Piranha 3D
La bromita pasadita de vueltas del gran Alexandre Aja
- Título original: Piranha 3D
- Nacionalidad: USA | Año: 2010
- Director: Alexandre Aja
- Guión: Pete Goldfinger
- Intérpretes: Elisabeth Shue, Adam Scott, Ving Rhames
- Argumento: Una pequeña población a orillas del lago Victoria se ve asediada por una horda de pirañas prehistóricas.
76 |100
Estrellas: 4
Pocas veces la campaña de promoción de una película me ha parecido tan honesta y tan comprometida con la realidad como la apetitosa presencia de despampanantes chicas embutidas en minúsculos bikinis danzando en la cubierta de un yate, o la ingente cantidad de extremidades humanas flotando sobre un mar de sangre con las que nos obsequiaron las diversas imágenes y trailers que acompañaron a Piranha 3D los días previos a su estreno en los USA.
De esta manera, el director francés Alexander Aja, al que muchos de nosotros conocimos gracias a su magnífica (y controvertida) Alta Tensión, prometía acometer su tercer remake con capital yankee - tras la irregular Mirrors y su gran obra maestra, Las colinas tienen ojos – ofreciéndonos todo un despliegue de apretadas carnes femeninas, pececitos prehistóricos con muy malas pulgas, y multitud de excesos gore y cuerpos mutilados, en esta ocasión, sin distinción de sexo.
Tras unos inoportunos temblores de tierra, una supuestamente extinta raza de pirañas ansiosas por devorar todo aquello que se cruce por delante de sus enormes y afilados dientes, campa a sus anchas por las inmediaciones del lago Victoria, en Arizona. Casualmente en el lago Victoria se celebra el Spring Breaker, una fiesta en la que tipos adictos al gimnasio y muchachas candidatas a la portada del Playboy exhiben sin pudor alguno sus sinuosos cuerpos (un reclamo apetecible no sólo para las pirañas), sin sospechar que los mencionados animalitos prehistóricos les consideran el plato principal de un opíparo banquete.
Es complicado establecer algún tipo de nexo o unión, más allá de la presencia de las pirañas, entre este Piranha 3D y el Piraña original de 1978. Mientras que el Piraña del gran Joe Dante era una serie B modesta pero tremendamente efectiva - y divertida – que probablemente viera la luz al amparo del éxito del Tiburón de Spielberg; Piranha 3D es una enorme broma repleta de personajes vacíos, situaciones mil veces vistas, sexo chusco y toneladas de sangre y tripas. ¿Divertida la broma en cuestión? Pues depende. El que no sintonice con el humor gamberro, burdo y poco elaborado con el que nos ha sorprendido Aja, muy posiblemente acabe renegando de Piranha 3D por múltiples y muy comprensibles razones. Le falta tensión (a excepción de su última media hora), todos y cada uno de los protagonistas carecen de interés alguno (mención especial para el aborrecible personaje al que da vida Jerry O’Conell), su desarrollo no esconde ninguna sorpresa destacable e incluso los efectos especiales (sobre todo en lo que se refiere a las pirañas) no son para tirar cohetes. Defectos todos ellos evidentes, incuestionables.
¿Pero qué ocurre si todas las astracanadas y las múltiples y redundantes salidas de tono, tanto sexuales como en términos de gore, de las que hace gala Piranha 3D nos resultan graciosas? ¿O incluso tronchantes? De ser así la cosa cambia. No es que los defectos de Piranha 3D se evaporen, desaparezcan; pero si quedan, en cierta manera, minimizados. O al menos disimulados.
Aja no se esfuerza ni un ápice en construir una historia apasionante. No mueve un solo músculo en aras a lograr que uno solo de los personajes de su película tenga una mínima consistencia dramática. Hace gala de un humor soez y de baja estofa. Y pese a todo a ello Piranha 3D me pareció genial. Congenié con ese humor chusco al que hacía referencia, deleité mi vista con el despliegue de macizorras alérgicas a la ropa, me reí a carcajadas con la injustificable secuencia de sexo lésbico submarino, aguanté como buenamente pude las gilipolleces de Jerry O’Conell, disfruté la presencia de una carismática Elisabeth Sue, deseé que alguna piraña le mordiera el culo al soso de su hijo y, finalmente, me divertí, como hacía tiempo que no me divertía (quizás desde Braindead), con el festival de sangre, sudor y vísceras que supone la última media hora - demencial, brutal, espectacular – de Piranha 3D.
Afirmar que Piranha 3D es una buena película es complicado. Así que tan sólo me cabe señalar que Piranha 3D puede resultar un suntuoso entretenimiento para un buen número de aficionados (entre los que me cuento) que sabrán o podrán disfrutar de esta gamberrísima mezcla de sexo, humor y gore, en el que la materia gris del espectador no tiene porqué hacer acto de presencia.
Me encantó Piranha 3D. A pesar de sus nefastos personajes, su insulsa historia y lo mediocre de sus efectos especiales. Chicas, pirañas y gore. No hay nada más… ni falta que hace. ¡Bendito sea Aja!
Lo mejor: Gore, chicas, humor y pirañas. Lo peor: Quién busque algo remotamente más profundo que gore, chicas, humor y pirañas... se sentirá defraudado.