Un hombre, recientemente liberado de un instituto mental, hereda una mansión después de que sus padres mueran. Tras una serie de eventos perturbadores bajo el techo del lujoso caserón, llega a creer que su hogar está embrujado.
Siempre criticando con cierta sorna las producciones de “Blumhouse” y aquí me tenéis escribiendo la noticia sobre otra. Y es que la productora yanqui se ha convertido en la más prolífica de los últimos cinco años, editando tanto triunfos en taquilla como cintas menores que pasan sin pena ni gloria por el fondo de catálogo de los estrenos VOD. Siempre con cierto estilo similar o temáticas parejas, con objeto de facilitar su consumo por la gran masa, a lo tonto podríamos decir que se han convertido en una cadena de comida rápida llevada al terreno del cine de terror. Y esta afirmación esconde valores tanto negativos como positivos. Ya sabéis que opino de los clones suburbanos nacidos alrededor de “Insidious” o “Paranormal Activity”, cuyo éxito fue el pistoletazo de partida real para la productora, pero siempre viene bien enfrentarse a una hamburguesa realizada bajo unos estándares básicos y satisfactorios si no tienes el día gourmet.