Paige está disfrutando de la noche Halloween en una fiesta local juntos a sus amigos y su novio Chris. De camino a casa el grupo descubre lo que parece ser un edificio abandonado. Rick, un amigo de la pareja, toma la decisión de ayudar a Chris a irrumpir en la antigua tienda de disfraces y juguetes para adultos. Al entrar en la tienda se dedican a explorarla y a disfrutar de los placeres que ofrece. Únicamente Paige sigue empeñada en recordarles a todos que no deberían estar allí. Cuando los primeros cadáveres empiecen a aparecer y la lucha por la supervivencia se vuelva agónica, se darán cuenta que tendrían que haber hecho caso a Paige.
De la mano de los chicos de Wild Eye Releasing, el próximo 8 de marzo —en los USA— se estrenará en el mercado doméstico Bunni, una de esas películas que, ciertamente, no pretenden engañar a nadie. Su director, escritor y productor, Daniel Benedict, quien siendo un crío rodó en su casa, y en compañía de su mejor amigo, una secuela no autorizada de Viernes 13 (usando a sus propios padres como víctimas), ha decidido dar rienda suelta a su vena fanática y rodar un slasher de vieja escuela —regresamos, una vez más e inevitablemente, a los 80— en el que no faltarán a la cita la fiesta de Halloween, el edificio abandonado, el grupito de jovencitos estúpidos que están pidiendo a gritos que alguien les corte el cuello —a poder ser con un enorme machete bien afilado y mientras se encuentran en los preliminares de un coito que nunca properará— y el inevitable asesino enmascarado que, en esta ocasión, parece un cruce entre Michael Myers y una conejita del Playboy. Los aficionados al slasher tampoco pedimos mucho más. Os dejo con el tráiler y algunas imágenes de Bunni.