Un grupo de adolescentes problemáticos son enviados a un campamento en mitad de la nada, con la esperanza de que el estricto sistema de reeducación que se imparte en él los transforme en ciudadanos ejemplares de los que sus padres puedan sentirse orgullosos. Sin embargo, muy pronto surgen las primeras tensiones entre ellos, mientras, por otro lado, tratan de resistir los sádicos métodos impartidos por los monitores. Por su parte, el oprimido cocinero del campamento también se ha cansado del maltrato que sufre por parte de los monitores y, a modo de venganza, cocina una remesa de carne ilegal. Lo que no sabe el cocinero es que la carne está infectado con un virus que, lejos de provocarle un simple dolor de estómago a los monitores, los transforma en salvajes maníacos hambrientos de carne humana. Los jóvenes inquilinos del campamento van a aprender lecciones de madurez y responsabilidad de la manera más dura.

El próximo 19 de Febrero se estrena en USA y Canadá el DVD de Bad Meat, dirigida por la enigmática Lulu Jarmen (después volveré a este tema) y comparada, en numerosas ocasiones, con el celebrado debut de Eli Roth, Cabin Fever.

Elfie Hopkins es el primer largometraje de Ryan Andrews, coprotagonizado por Ryan Winstone y su hija Jaime Winstone, cuya presencia - la de ambos – intenta potenciar el aspecto comercial de la propuesta. Es innegable que el tráiler de Elfie Hopkins era muy prometedor, al igual que las sorprendentes buenas críticas que la película fue cosechando en sus primeros pases y que convirtieron el debut de Ryan Andrews en un producto muy esperado por parte de los aficionados…; y eso es jugar con fuego Mr. Andrews.

Cuando uno ve los primeros minutos de Elfie Hopkins se encuentra con un inicio de película absolutamente genial. Unos primeros minutos muy prometedores que anuncian lo que parece ser un soplo de aire fresco. Se nos presenta a Elfie (Jaime Winstone) como una persona muy inmadura que, a pesar de sus 22 años, sigue siendo una adolescente incapaz de enfrentarse a los problemas que la rodean y de superar la muerte de su madre - y eso es algo que va a tener que aprender en este extraño viaje que está a punto de emprender – . Le acompaña su amigo Dylan (Aneurin Barnard) enamorado de Elfie desde que la conoció e incapaz de confesarle sus sentimientos por el miedo al rechazo y a perderla para siempre. Por otro lado están sus nuevos vecinos, los Gammons, una familia de alta sociedad, increíblemente rica y procedente de otro país, cuyas costumbres extrañan a nuestra protagonista desde un primer momento. A esa extrañeza por la presencia de los Gammos se le suma un gran número de inexplicables desapariciones que están aconteciendo en la zona.

Tras una fiesta de cumpleaños en un lujoso restaurante de la ciudad, Sissy, su hermano Mikey, Kenny y Barbie se embarcan en una serie de desafortunados eventos que llevan a enfrentarlos cara a cara con los macabros “boneboys”, un grupo de caníbales internacionales que usan los suburbios de las ciudades como su coto privado de caza.

Lo que son las cosas, uno lee la sinopsis de la norteamericana Boneboys y es imposible apreciar cualquier destello de originalidad. A lo sumo, como si La Matanza de Texas se hubiese desplazado a la gran ciudad. Evidencia aun más graciosa cuando tras el guión encontramos al veterano Kim Henkel, guionista de toda la saga nacida de manos de Tobe Hooper. Resulta que Boneboys inició sus titubeantes pasos como un intento de continuar el remake de La Matanza acaecido en 2003. Pero parece ser que el potencial del guión apuntaba a una nueva franquicia.

Kati es una joven y guapa modelo de camino a la fiesta de cumpleaños de su hermana pequeña, Celine. Su mejor amiga, Tanja, y otros jóvenes deciden acampar en un bosque y “fiestear” un poco a la espera de la llegada de Kati. Obviamente, su noche de borrachera se verá truncada por la irrupción de unos extraños que los secuestran.

Kati se ha perdido en los bosques, mientras buscaba el camino para llegar a la fiesta, por lo visto, un vagabundo le indicó mal la dirección a seguir. Perdida y sin coche, pronto alcanza una vieja factoría donde un clan de caníbales prepara su festín. ¿Primer plato? Los amigos de Kati.

Volvemos a traeros noticias sobre una película británica muy esperada por estos lares. Ni más ni menos que la fantasía oscura de Elfie Hopkins and The Gammons, la cuál ha visto su nombre acortado, al igual que muchos más detalles desvelados en una nueva sinopsis y un trailer, que a lo mejor destapan demasiados secretos de una producción cuya mejor arma sería el misterio. Hecho que me lleva directamente a esa manía actual de mostrar y mostrar y mostrar (hasta la nausea) información de cualquier proyecto artístico. Vale, vivimos en la era de la información, yo mismo estoy escribiendo, ahora mismo, en un medio que vive a la sombra de dicha sobre información, pero creo que muchas veces nos roban la magia – algunos dirán que es elección propia, sí, pero resulta difícil aislarse – de enfrentarnos a una película sin apenas saber de ella, y con una continua sensación de sorpresa como premio. Con todo, el ser humano nace ávido de datos, así que aquí los tenéis.

La señora Chew y sus tres hijas regentan un popular restaurante cuya especialidad son deliciosas recetas servidas con curry… y un ingrediente sorpresa. Ellas tienen una idea muy particular de como los malos actos de los hombres deben ser castigados… comiéndoselos.

Lo de la família dispuesta a convertir a sus vecinos en exquisiteces culinarias no es nada nuevo (se admiten títulos al respecto…). En esta ocasión el menú a base de curry y menudillos de varón humano poco respetuoso con el género femenino (que manera tan pedante de decir que estas chicas van a comerse a todo capullo que se les cruce en su camino), viene de la mano del director malasio James Lee (Histeria, Help My Girlfriend is a Vampire!), quien parece dispuesto a obsequiarnos con un opíparo banquete que combina sexo, morbo, sangre y canibalismo.