locura

Los renglones torcidos de Dios

Los renglones retorcidos del guionista

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Decay

La soledad apesta a carne estropeada

Decay

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3/5

Decay

Adelantar, en primer lugar, que esta no es una cinta de terror a pesar de sus sustos y de lo perturbador de su contenido. Avisar a todo aquel que busque emociones fuertes y piel de gallina a base de crujidos, de susurros o de muertes, que esta no es su película. Advertir a los amantes del horror mainstream que el ritmo y la narración de Decay no es el de las películas que se crean para llenar salas de cine. Anticipar, por último, a los que buscan los excesos del gore, vísceras y despojos cárnicos que, aunque algo de eso tenemos, el objetivo de esta cinta es atacar más a la mente que al estómago. Decay es un drama; drama febril, malsano y escalofriante pero, sobre todo, un drama desoladoramente patético.

Dos jóvenes se cuelan en la casa de Jonathan (Rob Zabrecky) en busca de marihuana y lo que encuentran en su sótano es un invernadero de orquídeas. Cuando son sorprendidas por este enigmático vecino una de ellas fallece accidentalmente y la otra perece atropellada por un auto en una ciega huida… Sin saber qué hacer con el cuerpo que ha quedado en su casa y atormentado por el miedo de ser acusado de ambas muertes decide esconder el cadáver entre hielo en su bañera. Pero Jonathan no es una persona normal, carece de habilidades sociales, tiene un sentido de la limpieza compulsivo y vive castrado por el pasado maltrato de una madre enajenada (Lisa Howard); la presencia de este cuerpo de mujer desestabiliza su frágil mundo y le ayuda a soñar con otra vida que para él es inalcanzable.

Lo mejor: Seria y sin estridencias. Una buena factura visual y una escena (la de la cucaracha) que me dejó helado.

Lo peor: La madre no resulta demasiado creíble y era algo importante. Sin saber lo que se va a ver, como era mi caso, su ritmo se hace algo tedioso.


Road Games

El amor se esconde donde menos te lo esperas

Road Games

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3/5

Road Games

Jack lo ha perdido todo en Francia. De vuelta a Inglaterra con el rabo entre las piernas, sin un miserable Euro en el bolsillo, hace autoestop con el objetivo de llegar al Canal de la Mancha. Tal vez no debería, pues el norte de Francia está siendo asolado por un asesino que mata a turistas despistados por las carreteras rurales. Pero Jack es un tipo con suerte, y así se encuentra con Véronique, una atractiva chica que se une en su periplo a dedo. Los dos por fin encuentran un coche que los lleve, el cual pertenece a un excéntrico compositor que les invita a pasar la noche en su casa, junto a su mujer. Cansados, aceptarán la oferta, viéndose enredados es un juego donde el asesino de la carretera tiene un papel importante que interpretar.

Lo mejor: Una excelente creación de suspense a la que añadiremos la escultural presencia de Joséphine de La Baume.

Lo peor: Diálogos y personajes resultan poco naturales, restando capacidad de inmersión a la experiencia. A su vez, el final contiene un giro que desvela incómodos agujeros en el guion.


Tank 432

Campo de batalla tu mente

Tank 432

Un grupo de mercenarios quedan atrapados en un tanque sin saber la naturaleza de los que les acecha dentro y fuera del vehículo.

El cine bélico y el de horror, si nos olvidamos del horror intrínseco de las guerras, no ha dado en alianza, según mi opinión, todavía esa película de género que se una a las piedras de toque sobre las que sustenta nuestra afición cinematográfica. Sí, tenemos citas muy interesantes como “La Fortaleza”; obras actuales que nos ofrecen pasar un buen ratillo, “Deathwatch”, “Outpost”, “Exit Humanity”, “The Devil’s Rock”, “Sauna”, “El Páramo”; pero siempre da la sensación de que el elemento bélico queda reducido a términos secundarios. En las cintas que he comentado, he omitido voluntariamente “Dog Soldiers”, una cinta de serie B muy querida entre los aficionados pues introduce a un grupo de hombres lobos en medio de una maniobras militares, un alarde de atrevimiento.

Chimamire Sukeban Chainsaw

Japón, tierra de falditas cortas

Chimamire Sukeban Chainsaw

Una joven y escultural colegiala tiene que luchar contra su compañera de clase una vez que esta haya transformado en zombies al resto del colegio. Para ello contará con la ayuda de una fálica moto sierra.

¿Qué podría haber mejor para empezar el año que una de esas locuras niponas llenas de colegialas enseñando las braguitas, zombies despedazados por doquier, misiles lanzados desde las partes íntimas femeninas y moto sierras de aspecto surrealista? ¡Aquí estamos! 2016 se despliega ante nosotros como un intestino delgado arrancado de su cómoda cuna de carne y mierda, 365 + 1 días para aprovechar viendo películas de horror, dándole al fornicio o, simplemente, luchando por sobrevivir al día a día. Bob Rock, vuestro trastornado servidor, os quiere poner el reto de los meses venideros más fácil, por eso vengo a hablaros de “Chimamire Sukeban Chainsaw”, una cinta de bajo presupuesto, sólo hace falta ver el pestazo digital que desprende su tráiler, que promete locura al estilo nipón como antiguamente nos proporcionaba la “Sushi Typhoon”, actualmente de capa caída.

Der Nachtmahr

Simplemente di sí...

Der Nachtmahr

Tina es una joven sumergida hasta el cuello en las procelosas aguas de la noche berlinesa. Seducida por el sexo y las drogas fáciles, empieza a creer que le están afectando cuando una extraña criatura interrumpe la soledad de su cuarto. A riesgo de parecer una loca ante su familia, Tina empieza a tratar con el ser descubriendo la fuerza de su propio ego en las seductoras mentiras de “eso”.

¿Una cinta independiente sobre una joven estudiante atrapada en las redes del sexo y las drogas pululando por el submundo berlinés? Podría parecer que estamos hablando de la dura e impactante “Christiane F.” (1981) si no fuese porque “Der Nachtmahr” (“La Pesadilla”) lleva la drogadicción a la pantalla como una tramposa metáfora envuelta en terror psicológico, quién sabe si acomodada a patrones vistos en la magnífica “La escalera de Jacob”. Y cuando digo metáfora no estoy seguro hasta que punto, pero no puedo evitar acordarme de sonadas campañas anti drogas con aquello de materializar físicamente la dependencia a sustancias ilegales como advertencia. En “Der Nachtmahr” vemos un “mono” con aspecto de monstruo primo hermano de nuestro querido Belial (“¿Dónde te escondes hermano?”); y, al igual que el engendro de Henenlotter, con un curioso poder de seducción bien conocido por todos nosotros. De cualquier modo, el tráiler de esta cinta alemana promete emociones fuertes rodadas sin nostalgia alguna de los ochentas y espero sin moralinas. Es decir, con una estética decididamente moderna y hasta cierta languidez que recuerda a otra cinta con elementos en común: “It Follows”. ¿Será un soplo de aire fresco a un género, el terror, con serio peligro de estancamiento?