Brutal y perturbadora revisión del clásico de Raimi
DIVERSIÓN: |
|
TERROR: |
|
ORIGINALIDAD: |
|
GORE: |
|
Quisiera dedicarle esta reseña a nuestro querido compañero Mr. Zombie y al amigo Skalope.
Resulta evidente que el objetivo principal de un remake de Posesión Infernal nunca iba a ser contentar a la legión de fans que, en tiempos (muy) pretéritos, alucinamos con el estreno de Evil Dead (Posesión Infernal) en un mítico programa de la televisión privada (Noche de Lobos), disfrutamos como nunca de una doble sesión de barrio que incluía Evil Dead 2 (Terroríficamente Muertos) junto a la enésima secuela de Viernes 13, o jaleamos con todas nuestras fuerzas el nombre de Ash al inicio de Army of Darkness (El Ejército de las Tinieblas) a su paso por el Festival de Sitges.
El objetivo de todo remake que se precie siempre es doble: por un lado intentar vencer las reticencias iniciales de esa legión de fans a la que os hacía referencia, que suele ver con muy malos ojos la osadía de “reinventar”, “reinterpretar”, “plagiar” o “destrozar” (que cada uno elija la acción que más le apetezca) la memoria de un clásico de culto; y por otro lado (y este sí me parece el objetivo principal) acercar dicho clásico a toda una nueva generación de aficionados al género, lo que supone, en la mayoría de los casos – y el remake que hoy nos ocupa no es una excepción -, adaptarse a los estándares estéticos e incluso de fondo que imperan en cada momento.
La incógnita a despejar es saber bajo qué condiciones se realiza dicha reinvención (yo ya he escogido…). Con qué intensidad, con qué fidelidad, qué grado de riesgo se asume… De entrada se me ocurren dos vías para llevar a cabo el remake de Evil Dead. Una de ellas sería la vía fácil: que el propio Sam Raimi diera un paso al frente (por suerte ha acabado reservándose el papel de productor y parece guardar esfuerzos para una nueva secuela oficial de la saga) o que alguien como Marcus Nispel, especialista en perpetrar remakes de clásicos del género como si de bollería industrial se tratara (mis disculpas, odio a muerte el remake de La matanza de Texas) se hiciera cargo del asunto con resultados más que predecibles. La segunda vía, mucho más complicada y quizás difícil de asumir para los aficionados a la saga original, consistía en poner al frente del proyecto a todo un “ilustre debutante” como es Fede Álvarez, cuya carta de presentación incluye Ataque de Pánico, un espectacular cortometraje de ciencia-ficción que venía a ser una especie de currículum vitae que ensalzaba las cualidades del director uruguayo como mago de los efectos CGI… lo cual no deja de tener su gracia teniendo en cuenta que el remake de Evil Dead siempre ha alardeado de la ausencia de efectos CGI.
Cinco amigos se refugian en una cabaña aislada en mitad de un bosque con el objetivo desenganchar a uno de ellos, Mia, de su adicción a las drogas. El descubrimiento de un extraño libro en el sótano de la cabaña desencadenará toda una serie de horribles acontecimientos tanto en el interior de la cabaña como en el bosque adyacente.
Lo mejor: Acojona, asquea y divierte.
Lo peor: El aporte dramático del guión de Álvarez y Cody no acaba de funcionar (mal menor).