locura

Los renglones torcidos de Dios

Los renglones retorcidos del guionista

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Bedlam

Hay que estar loco para verla

Bedlam

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DIVERSIÓN:
TERROR:
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  • 0.5/5

Bedlam

George Kilner acepta ser internado cuando le es diagnosticada esquizofrenia. Cargado de culpa, pues su madre se suicidó víctima de la misma enfermedad y su padre lo abandonó a los abusos de un tío degenerando, se adentra entre los muros de Bedlam, una institución sometida al férreo control del doctor Black y sus matones; un psiquiátrico donde la locura es la primera fase de la superviviencia.

No sabría ni por dónde empezar. “Bedlam” es todo lo que una película, independientemente del género, nunca debería ser. Tediosa y aburrida son los primeros adjetivos que nos vienen a la mente cuando arranca la cinta, desde el primer minuto exhibe sus flaquezas técnicas y presupuestarias sin ningún tipo de rubor, lo cual provoca aun más desinterés, ¿pues quién quiere ver una película barata sin gracia alguna? Entonces, llegar a reseñar esta obra del sopor debe tener una razón de ser; en mi caso, seguir avanzando cueste lo que cueste con la nueva hornada del After Dark, infame distribución de cintas de terror independiente, la cual nació con buenas ínfulas para acabar convirtiéndose en marca registrada del peor cine realizado a lo largo y ancho del mundo.

No obstante, en ediciones pasadas siempre se podían rescatar una o dos cintas dignas del paquete de ocho que acaban siendo editadas; por ejemplo, “Seconds Apart”, perteneciente a la hornada producida durante 2011/2012, se erige como una película notable por sí sola. Una pena que en lo que llevamos de este año solo hayamos encontrados absolutos bodrios (“Red Clover” o “Mischief Night”) y obvias decepciones (“Ritual” o “Children of Sorrow”), pero os invito a visitar nuestra reseña de la anterior cinta de la dichosa productora (”Sanitarium”) para conocer nuestro periplo masoquista: ¡al fin y al cabo Almas Oscuras es la web en castellano que más tiempo ha dedicado al maldito After Dark!

Lo mejor: Los insertos como anuncios. Desconcertantes.

Lo peor: Hay tanto malo que no sabría por donde empezar.


Another

Esquizofrenia satánica

Another

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3.5/5

Another

Lo sorprendente de festivales como el Frightfest es encontrarse con rarezas tan provocadoras como Another dentro de su programación. Rarezas que, como en el caso de la película que hoy nos ocupa, te pueden llegar a proponer un periplo surrealista que se nutre directamente de clásicos del giallo como pueden ser Suspiria o su secuela, Inferno; y que además es hija bastarda de una de las locuras más surrealistas que nos ha ofrecido el cine a los largo de su historia: el satánico filme mexicano Alucarda, la hija de las tinieblas. Another es una puta locura, de los “WTF?” más extremos que he podido ver durante estos últimos años. Desde luego, se lleva la palma si la comparamos con filmes como Wound o The Oregonian; es decir, y resumiendo, Another es rara de cojones, socarrona y muy provocadora. Durante todo su visionado tuve la extraña sensación de estar completamente colocado y/o ebrio; es una experiencia indescriptible, lo que de un modo algo excéntrico podríamos calificar de acierto – a pesar del comentario que acabo de hacer acerca de la sensación de estar colocado durante su visionado, en absoluto recomiendo ver Another bajo los efectos de cualquier tipo de estupefaciente – .

La historia que viene a contarnos Bognacki tampoco escatima en excentricidad. El argumento de Another radica en la dualidad del bien y del mal que reside en la mente de una joven que recién acaba de cumplir la mayoría de edad. Durante el periplo que nos propone Another nos encontraremos a dos tipos de Jordyn (Paulie Rojas), la dulce y obediente Jordyn… y la terrible Jordyn – la “otra” Jordyn, de ahí el título – que sucumbe a la herencia de su madre (Maria Olsen), una malvada bruja que, desde los avernos, posee a su hija con el fin de despertar el yo diabólico que aguarda en su subconsciente, desatando el mal sobre todo lo que la rodea… incluido ella misma. De manera que entre la transición de una personalidad a la otra se producen una serie de vahídos… como si se tratará de un sueño continuo. ¿Podrá Jordyn escapar de su herencia demoníaca?

Lo mejor: la atmósfera te atrapa desde el minuto uno. Y la escena del parto es imposible sacártela de la cabeza.

Lo peor: los Fx son horribles y ridículos, odio el fuego digital. Tener que conformarse con ver la versión corta de 75 minutos.


Wyrmwood

Mad Max se enfrenta a los zombis

Wyrmwood

Al caer la noche una misteriosa plaga se cierne sobre la tierra, transformando a todo el mundo, menos unos pocos elegidos, en monstruos voraces y sedientos de sangre. Barry se queda solo y alejado de su familia. Su hermana Brooke se encuentra atrapada a cientos de kilómetros y una ingente cantidad de esas bestias voraces se interpone entre ambos. Pero sin otro motivo por el que vivir, excepto su hermana, Barry no va a dejar que nada se interponga en su camino. Desde luego los no-muertos no van a detenerle y tampoco lo harán las fuerzas militares, que pueden ser aún más peligrosos que las criaturas a las que se supone que deben eliminar para proteger a los supervivientes.

Los hermanos Roache-Turner (Kiah y Tristan) parece ser que lo tenían muy claro desde un principio. Clarísimo. Sabían perfectamente cuál era el espejo en el que debían mirarse: Peter Jackson y Robert Rodríguez. Por supuesto me estoy refiriendo al Peter Jackson pre-Señor de los anillos y a aquel sorprendente Robert Rodríguez de El Mariachi. Según palabras de uno de los hermanos (ahora mismo no sé cuál de ellos… lo siento) lo único que necesitaban para sacar adelante la impronunciable Wyrmwood era “Una cámara, la voluntad de hacerlo, y un nutrido grupo de amigos que supieran construir cosas y a los que no les importara aparecer delante de cámara cubiertos de sangre”. Estos serían los instrumentos, y la metodología de trabajo la sacaron, directamente, del Bad Taste (Mal Gusto, 1987) de Jackson: rodar los fines de semana (cuando sus trabajos diarios se lo permitía) y contar con un presupuesto ridículo. De esta manera el rodaje de Wyrmwood se alargó tres años, de hecho un par de años menos de lo que tardó Jackson en tener lista su primera película.

Especial Asia Fantástica

Un repaso al cine asiático fantástico que nos viene

Especial Asia Fantástica

The Midnight After

Un minibús nocturno con 17 personas a bordo cruza el túnel Lion Rock camino de Tai Po desde Kowloon. Al pasar el túnel descubren que el mundo ha cambiado y toda la gente ha desaparecido. En ese marco, ellos tienen que repensar sus identidades, sus relaciones y su futuro; mientras son perseguidos por un extraño virus y un hombre enmascarado.

La nueva película de Fruit Chan, tras sus últimos, y menos sugerentes trabajos, se titula The Midnight After, y promete a priori estar más cerca del nivel mostrado en la genial Dumplings, que no de la fallida Don’t Look Up. Uno de los directores más reconocibles del panorama actual del cine fantástico y de horror de Hong-Kong nos trae una historia en la que el drama de tintes apocalípticos obligará a los pasajeros y al conductor de un minibús urbano a tomar decisiones que jamás en su vida hubiesen pensado tomar. Con actores de la talla de Simon Yam o Lam Suet, The Midnight After se estrenó en la pasada edición del Festival de Berlín. Y el Festival de Sitges será su próxima parada según se ha confirmado en el programa inicial, por lo que puede ser una de las fechas señaladas, que no la única, para todos los amantes del cine asiático que acudan este año al festival.

Pronóstico: Fruit Chan en estado puro. Cámara en mano y en plan indie total, cine barroco sin artilugios edulcorantes…, como la vida misma. Space Oddity sonando en plan karaoke y diversión asegurada. Promete entretener con humor grosso y pinceladas de sátira social.

Phobia

Celda mental

Phobia

Jonathan MacKinlay es un hombre atrapado dentro de su casa por culpa de la agorafobia causada tras un accidente de coche que segó la vida de su esposa; desde entonces su existencia ha sido reducida a una repetición monótona de días idénticos. A medida que su miedo y odio hacia sí mismo va aumentando, una avalancha de visiones horripilantes y retorcidas empieza a roer su última pizca de cordura. ¿Son estas visiones espantosas demonios privados… o es en realidad víctima de una macabra entidad real?

Fobia sería cuando un miedo psicológico se vuelve tan virulento e intenso que el mismo se llega a considerar patológico. Así que todos vivimos al borde de la fobia, de ser controlados por nuestra mente irracional y vernos convertidos en idiotas balbuceantes. Todos tenemos miedo y debemos saber convivir con ellos…
Todo lo contrario que el protagonista de “Phobia”, anteriormente conocida como “Alone”; Jonathan un tipo superado por su miedo a salir al exterior, una extrema agorafobia nacida tras el accidente de coche que se llevó a su mujer. Obviamente, pasar tanto tiempo a solas encerrado afectaría hasta al hombre más estoico de la tierra, de tal manera que el pobre comienza a perder la chaveta. Lo que para él es malo, para nosotros resulta cojonudo, pues supone la excusa perfecta para que Rory Abel debute en el mundo del largometraje contándonos las aventuras y desventuras mentales de Jonathan. Y lo hace usando como herramienta el terror psicológico y un presupuesto ridículo (150.000 dólares).

Matar o no matar, éste es el problema

El último gran actor

Matar o no matar, éste es el problema

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 4/5

Matar o no matar, éste es el problema

Edward Lionheart, Vincent Price, es un reputado actor pasado por alto durante la adjudicación de los Premios de la Crítica, a pesar de producir una brillante temporada de obras de Shakespeare. Después de enfrentarse al Círculo de la Crítica, un intento suicida acaba con sus huesos en el Támesis. Convirtiéndose en un moderno fantasma de la ópera, pero bastante más atractivo, que intentará tomarse una poética y sangrienta venganza sobre aquellos que lo repudiaron.

Cuando me senté delante del ordenador para escribir esta reseña, tenía la intención de escribir una especie de homenaje a la figura de un gran actor como lo fue Vincent Price, icono del género de terror e intérprete polifacético con una deslumbrante personalidad transmitida a cada uno de sus personajes. Sin embargo, hablar al tuntún de un caballero sobre el que se han vertido litros de tinta, amén del profundo destripe alrededor de sus películas señeras, flaco homenaje me parecía frente al valor intrínseco de sus interpretaciones inmortales, más si cabe desde el desconocimiento e incapacidad de síntesis que caracterizan a este que suscribe. Así que me limitaré a recomendaros el visionado no solo de “Matar o no matar, éste es el problema” (“Theatre of Blood” en su Inglaterra natal), sino de toda su filmografía terrorífica, que incluye títulos de prestigio como “The Fly”, “El Abominable Dr. Phibes”, “La Caida de la Casa Usher” o “Los crímenes del Museo de Cera” (y “Laura” si os gusta el cine noir de calidad). Quizás el primo pobre de otras leyendas del calibre de Peter Cushing o Christopher Lee, sobre todo por su tendencia a terminar en cintas de presupuestos muy ajustados, pero es imposible negar su valía como actor, además de ser un reconocido “gourmet” y “gentleman” (¡llegaron a editarse libros de cocina con sus consejos!).
Tomen nota las nuevas generaciones: su asociación con Roger Corman, en la famosa serie de adaptaciones de Poe, desafiará al tiempo como un testamento de horror gótico imperecedero.

Lo mejor: Vincent Price y sus pequeñas "obras de teatro".

Lo peor: El desfase estético y lo obvio de su guion.