Devuélveme la vida que me has robado
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Mar Targarona es casi una pionera en el fantástico español firmado por mujeres. El número de estas realizadoras de cintas de género, o que han abordado una película de corte fantástico en nuestra península no llega a la veintena... aunque la cosa está cambiando. Internacionalmente, el terror dirigido por mujeres nos está dejando unas miradas nuevas a la fantasía sumamente interesantes; algo que, si se piensa, no es extraño, siendo ellas las que, generalmente, protagonizan las narraciones de este corte. En cualquier caso, tampoco es que las películas previas de Targarona sean memorables; debutó con Secuestro, thriller con guion de Oriol Paulo con sus giros marca de la casa. Le siguió un voluntarioso pero fallido drama en un campo de concentración rodado para lucimiento de Mario Casas: El fotógrafo de Mauthausen. Saltó nuevamente al género, al borde del terror, con Dos, cinta con aromas (no del todo agradables) a Saw y a De Palma. Aunque como realizadora se quede en tierra de nadie, Targarona es cómplice de cintas como El orfanato, El habitante incierto, Los ojos de Julia o El cuerpo, donde ha ejercido labores de productora. Ahora, con El cuco, salta al cine de terror puro y duro, y aunque podríamos poner muchos "peros", hay que reconocer que logra un filme entretenido y con una conclusión muy fresca dentro del subgénero en el que se inscribe, y más fresco aún para lo que es nuestra industria.
Una pareja, ella Belén Cuesta y él Jorge Suquet, deciden, semanas antes de dar a luz, darse unas pequeñas vacaciones. Por internet han localizado a otra pareja, entrañables ancianos alemanes, con los que intercambiar sus casas. Apenas pueden dar crédito cuando llegan al hogar de estos viejecitos en el corazón de la Selva Negra: se trata de un lujoso chalet, muy por encima de la vivienda céntrica que han dejado en Madrid. Como El cuco es una cinta de terror, pronto descubrirán que las intenciones de estos octogenarios son muy poco amigables y nada vacacionales. Aterrada, Anna, así se llama la joven embarazada, busca respuestas a lo que está sucediendo.
Lo mejor: Entretiene y además de lo de siempre te regala un epílogo intenso. Lo bien que está hecho el embarazo de Belén Cuesta, parece una tripa real.
Lo peor: Es predecible y le cuesta alcanzar el ritmo preciso. Cae en muchos tópicos.