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Ojos de fuego

Fritanga

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Amanecer de los muertos

Puesta de largo para los zombis rápidos

Amanecer de los muertos

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Amanecer de los muertos

Debo reconocer que cuando escuché hablar por primera vez de un remake del Dawn of the Dead de George A. Romero (en España la conocimios bajo el título de Zombie), a cargo de un debutante que respondía al nombre de Zack Snyder (nadie le conocía por aquel entonces), y cuyo principal atractivo parecían ser unos zombis que corrían como liebres perseguidas por galgos, yo fui de los que se echó las manos a la cabeza y pidió, a gritos, que alguien me sirviera la cabeza del tal Snyder en bandeja. ¡A la hoguera con él por insolente y blasfemo!

Pero a pesar de todo, y como suele ser habitual en mí, la curiosidad me pudo, y allá por el 2004 me acerqué a la sala de cine más cercana dispuesto a despotricar hasta cansarme de Dawn of the Dead, rebautizada para la ocasión como Amanecer de los muertos. Tras una impresionante secuencia de inicio seguida por los primeros acordes de The man comes around, del legendario Johnny Cash, acompañando los títulos de crédito; empecé a sospechar que la había cagado. Los prejuicios volvían a ser mi perdición y me llevaron a juzgar y condenar a Zack Snyder y su “amanecer de los muertos” sin concederles ni una sola oportunidad. ¿La prueba irrefutable de mi metedura de pata? El amanecer de los zombis es una de las mejores películas de muertos vivientes que he tenido la oportunidad de disfrutar en los últimos tiempos.

Lo mejor: Enfrentarse a un clásico del calibre del Dawn of the Dead y salir ileso.

Lo peor: Un segundo grupo de supervivientes muy desdibujado.


The Thing (La Cosa)

Regresa el E.T multiforme surgido del hielo

The Thing (La Cosa)

La paleontóloga Kate Lloyd viaja a la Antártida para realizar el trabajo más importante de su carrera, reunirse con un grupo de cinetíficos noruegos para desenterrar una nave extraterrestre sepultada en el hielo durante cientos de años. La nave está habitada por un ser que es capaz de cambiar de forma y tomar el aspecto de cualquier ser vivo.

Conan el Barbaro (2011)

Sobredosis de acero

Conan el Barbaro (2011)

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Conan el Barbaro (2011)

Me gustaría dedicarle esta reseña a Roger Tapia, increíble persona y mejor amigo. Él compartió conmigo las andanzas del cimmerio.

Esta reseña parte de un placer culpable, dicho placer son las historias nacidas, hace poco menos de un siglo, de la mente de Robert E. Howard. Más en concreto las que refieren a cierto bárbaro que llegó a ser rey y cuyos sombríos ojos, enmarcados por una negra melena, contemplaron y protagonizaron el devenir de la Era Hiboria: Conan, él de Cimmeria. El género de Espada y Brujería (termino acuñado por uno de sus exponentes más perfeccionistas, Fritz Leiber) vendría a narrarnos historias fantásticas en un hipotético medievo o era pretérita, plagada de peligros en forma de monstruos primigenios, malvados hechiceros contrahechos y bellas mujeres más peligrosas aun… todo ello desprovisto de la épica de otras narraciones fantásticas al estilo de El Señor de los Anillos. Si algo diferencia a la Sword and Sorcery, también llamada por un servidor Dark Fantasy, de otros géneros hermanos, es lo despiadado de su entorno, lo crepuscular de sus héroes (en su mayoría ladrones y aventureros que venderían a su madre por un pieza de oro) y lo exótico de sus entornos que muestran un mundo hostil donde solo la magia y el acero permiten la existencia de ciudades y reinos.

Lo mejor: El acto donde Conan es un niño, el vestuario y algunos decorados

Lo peor: El guión casi inexistente, el exceso de luchas y un 3D llamado estafa


P.A. Tokyo Night

La globalización llega a las grabaciones fantasmales

P.A. Tokyo Night

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  • Título original: Paranomaru akutibiti. Dai-2-sho
  • Nacionalidad: Japón | Año: 2010
  • Director: Toshikazu Nagae
  • Guión: Toshikazu Nagae
  • Intérpretes: Aoi Nakamura, Noriko Aoyama
  • Argumento: Dos hermanos instalan cámaras en su casa para dejar constancia de lo que parece ser la presencia de un fantasma. La situación empeora cuando empiezan a entender que el espíritu es malvado y sus intereses van más allá de mover sillas.


P.A. Tokyo Night

No solo copian los americanos. O más concretamente, los estadounidenses. Para nada. La globalización también ha invadido el cine y es raro encontrar un país en el cual no se hagan remakes de éxitos anteriores, ya sean patrios o extranjeros. En el caso que nos ocupa, son los japoneses con uno de esos extraños (o no) megahits del cine de terror de ínfimo presupuesto rollo falso documental vendido como real. Hablo, por supuesto, de Paranormal Activity. El caso es que ni aquella ni su justita secuela sirven más allá del visionado por curiosidad. Sin embargo, recurren a un cine de terror que, para bien o para mal, hace amplitud de miras hacía un público masivo a parte del habitual. Juegan con el morbo, la publicidad engañosa o la cercanía temática (unas personas cualesquiera con una vida normal que se ven afectados, grabado “en directo”, por un miedo a lo desconocido). Y funciona. Tanto, que es un tipo de terror que funciona en todo el mundo sin necesidad de hacer demasiados cambios. De ahí que Paranormal Activity: Tokyo Night sea como el PA original aunque con dos o tres sencillas licencias territoriales.

Hay cambio en cuanto a los personajes: la pareja de interfectos aborrecibles que protagonizaba el primer film es sustituida por dos hermanos más o menos adolescentes, chica y chico, estando la primera en silla de ruedas (lo que propicia varios enredos con los espíritus que innovan un poco respecto al original). No obstante, el hermano es igual de retarded que el novio de la acosada del primer PA. Y es que aún viendo que la situación es bastante jodida y sus vidas corren peligro, sigue con sus ansias de forzar situaciones malsanas. Obvio que para el espectador es un seguro de entretenimiento, pero quizás el guión pudiera buscar otras soluciones menos forzadas; en PA llegó un punto (cuando al tipo, pese a los llantos, gritos y pánico de su novia, le falta tiempo para, en cuanto ella se marcha, currarse una sesión de espiritismo que, acertasteis, empeora las cosas) en el que uno tiene más simpatía a la amenaza que a sus victimas.

Lo mejor: Anecdóticas pero inquietantes innovaciones respecto al original, y que el personaje femenino cae mejor, por lo que uno siente algo más de interés por su devenir como victima.

Lo peor: En gran parte del conjunto hay poca novedad, por lo que el deja vu campa a sus anchas. Además, ¿realmente es necesario más PA para que masocas como servidor hablen de ellas en Almas Oscuras?


Straw Dogs

El gran Sam Peckinpah tampoco se libra del remake de turno

Straw Dogs

Perros de Paja (Straw Dogs), película de 1971, está considerada una de las obras más polémicas y controvertidas de su director, el genial Sam Peckinpah (La Huída, Grupo Salvaje), autor que ha pasado a la historia por una serie de geniales títulos que retrataban la violencia con una belleza plástica y un sentido del ritmo cinematográfico que ha estado al alcance de muy pocos (¿se nota que soy un fanático del cine de este señor?… Pat Garret y Billy the Kid es, sin duda alguna, una de mis películas de cabecera).

A priori Perros de Paja (Straw Dogs) podría llegar a inscribirse dentro del subgénero del rape&revenge, con lo cual se vendría a cerrar el círculo vicioso de remakes de dicho género tras las recientes nuevas versiones de La última casa a la izquierda y I Spit on your grave. Sin embargo Perros de Paja (Straw Dogs) siempre ha disfrutado de un estatus sensiblemente superior al de simple muestra de cine exploit adscrita a un determinado subgénero. A ello seguramente contribuyó la excelente labor de un Sam Peckinpah cuyas prestaciones como cineasta están a años luz del Craven de Last House on the Left o el Stven R. Monroe de I Spit on your grave.
El Perros de Paja (Straw Dogs) original hace gala de una atmósfera viciada, malsana, tensa, que no únicamente atañe a la pandilla de paletos locales que acosan al personaje de Dustin Hoffman y a su mujer, sino que encuentra su orígen, precisamente, en la desintegración del núcleo familiar, la pérdida del respeto mútuo, y la violencia como única forma de responder a determinadas situaciones límite. El equívoco y muy controvertido rol que desempeña el personaje de la mujer del protagonista en la trama de la película le valío a Peckinpah una auténtico huracán de críticas que llegaron a tachar al director norteamericano de “profundamente misógino”.