Prey
Él sólo buscaba un coffee shop

La policía descubre los cuerpos despezados de una familia en una granja a las afueras de Amsterdam. Lizzy, una veterinario que trabaja en el parque zoológico, confirma sus sospechas: tiene que haber un león vagando libre por las calles. Y a juzgar por las heridas de las víctimas mutiladas, el león debe ser grande, fuerte y muy agresivo.
Aunque los ataques se prodigan, Lizza tiene problemas para convencer a las autoridades sobre el peligro, su declaración es recibida con incredulidad. Nadie ha visto al león, y no hay mucha evidencia de su existencia, pero todo cambia cuando el león accede a un tranvía lleno de gente. Es hora de buscar al mejor, un excéntrico cazador de leones, tullido en silla de ruedas, que vuela desde Inglaterra para detener a la bestia sedienta de sangre.
Dick Maas ya soltó a un psicópata por los canales de Amsterdam en la recomendable “Amsterdamned”; más tarde decidió soltar también a un San Nicolás del Infierno con predilección por la sangre infantil, hablamos de “Sint”; parece que el próximo octubre le tocará el turno de ser abierta a la jaula del rey de la selva, un león agresivo como pocos campará a sus anchas por la capital de los Paises Bajos poniendo en jaque a sus autoridades.