En su primer largometraje de ficción, Monsters de 2010, el director Gareth Edwards se postuló como una de las grandes promesas del cine de ciencia ficción en lengua inglesa. La cinta nos mostraba el periplo de dos personajes por los límites de una zona de conflicto: un terreno en Nuevo México infestado por extrañas formas alienígenas y perimetrado por el ejército de los Estados Unidos. Con un presupuesto escueto y espíritu indie, pero unos solventes efectos especiales utilizados con astucia, Monsters era una metáfora sobre la migración de población de zonas calientes del planeta a latitudes más seguras.
Pese a su nulo impacto en el público, los estudios se dieron cuenta de la pericia del director a la hora de filmar y en su siguiente cinta, Godzilla, no se escatimó en gastos para lanzar al mítico monstruo contra todo tipo de edificios. Pese a que la película no pasa de mediocre dio los suficientes dividendos de taquilla para que le confiasen como siguiente trabajo un film en una de las franquicias más rentables de la historia del cine: la saga Star Wars.
Gareth Edwards es a mi juicio el director que mejor partido ha sabido sacar al universo creado por George Lucas; también el que mejor ha sabido alejarse del esquema narrativo que contiene prácticamente toda la saga. Si en Monsters el director colocaba la cámara en el extrarradio de un conflicto armado, en Rogue One: Una historia de Star Wars entra de lleno en el epicentro del campo de batalla. Convierte un pequeño planeta en una suerte de Vietnam futurista y pese a ser sumamente entretenida, nos recuerda que toda guerra es un espectáculo cruel aunque transcurra en una galaxia muy muy lejana. Puro cine bélico, el film nos dejó alguna secuencia mítica (como la aparición de cierto personaje oscuro).
The Creator, es el último título de este realizador y aunque no conozco las cifras pongo la mano en el fuego a que es también el más caro. Nuevamente la cinta tiene un potente componente bélico; durante su visionado es imposible no pensar en que muchas de sus escenas beben directamente de Apocalypse Now.
La acción nos sitúa en un futuro muy cercano, concretamente salta cincuenta años desde la época actual, en este tiempo la inteligencia artificial y la robótica han dado pasos de gigante y las versiones más evolucionadas de los androides se han convertido en una nueva especie con capacidad de sentir y amar como cualquier humano.
Acusados de un incidente nuclear, el gobierno de los Estados Unidos ha declarado la guerra a la IA. Y todos estos robots se han visto obligados a emigrar a Nueva Asia, que acoge a la inteligencia artificial con los brazos abiertos. Con el fin de asestar un golpe definitivo a la IA, el gobierno norteamericano ha infiltrado un agente con la misión de terminar con el humano arquitecto de esta tecnología. Varios acontecimientos llevarán a este topo a una frenética huida con el nuevo paso en la evolución de las máquinas: Una androide niña.