que asfixian su existencia. Así que, antes del capítulo final donde ambos luchan para que finalmente no sufra un ser querido, el monstruito o monstruitos se llevarán por delante a vecinos tocapelotas, ex-mujeres, jefes, madres o suegras molestas… Ejemplos hay a miles, desde la planta carnívora de La pequeña tienda de los horrores pasando por los Gremlins, o las asquerosas ratas de Willard (en cualquiera de sus 2 versiones).

Lo mejor: El personaje del sicólogo, recuerda a la serie B de los 80.

Lo peor: muchos intentos de humor pero pocos chistes acertados.


Wither

Segundo Remake de Posesión Infernal

Wither

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 2/5

Wither

El argumento de Wither es el de mil películas anteriores y seguro que posteriores: Un grupo de jóvenes van a pasar unos días en una cabaña en mitad de la montaña. Entre ellos, hay dos parejas formadas, por lo que los solteros, tanto chicos como chicas, tienen sus esperanzas puestas en ligar. Sin embargo, la casa alberga un mal primigenio que se cebará con ellos.

Vale, no es el colmo de la originalidad, pero no por ello hay que echarse atrás, ¿no? Este año, sin ir más lejos, hemos disfrutado de Cabin in the Woods, por ejemplo, que aprovechaba este mismo punto de partida para darle la vuelta y hacer algo distinto. Pero, incluso si no está en el ánimo de los responsables de la cinta subvertir nada, eso no convierte su esfuerzo en baldío: este año, también, parece haber habido consenso en torno a la validez del remake de la que es inspiración directa e indisimulada de ésta, Evil Dead.

Incluso, para más inri, los guionistas y directores de Wither, Sonny Laguna y Tommy Wiklund, son los responsables de otro producto pequeño y discreto pero, para mí, ejemplo de que vale la pena volver a hacer “lo de siempre” si se hace bien: Blood Runs Cold, un slasher absolutamente convencional pero encantador, adorable, y con un par de sustos y buenos momentos de tensión.

Lo mejor: quiere que te lo pases bien.

Lo peor: no siempre lo consigue.


Posesión Infernal

Brutal y perturbadora revisión del clásico de Raimi

Posesión Infernal

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 4/5

Posesión Infernal

Quisiera dedicarle esta reseña a nuestro querido compañero Mr. Zombie y al amigo Skalope.

Resulta evidente que el objetivo principal de un remake de Posesión Infernal nunca iba a ser contentar a la legión de fans que, en tiempos (muy) pretéritos, alucinamos con el estreno de Evil Dead (Posesión Infernal) en un mítico programa de la televisión privada (Noche de Lobos), disfrutamos como nunca de una doble sesión de barrio que incluía Evil Dead 2 (Terroríficamente Muertos) junto a la enésima secuela de Viernes 13, o jaleamos con todas nuestras fuerzas el nombre de Ash al inicio de Army of Darkness (El Ejército de las Tinieblas) a su paso por el Festival de Sitges.

El objetivo de todo remake que se precie siempre es doble: por un lado intentar vencer las reticencias iniciales de esa legión de fans a la que os hacía referencia, que suele ver con muy malos ojos la osadía de “reinventar”, “reinterpretar”, “plagiar” o “destrozar” (que cada uno elija la acción que más le apetezca) la memoria de un clásico de culto; y por otro lado (y este sí me parece el objetivo principal) acercar dicho clásico a toda una nueva generación de aficionados al género, lo que supone, en la mayoría de los casos – y el remake que hoy nos ocupa no es una excepción -, adaptarse a los estándares estéticos e incluso de fondo que imperan en cada momento.

La incógnita a despejar es saber bajo qué condiciones se realiza dicha reinvención (yo ya he escogido…). Con qué intensidad, con qué fidelidad, qué grado de riesgo se asume… De entrada se me ocurren dos vías para llevar a cabo el remake de Evil Dead. Una de ellas sería la vía fácil: que el propio Sam Raimi diera un paso al frente (por suerte ha acabado reservándose el papel de productor y parece guardar esfuerzos para una nueva secuela oficial de la saga) o que alguien como Marcus Nispel, especialista en perpetrar remakes de clásicos del género como si de bollería industrial se tratara (mis disculpas, odio a muerte el remake de La matanza de Texas) se hiciera cargo del asunto con resultados más que predecibles. La segunda vía, mucho más complicada y quizás difícil de asumir para los aficionados a la saga original, consistía en poner al frente del proyecto a todo un “ilustre debutante” como es Fede Álvarez, cuya carta de presentación incluye Ataque de Pánico, un espectacular cortometraje de ciencia-ficción que venía a ser una especie de currículum vitae que ensalzaba las cualidades del director uruguayo como mago de los efectos CGI… lo cual no deja de tener su gracia teniendo en cuenta que el remake de Evil Dead siempre ha alardeado de la ausencia de efectos CGI.

Cinco amigos se refugian en una cabaña aislada en mitad de un bosque con el objetivo desenganchar a uno de ellos, Mia, de su adicción a las drogas. El descubrimiento de un extraño libro en el sótano de la cabaña desencadenará toda una serie de horribles acontecimientos tanto en el interior de la cabaña como en el bosque adyacente.

Lo mejor: Acojona, asquea y divierte.

Lo peor: El aporte dramático del guión de Álvarez y Cody no acaba de funcionar (mal menor).


The Devil's Carnival

Este circo es un infierno... pero con ritmo

The Devil's Carnival

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  • Título original: The Devil's Carnival
  • Nacionalidad: USA | Año: 2012
  • Director: Darren Lynn Bousman
  • Guión: Terrance Zdunich
  • Intérpretes: Dayton Callie, Emilie Autumn
  • Argumento: Un suicida, una cleptómana y una confiada adolescente van a parar a un mismo destino: un particular Infierno construido como un macabro circo lleno de extraños y tenebrosos personajes.

DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3.5/5

The Devil's Carnival

El ya consolidado dentro del género del terror, Darren Lynn Bousman, vuelve a ofrecernos esa bonita mezcla entre la estética gótica y el musical que tan buen sabor de boca nos dejó con Repo! The Genetic Opera (2008). Aunque no es propiamente una secuela de Repo!, The Devil’s Carnival sí que es heredera en cierto modo de ese universo gótico, macabro y grotesco —más grotesco en esta ocasión—, pero por desgracia no atisbaremos por ningún lado ningún familiar de los Largo ni ninguna ciega Mag; eso no quita que encontremos caras conocidas. Y es que algunos de los actores del musical futurista de Repo! repiten en esta ocasión, como Paul Sorvino (Rotti Largo en Repo), con un papel pequeño pero muy simbólico; Nivek Ogre (Pavi Largo), que aquí interpreta a un oscuro personaje que controla las sombras y confunde las identidades de sus víctimas; o Terrance Zdunich (el ladrón de tumbas de Repo), que repite escribiendo el guión y componiendo la música, y esta vez, interpreta al mismísimo Lucifer. En el caso de The Devil’s Carnival no toma el modelo de ópera como Repo, sino el de musical, con algunas partes dialogadas.

Lo mejor: La increíble banda sonora y su atmósfera gótica.

Lo peor: Que por su formato de mediometraje es posible que quede en un segundo plano.


Sinister

Ajustadas dosis de terror minimalista

Sinister

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3/5

Sinister

Tenemos la costumbre de pensar que el cine comercial siempre cuenta con presupuestos elevados. Nada más lejos de la realidad. Hay películas, sobre todo dentro del género de terror, que salen adelante con mucho menos dinero del que utiliza gran parte del cine independiente. En estos casos es cierto que, generalmente, se gasta mucho más en publicidad que cualquier serie B de videoclub. Pero a lo que vamos: con poco se puede rentar mucho. Esto lo sabe Oren Peli, el desconocido, luego magnate, detrás de la franquicia Paranormal Activity. Otro que sabe cómo gastar poco y llegar a multitud de cines es James Wan, quién arrasara en su día con una tal Saw (2004). Cosas de la vida, ambos se juntaron para producir (Peli) y dirigir (Wan) el sleeper terrorífico de 2010: Insidious. De nuevo, presupuesto mínimo (2 millones de dólares) y beneficios astronómicos (recaudó 97 millones de dólares alrededor del mundo). Si bien Paranormal Activity y Saw fueron revelaciones en sus respectivos subgéneros y/o estilos, el found footage y el torture porn, Insidious devolvió parte del potencial que tenían las historias clásicas de casas encantadas y posesiones, añadiendo los oportunos golpes de efecto modernos. El alumno más aventajado de aquella acaba de llegar y se titula Sinister.

Pese a que ni Peli ni Wan tienen presencia en los créditos, sí aparecen otros productores de la saga PA e Insidious, como Jason Blum, Jeanette Brill o Gerard DiNardi. La dirección ha pasado a manos de Scott Derrickson, un tipo que no se despeina al pasar de lo interesante, El exorcismo de Emily Rose (2005), a lo frustrante, Ultimátum a la Tierra (2008) y que, según parece, está escribiendo en estos momentos el guión del remake de Poltergeist (1982).

Lo mejor: Ethan Hawke y los inquietantes videos.

Lo peor: Suena a visto mil veces.