Realizar un film está al alcance de casi cualquiera, en estos tiempos tan tecnificados que vivimos. Incluso se podría decir lo mismo de muchas otras disciplinas artísticas como la fotografía y la música. Esa aparente facilidad para crear una obra con reducidos recursos y mayoritariamente en casa quemándote las pestañas con las nocivas emisiones de tu ordenador, ha propiciado la proliferación de proyectos independientes de bajo presupuesto que, habitualmente, aportan menos de lo minimamente aceptable como para considerar a una película, precisamente, “película”.

¡Qué buenas vibraciones me ha traido el trailer de Mask Maker (anteriormente conocida como Maskarade! No solo por el regusto ochentero que destila, tampoco por la presencia de un actor icónico/devaluado como Michael Berryman (Pluto en Las Colinas tienen Ojos de 1977); sencillamente ver ese asesino sobrenatural, portando una mascara hecha de piel, ha removido esa parte adolescente que se alimentó con cintas y más cintas baratas de terror.
Visto el trailer sé lo que estaréis pensando: este proyecto, destinado al mercado doméstico norteamericano para mediados del próximo Abril, ¿tiene algo de original? Dejaré que responda la sinopsis por mí…

Una joven pareja compra una plantación del siglo XIX e invita a unos amigos a pasar el fin de semana de fiesta; despertando accidentalmente en su juerga un antiguo mal que yacía olvidado por décadas. La casa de sus sueños se transforma en la casa de sus pesadillas cuando el dueño original de la casa surge de su tumba sin nombre, portando un hacha de aspecto siniestro y muy mal despertar, para quejarse así del jaleo montado por los nuevos inquilinos.

¡Señores y caballeros, sin olvidar a las damas, pasen y contemplen a nuestras nuevas bailarinas! ¡Bailan, saltan, ríen, gozan, nos enseñarán las tetas y lo más importante, nos enseñarán a… matar zombies!
¿Ya estáis preparados? Pues ala, a aburrirse un poco… y sed bienvenidos a mi mundo.

Hay películas que se quieren tomar en serio a sí mismas y llegan a ser auténticos bodrios (léase Legión – le tengo una especial manía -), y sus malas críticas son perfectamente justificables ya sea por el dinero destinado a su realización, por los actores conocidos que toman parte en ellas, sus argumentos, a priori, interesantes, etc. Ahora bien, un servidor opina que criticar y descuartizar una cinta como Big Tits Zombies estaría mal. Una película con falta de recursos, actrices con más pecho que dotes interpretativas y muchos amigos dispuestos a ayudar – y disfrutar de su minutito de gloria -, nunca, repito, nunca, te puede defraudar. Aburrirte, quizás, pero defraudarte seguro que no (como uno ya va avisado de antemano, uno ya sabe a qué se enfrenta y no se crea expectativas de ningún tipo).

Cuando una bandada de cuervos asesinos choca contra el frontal de su coche, un grupo de cinco amigos son forzados a huir a través de un desolado maizal en mitad de la noche. Escondido entre el maizal encuentran una destartalada granja en la que pronto descubrirán que se llevan a cabo terroríficos y sobrenaturales rituales de los que entrarán a formar parte si nada o nadie lo remedia.

Husk, dirigida por el norteamericano Brett Simmons, es una de las ocho películas que formarán parte del After Dark Originals, una propuesta que nace de la mano de After Dark Films con la colaboración de Lionsgate y el canal televisivo SyFy.
El objetivo del After Dark Originals es dar salida a proyectos de jóvenes directores que tendrán así una excelente oportunidad de demostrar su talento en el género terrorífico. Algunos de ellos, como Steven C. Miller (Automaton Transfusion) o Patrik Syversen (Rovdyr) ya dejaron su impronta en pasadas ediciones del After Dark Horrorfest.

El equipo de segunda unidad está rodando la tercera entrega de una trilogía de películas de horror titulada Fright Flick. El estúpido director no puede apartar sus manazas del cuerpo de la actriz principal, el productor no sabe cómo pagar sus deudas, la actriz secundaria sabe que ella DEBERÍA ser la actriz principal, y todo el equipo, en general, parece esconder algún que otro secreto. El mundo del cine es muy competitivo… y algunos matarían por mantenerse en la cima.

A pesar de sus reservas, Lucy accede a la petición de su marido de asistir a una fiesta de lujuria y exploración sexual en una remota isla. Su pasión pronto se convierte en terror al descubrir que uno de los grupos que les acompañaba desaparece. Algunos empiezan a creer que algo desconocido les acecha en la espesura del bosque, mientras otros empiezan a sospechar entre ellos. El mayor temor de Lucy es que el fin de semana arruine su matrimonio, sin ser consciente de que en realidad le puede costar la vida.